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Crece la incautación de armas de Estados Unidos dirigidas a México

Rubén Aguilar Valenzuela 

La incautación de armas producidas en Estados Unidos y dirigidas al mercado mexicano se triplicó en el período de 2016 a 2023, según el reporte de Small Arms Survey, que se dio a conocer en noviembre pasado.

 

El informe se elabora con datos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP, por sus siglas en inglés) Con destino a México, en el período 2016-2019 fueron incautadas 286 armas y entre 2020 y 2023, 1035, lo que representa un crecimiento del 263%.

 

En el caso de América Latina y México la demanda es de armas de asalto y para el caso de nuestro país el 38% de las incautadas fueron de este tipo, en el resto de América Latina, el 27%, y en el Caribe el 6%.

 

De acuerdo al CBP, la mayoría de los fusiles de asalto destinados a América Latina, la mayor parte tenían como destino México "donde tiene una gran demanda entre los cárteles de la droga (...) en Haití las pandillas están buscando las mismas armas de los cárteles de la droga mexicanos", de manera particular AK-47 y el fusil semiautomático AR-15. La mitad de las armas decomisadas que venían a México fueron de estos dos tipos.

 

El tráfico de las armas hacia México ocurre por las fronteras terrestres con Estados Unidos y se realiza en vehículos particulares. Estos decomisos representan el 76% del total. Llega al 91% si se suman los que se hacen en autobuses, camionetas, furgonetas, y el 5% ocurre a peatones y ciclistas. El restante 4% corresponde a envíos por paquetería.

De acuerdo al estudio el mayor tráfico de armas de Estados Unidos a México ocurre por la frontera de Laredo, Texas, donde se confiscaron el 66% de las armas; le sigue Tucson, Arizona, con el 18%; El Paso, Texas, con el 9% y San Diego, California con el 3%.

 

La organización es consciente de que el número de armas confiscadas es muy menor con relación al número de estas que todos los años ingresan de Estados Unidos hacia México, todas para los grupos del crimen organizado. Se manejan distintas cifras, pero hay un acuerdo que la cantidad ronda en poco más de 200 000 armas larga al año.

 

¿Por qué se decomisan tan pocas armas? Esto dice, la organización, requiere de datos y análisis adicionales con los que ahora cuenta. Los datos que se tienen muestran dos cosas; que el tráfico se realiza por vía terrestre a través de la frontera en vehículos privados, y que han aumentado los decomisos, aunque de manera marginal con relación a los volúmenes de armas que ingresan desde Estados Unidos a México.

 

Small Arms Survey es una organización de la sociedad civil sin fines de lucro que tiene 25 años de existencia, que ofrece conocimientos imparciales, con base en evidencia, que resulta relevante para el estudio y el diseño de las políticas públicas sobre armas y la violencia a gobiernos, formuladores de políticas, investigadores y a la sociedad civil.

 

El Ejército y la sucesión de la dictadura en Nicaragua

Rubén Aguilar Valenzuela 

El dictador de Nicaragua, Daniel Ortega Saavedra, el 21 de diciembre pasado nombró al general Julio César Avilés Castillo al frente del Ejército de Nicaragua por seis años más, al fin de este período habrá estado 21 años al mando de la institución.

 

Los estudiosos de la realidad nicaragüense consideran que esta decisión de Ortega ocurre para garantizar el apoyo y la fidelidad del Ejército, a su esposa Rosario Murillo, vicepresidenta de Nicaragua.

 

Ortega no goza de buena salud y en caso de faltar quien lo habrá de suceder en la presidencia será su esposa, que no tiene todas las simpatías de los integrantes del gobierno y del FSLN, a pesar del enorme poder que goza.

 

En el caso de que Ortega, por problemas de salud, o por su fallecimiento, tuviera que dejar el poder en los próximos seis años, su compañera, la vicepresidenta, tiene el apoyo incondicional del Ejército que comanda Avilés. Así se garantiza la sucesión.

Como lo señala el portal Confidencial, la dictadura aprobó ilegalmente en primera legislatura, el 22 de noviembre de 2024, una reforma constitucional que establece que la Presidencia de Nicaragua estará integrada por un "copresidente y una copresidenta".

 

Esta legislación anula la independencia de los poderes del Estado, que ahora se reducen a "órganos", extiende el período presidencial y garantiza la continuidad de una dinastía familiar.

 

Todo indica que el Ejército está ya sumado al proyecto dinástico de Ortega y Murillo, y que está conjurada cualquier oposición a que Murillo ocupe la presidencia.

