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La promesa a Salomé

Rubén Aguilar Valenzuela 

La promesa (Libros del Asteroide, 2022) es una novela del sudafricano Damon Galgut (Pretoria, 1963), que publica en su país en 2021 y con ella gana el Premio Booker.

 

A lo largo de cuatro décadas, se cuenta la historia de los Swart una familia afrikáner que vive en una granja de su propiedad en las afueras de Pretoria, en Sudáfrica. La familia está constituida por Manie, el padre, Raquel, la madre, y sus hijos Anton, Astrid y Amor.

 

En 1986 muere Raquel tras una larga enfermedad, pero antes de fallecer, promete a Salomé, una mujer negra que lleva muchos años como trabajadora doméstica, que le va a dar en propiedad la casa en la que vive dentro de la granja.

 

Amor, la hija menor, de manera accidental oye cuando Manie se compromete con Raquel a entregar la propiedad. En el funeral le recuerda a su padre la promesa de su madre. Este le dice no recordar haberla hecho y no muestra intención de cumplirla.

 

Los tres hermanos, después de años de no verse, se reúnen en la granja familiar cuando su padre es atacado por una serpiente cuya mordedura resulta fatal.

 

Desde hace diez años Anton no regresaba a casa desde tiempo en el que se dio de baja en el Ejército y en esos años vivió una vida de un lado para otro.

 

Astrid está casada y tiene mellizos y Amor vive en Inglaterra durante varios años. El testamento de su padre hace a los tres copropietarios de la tierra y no considera la casa prometida a Salomé.

 

La novela penetra en la vida de cada uno de los miembros de la familia. Anton, que ahora se hace cargo de la granja se casa con Desirée, su novia de la juventud. El matrimonio no funciona, pero no se separan.

 

Astrid está casada con segundas nupcias y mantiene en secreto una aventura amorosa con el socio comercial de su esposo, que es negro. Recién se ha convertido al catolicismo. Siempre busca al sacerdote y se confiesa de su pecado.

 

El día que el padre se niega a darle la absolución mientras no tome la decisión de dejar a su amante. Al salir de la iglesia, un criminal la secuestra y asesina.

 

Amor, que trabaja como enfermera en una sala de VIH en Durban, donde vive desde años con su pareja del mismo sexo, viene al funeral de su hermana.

 

Aquí, le recuerda a Anton la promesa de su madre, que su padre no cumplió. Él se compromete a que esa promesa se cumpla y Salomé se haga propietaria de la casa.

 

En 2018 Anton, que se ha vuelto alcohólico, en una crisis depresiva, debido a su matrimonio fallido, la impotencia, el trauma por la muerte de un civil cuando estaba en el Ejército, las deudas y la sensación de que ha desperdiciado su vida, una noche, después de pelearse con Desirée, se suicida.

 

Amor, que ahora vive en Ciudad del Cabo después de haber dejado a su pareja y el anterior trabajo, es informada por Salomé, de la muerte de Anton. Se traslada a la granja.

 

Ahora que es el único miembro que vive de la familia transfiere legalmente la casa prometida a Salomé. Y también le da parte de su herencia paterna. A ella no le interesa conservar la granja que por décadas perteneció a su familia y se la regala a Desirée.

 

Los estudiosos interpretan la historia de la familia Swart como una alegoría de la Sudáfrica posterior al apartheid. El autor a través de la minuciosa descripción del entorno, de la vida y la personalidad de sus personajes habla de los cambios políticos y sociales del país tras el fin de la segregación racial.

 

La crítica sitúa a Galgut en la tradición de William Faulkner, Virginia Woolf y James Joyce. Y reconoce en su estilo y manera de escribir como original y única.  Antes los sudafricanos que ganaron el Premio Booker son los Premio Nobel de Literatura Nadine Gordimer (1991) y J. M. Coetzee (2003).

 

Galgut ha publicado nueve novelas. Sus libros han sido traducidos a dieciséis idiomas. En 2020 se estrenó la adaptación al cine de su novela The Quarry (1995). En España, Celia Filipetto que tradujo La promesa ganó en 2023, el Premio Nacional de traducción.

 

La promesa

Damon Galgut

Libros del Asteroide

Barcelona, 2022

pp. 336

 

 

 

 

Versión original. The Promise que se publica en 2021 por Penguin - Random House Sudáfrica. La traducción al español es de Celia Filipetto.

 

 

@RubenAguilar

¿Puede en México ocurrir lo que sucedió en Brasil?

Rubén Aguilar Valenzuela 

El presidente de Brasil, Jair Messias Bolsonaro (68), cuando en 2022 perdió la elección frente a Luiz Inácio Lula da Silva (78) pretendió dar un Golpe de Estado.

