Historia
En 1591, la Compañía de Jesús a través del padre Martín Pérez funda la misión de Concepción de Bamoa, que según algunos, su significado en mayo es "A orillas del río" y otros lo traducen como "Espiga en el río". El jesuita parte desde la misión de San Felipe y Santiago de Sinaloa, Sinaloa de Leyva, que era su base.
Antes del contacto con los jesuitas los de Bamoa tuvieron relaciones con españoles. Un grupo de nebomes, de origen pima, que acompañaron a Álvar Núñez Cabeza de Vaca, después del recorrido por la sierra de Chihuahua se asentaron en Bamoa con sus parientes.
En 1615, otro grupo de nebomes del sur decidió trasladarse a la Villa de San Felipe y Santiago, con el propósito de que se les organizara en pueblo de misión y así se consolidó esta migración nativa en las riberas del río Petatlán.
El padre jesuita Diego de Guzmán se hizo cargo de la tarea de acoger y atender a 350 hombres con sus mujeres e hijos y un anciano ciego de 96 años. Los cristianos viejos de Bamoa se disputaron el privilegio de albergar a los recién llegados, mientras se acomodaban en las tierras que se les dieron.
Al día siguiente se bautizaron a 115 niños, se les repartieron alimentos y el capitán les regaló a los cuatro caciques principales instrumentos de labranza, vestido español y espada, y a sus mujeres elegantes trajes; para el año siguiente, llegaron otros 404 naturales.
En 1617 hicieron gestiones ante el padre jesuita Andrés Pérez de Ribas para construir una iglesia, pero no se avanzó mucho. En 1619, recibieron la visita del padre Diego de Guzmán y le ofrecieron más de 500 niños para que los bautizara y tras de ellos se formaron 1200 adultos para recibir este sacramento.
A la expulsión de los jesuitas en 1768, la iglesia tenía una planta basilical de tres naves con 18 pilastras de madera y techo de petate. Ahora el presbiterio tiene vigas.
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