 

Y para evitar, el menor de los problemas o inconvenientes, el general Avilés y los generales Bayardo Rodríguez, jefe del Estado Mayor, y Marvin Corrales, inspector general del Ejército, que desde hace seis años integran la Comandancia General, han creado un "tapón institucional" dentro del Ejército, donde los ascensos y retiros dependen directamente del dictador.

 

A cambio, los altos mandos tienen garantizados sus negocios y la expansión de los mismos, que ahora adquieren propiedades en el Caribe, con al apoyo de Ortega y Murillo. La producción pecuaria, entre otras actividades, requiere de acceso a más tierras, que la dictadura les garantiza.

 

El dictador ha entregado a los altos mandos un centenar de propiedades altamente rentables y les concedió aumentos presupuestarios permanentes. La dictadura, y su Ejército participan y se benefician de un mismo proyecto.

100 años con Juan Rulfo

Rubén Aguilar Valenzuela

 

La serie 100 años con Juan Rulfo (México, 2017), producida en por TV UNAM, está dirigida por Juan Carlos Rulfo, su hijo, y tiene siete capítulos: Hacia El Llano en Llamas; Pedro Páramo, el oficio de escribir; Las imágenes de Rulfo; Un hombre de cine; El México de Juan Rulfo; La dignidad del silencio y Cien años con Juan Rulfo. En total son siete horas.

 

La serie de carácter documental aborda a profundidad las diversas etapas de la vida de este extraordinario novelista, que ha tenido una gran influencia en la literatura mexicana y mundial del siglo XX. La serie, para conmemorar los 100 años de su nacimiento, busca ahondar en las preguntas que rodean su vida y profusa actividad creativa.

 

Capítulo 1: Hacia El Llano en llamas. Entre 1945 y 1952, Rulfo reúne una serie de cuento que se publican como El Llano en llamas. Aquí está presente su mirada profunda sobre el México convulso de las postrimerías de la Revolución que le había tocado vivir. En estos cuentos, hay mucho del niño huérfano que fue, del joven tímido y del hombre reservado y observador que, armado con una libreta y una cámara, recorrió el país a pie o por carretera, como agente de migración, alpinista y vendedor de llantas. Los recuerdos familiares, la reconstrucción de un pasado lleno de sobresaltos, apuntala la exploración de los orígenes. ¿De dónde viene Juan Rulfo, cómo se gestó el escritor, qué paisajes lo acompañaban, qué voces, qué deseos, qué influencias lo enriquecieron, en dónde ancló el corazón mientras escribió sus primeras páginas?

 

Capítulo 2: Pedro Páramo, el oficio de escribir. Juan Rulfo se integra al Centro Mexicano de Escritores como parte de una generación brillante de jóvenes escritores mexicanos. Ahí hizo grandes amistades, asesoró a nuevos creadores y desarrolló su novela Pedro Páramo, en la que trabajó ocho años, destinada a ser una obra cumbre de la literatura mexicana y del mundo. Se muestra ya un autor maduro cuyas imágenes literarias, cuya prosa precisa, pulida y pulcra, se han quedado para siempre en los anales de la literatura universal.

 

Capítulo 3: Las imágenes de Rulfo. Juan Rulfo fue un gran fotógrafo. Más de 7000 negativos dan cuenta de una trayectoria explorando las posibilidades del lenguaje de las imágenes. Armado con su Rolleiflex, viajó y posó su mirada sobre el paisaje, sobre la arquitectura, sobre la ciudad, sobre los rostros que pueblan la realidad mexicana. Ni las imágenes de Rulfo son una ilustración de su literatura, ni su prosa puede acompañar o interpretar sus fotografías. Rulfo utilizó la fotografía como una herramienta expresiva en sí misma, explorando sus posibilidades estéticas y técnicas, inspirado también en una rigurosa apreciación y conocimiento del mundo de las imágenes y la luz.

 

Capítulo 4: Un Hombre de Cine. Como muchos otros escritores de su tiempo, Juan Rulfo se acercó al cine. Formó parte de una generación de creadores atraída inevitablemente por el cine de su tiempo. Rulfo se aproximó al cine como espectador, como fotógrafo, como creador de argumentos y textos, e incluso como actor en alguna película. Sus obras han sido llevadas a la pantalla en varias ocasiones. Directores, actores, productores y críticos de cine dan cuenta de la complejidad y la dificultad de la adaptación cinematográfica de la obra de Rulfo. ¿Puede una literatura llenar imágenes literarias, de atmósferas, de silencios, de juegos con el tiempo, ser adaptada al cine?

