En el marco de la presentación del libro El Teatro Universal (Colección Miramar, 2025) de Pedro Meyer, en la Galería Pedro Meyer, en el Centro histórico de la alcaldía Coyoacán, se presenta la exposición con el mismo nombre.
El fotógrafo fue contratado en 1980-1981, para hacer un libro sobre la campaña del candidato del PRI Miguel de la Madrid Hurtado (Colima, 1934 – Ciudad de México, 2012), pero al final de esta, el equipo de campaña decidió no publicarlo.
En los siete meses que duró la campaña, Meyer tomó 17 000 fotografías, y de estas en el libro se incluyeron 350, y una selección de las mismas son las que ahora se exponen.
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Rogelio Villareal, que hizo la selección de las fotografías para el libro, escribe:
"Las fotografías de esta exposición son el registro de tan solo uno de los actos de una descomunal representación teatral, acaso la más extensa en tiempo y espacio de la historia: casi un siglo en un escenario tan grande como un país y con la participación de millones de personas entre actores, extras y un inmenso público. Una obra llamada "Campaña electoral' que cosechó numerosos triunfos y aplausos, no obstante que no pocas veces se acercaba, más que a la comedia, al género de la farsa o al teatro del absurdo. Tan exitosa fue que otras compañías no dudaron en adaptarla a sus propios actores exclusivos.
Estas fotografías son uno de los más completos testimonios de la manera en que un partido político aprendió muy pronto a perpetuarse en el poder, gracias a su astucia y sensibilidad para ensayar y poner en práctica una gran variedad de recursos y mecanismos para hacerle creer a la población que era la encarnación misma de la patria, la democracia, la justicia y el progreso, prácticamente sin oposición.
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Se registra ampliamente en estas fotografías los principales momentos de esta obra de teatro transexenal: las tumultuosas recepciones en cada pueblo o ciudad, el besamanos de los burócratas, las legiones de periodistas y fotógrafos, los opíparos agasajos, los obsequios, los pintorescos bailes folclóricos y festivales populares, las tablas estudiantiles y el relajo, el refrendo de la solidaridad sindical, las peticiones de los indígenas y los campesinos, las sonrisas y las palmadas, los abrazos, las miradas. La complicidad y el compromiso todo seguirá igual, a menos que cambie, para que como decía Lampedusa, todo siga igual.
Aunque las imágenes que Pedro Meyer tomó de la campaña presidencial de Miguel de la Madrid cubren solamente siete meses entre 1980 y 1981 pareciera que cubrió cada una de las campañas de todos los candidatos del Partido Revolucionario Institucional en el siglo XX. Así, de la mano de sus fotografías -algunas se antojan intemporales- podemos recorrer y comprender un amplio tramo de la historia contemporánea de México, un país que vivió bajo un régimen que tomaba mucho de la idiosincrasia de una buena parte de la población y logró una identificación casi absoluta con ella".
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Las fotografías en blanco y negro que se exponen, parte de las miles que tomó Pedro Meyer, en la campaña de Miguel de la Madrid, son de una enorme fuerza expresiva. Constituyen un testimonio histórico del México de la década de 1980, y de la manera en la que el PRI, partido de Estado, organizaba sus campañas que es muy semejante a como ahora las realiza Morena, fundado por un expriista. Poco o nada ha cambiado en estos últimos 45 años. Hoy en una campaña de Morena se pueden tomar las mismas fotografías que en 1980 en un evento del PRI.
Meyer, con sus imágenes, registra un enorme, gigantesco circo, donde la pista es todo México, y los espectadores son al mismo tiempo los actores. Coincido con Villarreal cuando dice que: "Se registra ampliamente en estas fotografías los principales momentos de esta obra de teatro transexenal: las tumultuosas recepciones en cada pueblo o ciudad, el besamanos de los burócratas, las legiones de periodistas y fotógrafos, los opíparos agasajos, los obsequios, los pintorescos bailes, folclóricos y festivales populares, las tablas estudiantiles y el relajo, el refrendo de la solidaridad sindical, las peticiones de los indígenas y los campesinos las sonrisas y las palmadas, los abrazos, las miradas".
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