 

En su calidad de comandante en jefe de la Fuerzas Armadas citó a una reunión en el palacio de la Alvorada, su residencia oficial, al ministro de Defensa, de la Fuerza Aérea y de la Marina.

 

Esto con el propósito de conseguir el apoyo de los militares, para impedir que el presidente ganador en las elecciones asumiera su cargo, el 1 de enero de 2023.

 

El 15 de marzo pasado el Tribunal Supremo de Brasil dio a conocer las declaraciones de los generales Marco Antonio Freire Gomes, entonces jefe del Ejército, y Carlos de Almeida Baptista, jefe de la Fuerza Aérea.

 

Confirman que Bolsonaro intentó reclutarlos para dar un Golpe de Estado y que los dos se negaron, pero que el jefe de la Armada, el almirante Almir Garnier, abrazó el plan y ofreció a sus marineros.

 

En octubre de 2022, en segunda vuelta, Bolsonaro perdió la elección por el 1.8 por ciento de los votos. A partir de ahí empezó a tramar el Golpe de Estado.

 

El general Freire Gomes, dice que la primera reunión de la cúpula militar la cita Bolsonaro el 1 de noviembre de 2022. Ahí el abogado general de la Unión afirma que no hubo fraude.

 

Bolsonaro pregunta "si se puede hacer algo contra el resultado" y el abogado le responde que los comicios "fueron legales". Entonces comparece en público, pero sin aceptar los resultados.

 

De acuerdo a la información de los generales Freire Gomes y de Almeida Baptista, Bolsonaro en el mes de noviembre citó a cinco o seis reuniones con claro carácter golpista, para que Lula no asumiera la presidencia.

 

El general de Almeida Baptista dice en su testimonio que en una ocasión, cuando Bolsonaro plantea la posibilidad de atentar contra el orden democrático, le dice que él en ese caso tendría que "detener al presidente de la República".

 

Para presionar a los comandantes militares que se negaban a sumarse al golpe, desde palacio, el 16 de noviembre de 2022, empieza una campaña en redes sociales en su contra.

 

El 7 de diciembre de 2002, Bolsonaro le presenta al almirante Garnier un borrador del decreto golpista que ordena una intervención militar, bajo el pretexto de una operación de garantía de la ley.

 

En ese momento el almirante se coloca a disposición del presidente. El 9 de diciembre, Bolsonaro se dirige a sus seguidores, por primera vez desde su derrota, y apela al pueblo: "¡Quien decide hacia dónde van las Fuerzas Armadas son ustedes!"

 

El 14 de diciembre de 2022, Bolsonaro presenta a la cúpula militar otro borrador de decreto, para dar el golpe. De Almedia Baptista pregunta: "¿ese documento prevé la no asunción del cargo por parte del nuevo presidente electo?".

 

Y añade que de ser así no acepta recibir el documento y sale de la sala. El borrador queda en la mesa. La campaña contra el general de la aviación se intensifica en redes sociales, le acusan de "traidor a la patria".

 

El general Freire Gomez declara "que el Ejército no aceptará ningún acto de ruptura constitucional". Y advierte a Bolsonaro de que se debe respetar el resultado de las elecciones y que de otra manera "puede derivar en responsabilidades penales del presidente".

 

El 30 de diciembre de 2022, Bolsonaro huye hacia Estados Unidos. El 1 de enero de 2023, Lula inicia su tercer mandato como presidente. El respeto a la Constitución que juraron cumplir los generales Freire Gomes y de Almeida Baptista impide el Golpe de Estado.

 

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Información tomada del artículo de Naiara Galarraga Gortázar, El País, 17.03.24.

 

 

@RubenAguilar

¿Cómo ven los jesuitas la inseguridad en México?

Rubén Aguilar Valenzuela 

El padre jesuita Jorge Atilano González Candia (Huatusco, Veracruz, 1972), responsable del área del trabajo social de la Compañía de Jesús en México, en una entrevista con Elías Camhaji (El País, 11.03.24), plantea cómo los jesuitas ven el problema de la inseguridad de nuestro país.

 

Camhaji pregunta ¿de qué tamaño es el problema de la violencia en México? El jesuita responde: "Estamos preocupados porque desde las misiones que tenemos en Chiapas, Chihuahua, Michoacán o Guerrero estamos viendo que ha crecido el control de los territorios (de parte del crimen organizado)".