 

Capítulo 5: El México de Juan Rulfo. La mirada de Rulfo siempre fue sensible a la realidad que lo rodeaba. Atenta a las voces, a los rostros, a la injusticia social y al despojo que sufría el pueblo desde tiempos coloniales y hasta la época actual. Hombre de su tiempo, informado y atento, Rulfo sabía de música, de cine, de literatura, de arquitectura y de fotografía, pero también de historia y de antropología. Apasionado por la historia de México, fue un hombre preocupado por aquellos que siempre fueron discriminados por una sociedad ladina y mestiza. El mundo indígena atrapó su atención desde que Rulfo trabajó para la Comisión del Papaloapan en 1955 y 1956. En 1962 se integra al Instituto Nacional Indigenista (INI) por invitación de Alfonso Caso, como corrector de estilo y editor. Desde ahí, durante más de 20 años contribuyó a la edición de obras fundamentales de la antropología mexicana, asistiendo, desde esa situación privilegiada, a los cambios que habrían de ocurrir en la visión intelectual y académica sobre el mundo indígena.

 

Capítulo 6: La dignidad del silencio. Las remembranzas de la infancia. Allí en la tierra estaba toda su vida, sesenta años de vivir sobre de ella, de encerrarla entre sus manos, de haberla probado como se prueba el sabor de la carne.

 

Capítulo 7: Cien años con Juan Rulfo. Un recorrido por los diversos quehaceres y saberes de Rulfo. A 100 años de su nacimiento sigue siendo fuente de inspiración para múltiples expresiones creativas. Su obra ha sido traducida a más de 50 idiomas y sigue generando estudios, provocando polémica, detonando el impulso creador de muchos artistas. Se suceden las adaptaciones, las ediciones, las versiones. Hoy, nuevas generaciones se acercan a los personajes de Rulfo, a su prosa inconfundible, al mundo y las atmósferas que creó. ¿Quién habita o es habitado por el mundo rulfiano en el arte y la sociedad contemporánea?

 

En la serie, el registro de la voz de Juan Rulfo leyendo Pedro Páramo; las entrevistas con los personajes de la literatura mexicana, latinoamericana y de otras latitudes del mundo; la entrevistas a Juan Rulfo en distintas etapas de su vida; el material documental y fotográfico.

 

Cada capítulo de la serie, que es de una hora, es un tejido fino y cuidadoso, que une piezas, obra de Juan Carlos Rulfo, hijo del escritor, y director de este trabajo, que va más allá del recuento biográfico, que sí lo hace, para recoger múltiples voces, que a la manera de un coro polifónico, dan cuenta del hombre, del hijo, del padre, del literato, del guionista, del fotógrafo, del viajero, del personaje de su tiempo, que hoy permanece.

 

Es un homenaje poderoso, y al mismo tiempo discreto, de este personaje clave de la literatura de todo el mundo. No hay nadie de los grandes de su época y de los de ahora, que no hayan sido influidos por él. Es un homenaje del hijo al padre, realizado con profesionalismo y también con mucho amor. La serie me impactó y conmovió. Aprendí mucho.

 

100 años con Juan Rulfo

Título original: 100 años con Juan Rulfo

Producción: TV UNAM, México, 2019  

Dirección: Juan Carlos Rulfo

Guion: Marina Stavenhagen

Fotografía: Eduardo Herrera, Juan Carlos Rulfo y Héctor Ortega

Música: Gerardo Tamez

La extorsión

Rubén Aguilar Valenzuela

En el sexenio del presidente López Obrador (2018-2024), el número de las víctimas de extorsión creció a niveles históricos, para sumar 57 499 carpetas de denuncia, según el reporte Víctimas del Delito del Fuero Común, publicado por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).

 

Los números de los casos reales de extorsión alcanzan los millones al año y solo en 2023 se registraron 4 900 000, según el INEGI, que con estimaciones de la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (Envipe), la cifra negra en el caso de extorsión fue de 97.4% entre 2018 y 2023, y llega al 100% en estados como Sonora, Guerrero y Nayarit.

 

El cobro de piso se ha extendido por todo el país, y ahora es una de las actividades más rentables para los grupos del crimen organizado, que privilegian el tipo de cobro de acuerdo a la entidad federativa de la que se trate, como el limón en Michoacán, la madera en Durango o casinos en distintas entidades del país.

 

A partir de la pandemia del Covid-19, en el país creció exponencialmente los casos de extorsión por vías electrónicas, de manera especial el teléfono, y se multiplicaron los que se conoce como delitos cibernéticos, que tiene que ver con robo de identidad e intervención en cuentas de WhatsApp. Todos casos de extorsión.

