La democracia implica aceptación del pluralismo y de la diversidad; tolerancia y dialogo; autonomía de la política y respeto y responsabilidad institucional. En una democracia moderna no es suficiente que los gobernados estén representados. La proximidad y conexión entre representados y representantes, entre elegidos y electores, constituye un elemento primordial en la legitimidad de los actores políticos, el sistema político y su eficiencia social.
Los procesos electorales dan la oportunidad a los ciudadanos para seleccionar a sus gobernantes y, se ha dicho, son una evaluación que se hace de quienes los gobiernan. La reciente jornada electoral en seis estados de nuestra república son un claro ejemplo de ello. Y el análisis de los resultados en cada una de ellas corresponderá tanto a gobernantes como a partidos políticos.
Un gran análisis de conciencia queda en ellos, como instituciones políticas y como administradores de la cosa pública. En toda organización hay que distinguir la cuestión del poder objetivo de la organización de la del poder subjetivo sobre la organización y la del poder subjetivo de la organización. El poder de la organización es la capacidad de acción del todo, según su volumen y contenido, en cuanto acción que se desarrolla hacia adentro y hacia afuera por la organización combinada de todos los miembros de la misma.