Para no extrañarnos de que nuestro país se encuentra dividido entre varias maneras de entender la vida política, la semana pasada, la cumbre de la Comunidad de Estados Americanos y Caribeños (CELAC) nos mostró cómo se refleja esa división a nivel América.
En la reunión, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, propuso la integración comercial de los países de la región para construir con Estados Unidos y Canadá una comunidad económica. “Me parece que es tiempo de sustituir la política de bloqueos y de malos tratos por la opción de respetarnos, caminar juntos y asociarnos por el bien de América sin vulnerar nuestras soberanías”, manifestó en su intervención.
En el centro de las controversias estuvo el papel que actualmente está jugando la Organización de Estados Americanos (OEA). El primero en levantar la voz contra el organismo hemisférico fue el presidente de Bolivia, Luis Arce, quien afirmó que “en vez de actuar bajo los mandatos de la Carta Democrática, actúa en contra de los principios de la democracia”, y sostuvo que “su creciente injerencia en los asuntos de los estados no contribuye a la solución pacifica de las controversias”. Arce instó a los miembros del bloque al fortalecer la CELAC para enfrentar las deficiencias de la OEA.
Cabe señalar que, desde su creación en el 2010, en la CELAC se han promovido iniciativas para tratar de reformar la OEA, pero ninguna ha prosperado debido a la falta de consenso entre los 32 miembros del bloque. (elfinanciero.com.mx)