 

En 2019, se presentaron 9003 denuncias; en 2020, 8380; en 2021, 9408; en 2021, 11 039, que rompió todos los récords desde que se lleva contabilidad de este delito; en 2023, 10 946 y en 2024 (septiembre) 8153.  Los especialistas consideran que las víctimas son millones más, pero es un delito, como otros, que no se denuncia por temor a los criminales o desconfianza a las autoridades.

 

El mayor número de carpetas abiertas sobre denuncia de extorsión durante el sexenio fue en el Estado de México, con 19 512; seguido de Veracruz con 4684; Jalisco con 3696; Nuevo León con 3658; Ciudad de México con 2939 y Guanajuato con 2381. Suman el 68% del total. Y no son nada con relación a los millones de caso de extorsión que ocurren al año en todo el país.

 

La extorsión en un crimen que ofrece grandes ganancias sin peligro alguno para quienes cometen este delito y con 100 por ciento de impunidad. Es, por lo mismo, que se han convertido en una actividad que ha acogido y multiplicado los grupos del crimen organizado. Es evidente que la política de seguridad del sexenio pasado no hizo nada para frenar el crecimiento de este delito y tampoco para disminuirlo.

 

Habrá que ver si la estrategia de seguridad del gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum (2024-2030) enfrenta el delito de la extorsión, que implica el cobro de piso, y reducen sus niveles o siguen igual que en el sexenio anterior. Las estadísticas del INEGI y del SESNSP ya nos dirán cuáles son los resultados y si se hay cambios o todo sigue igual.

Los presos en las cárceles de México

Rubén Aguilar Valenzuela

En 2023, el total de las personas privadas de su libertad en el sistema penitenciario de México era de 233 277, y en 2022 de 198 805, de un año a otro aumentó en 34 472 personas que es el 17.33%, según el Censo Nacional de Sistemas Penitenciarios en los ámbito federal y estatal (CNSIPEE-F) 2024, elaborado por el Inegi.

 

Para 2023, del total de las personas privadas de su libertad 94.3% eran hombres y 5.7% mujeres. Y 232 000 eran adultos y 1274 adolescentes. De estas 212 425 se encontraban en prisiones del sistema estatal, que es el 89%, y 20 852 en el federal, que es el 11%.

 

De 2017 a 2023, las personas privadas de su libertad sumaron: en 2017, 201 903; en 2018, 196 322; en 2019, 198 806; en 2020, 211 154; en 2021, 220 419; en 2022, 226 077 y en 2023, 233 277.

 

El censo señala que del total de las personas privadas de su libertad, en 2023 las que se encuentran sin sentencia, el 44.3% estaba en prisión preventiva oficiosa; el 32.5% en prisión preventiva justificada; el 19.7% no identificó su estatuto jurídico y el 3.5% en otros supuestos jurídicos.

 

Sobre el tiempo que transcurre para recibir una sentencia, el 21.1% de los hombres y el 22.2% de las mujeres ha esperado de seis a 12 meses, para que esta se otorgue. El 20.9% de los hombres y el 16.5% de las mujeres llevan de 12 a 24 meses, en espera de su sentencia.

 

En la actualidad en el país existen 331 centros penitenciarios, de estos 14 son federales, 266 estatales y 51 especializados. Las entidades federativas que más centros tienen son: Estado de México, 23; Puebla, 21; Sonora y Veracruz, 20 cada uno; Chiapas y la Ciudad de México, 17 cada uno; Zacatecas y Jalisco, 14 cada uno; Guerrero, Hidalgo y Michoacán, 13 cada uno.

 

La capacidad instalada, camas en los centros, son 229 032. En los centros penitenciarios estatales hay 194 261, en los federales 28 520 y en los especializados 6251. La tasa de ocupación en los centros federales es de 73.1% y en los estatales de 105.9%.

 

Las entidades con más espacios y camas son: Ciudad de México con 29 669; Baja California, 15 154; Estado de México, 14 917; Jalisco, 13 875 y Nuevo León, 9830.

En 2023, el total del presupuesto para el funcionamiento de los centros penitenciaros fue de 43 mil 553 millones 993 mil 790 pesos. Con relación a 2022 hubo una reducción del 8.1%.

 

El 37.5% del presupuesto se ejerció en los penales federales y el 62.5% en los penales estatales. El Estado de México concentró el 28.85 del total del presupuesto que ejercieron los centros estatales.

 

Esta encuesta del Inegi solo registra las partes numéricas del sistema penitenciario, pero no las condiciones de vida a la que se enfrentan las personas privadas de su libertad. Eso será tema de otro artículo.

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