 

Y añade "vemos que están siendo controlados policías municipales, alcaldes, el transporte público. Nos preocupa el tipo de sociedad que estamos creando y toda la violencia que se está dando. Las cifras oficiales muestran que han bajado los homicidios, pero el sentimiento es que vamos perdiendo libertades. Eso lo vemos cada vez más presente".

 

El periodista pregunta ¿cómo se ve desde la perspectiva de la Iglesia el fenómeno del narco y su influencia en el país? El jesuita, especialista en procesos de construcción del tejido social, responde: "Hay muchas miradas. Como yo lo veo, es que si el narcotráfico en México es fuerte, es porque tenemos un tejido social que ha sabido utilizar a su favor. Y eso le ha dado fuerza".

 

Esto, añade, "se ve reflejado en la fidelidad a los liderazgos, en el daño que pueden cometer para tener reconocimiento social, en la base social que han logrado construir. Estamos teniendo un fenómeno nuevo. Estas economías logran tener una base social a su favor. La gente espera recibir ciertos favores, pero acaban siendo puestos como barreras contra otro grupo delictivo o contra las autoridades. Esto nos mete en una situación complicada".

 

A la pregunta sobre ¿qué impacto ha tenido la violencia en este proceso electoral?, el jesuita responde que desde hace por lo menos tres años: "Las economías criminales han diversificado sus negocios. De la droga han pasado a la minería, al huachicoleo o a controlar los tianguis y otro tipo de economías más informales".

 

Y agrega que "empezamos a detectar cómo se han metido a las alcaldías, para desde ahí financiar sus ejércitos, cumplir las funciones de la policía o financiar sus estructuras. Eso es muy peligroso para un país que quiere ser democrático y una ciudadanía que quiere andar libremente en su tierra".

 

El padre González Candia estudió Filosofía y Ciencias Sociales en el ITESO-Guadalajara (1994-1999); Teología en la Ibero-Ciudad de México (2001-2005), y tiene una Maestría en Ética Social en la Universidad Alberto Hurtado en Santiago de Chile (2013-2014).

 

Camhaji pregunta ¿cómo viven la violencia los miembros de la Iglesia en el terreno? El jesuita responde: "Como sacerdotes, la gente nos tiene mucha confianza de platicar lo que viven. Y lo que veo es que hay mucho dolor y mucho miedo (...). Una realidad que me mueve mucho es ver el impacto que esto está teniendo en los jóvenes. Jóvenes atrapados, obligados a meterse a las drogas y a estos grupos. Eso también nos preocupa y nos duele".

 

El periodista pregunta si con la intervención de la Iglesia en el tema de la construcción de la paz ¿no puede haber un problema con el Estado laico? El jesuita responde: "Yo creo que el problema sería si hubiera una política partidista y eso no se ha dado en ningún momento. Hemos evitado que este movimiento se vea envuelto en eso".

 

 

 

@RubenAguilar

Violencia electoral y protección a candidatos

Rubén Aguilar Valenzuela 

El pasado viernes 22 de marzo eran ya 83 las solicitudes de protección personal de candidatas y candidatos a puestos de elección popular a nivel federal, y de ellos el INE aprobó que a 74 se les diera seguridad.

 

La presidente del órgano electoral, Guadalupe Taddei, señala que cuando llega una solicitud de protección, la mesa de seguridad tiene 48 horas para analizar el caso y determinar el nivel de seguridad que se otorga a cada candidato o candidata.

 

Del 4 de junio de 2023 al 19 de marzo de 2024, la organización Laboratorio Electoral había registrado 125 casos de violencia relacionados con el proceso electoral a nivel local y federal.

 

Las personas asesinadas suman 46, 40 hombres (72%) y seis mujeres (28%).  De ellas, 24 aspiraban a una candidatura a un puesto de elección popular.

 

A lo largo de este mismo tiempo han ocurrido 19 atentados de asesinato que no se logró consumar, 54 amenazas y seis secuestros.

 

Esta organización y otras registran que entre 2022 y 2023 aumentó de manera significativa las amenazas y ataque directos a las familias de las y los candidatos.

 

De 2018 a marzo de 2024, el proyecto Votar entre Balas de la organización Data Cívica registra 1709 actos de violencia que incluye asesinatos, ataques y amenazas.

 

En ese periodo los estados con el mayor número de casos son: Guerrero 195); Guanajuato (175); Veracruz (165); Oaxaca (118) Jalisco (97) y Morelos (96).

 

Del 1 de enero al 22 de marzo de 2024 eran ya 26 los políticos asesinados y más de la mitad de ellos precandidatos y candidatos.

 

En lo que va de este año los estados que concentran la mayor violencia electoral son: Guerrero, Guanajuato, Jalisco, Colima, Estado de México y Zacatecas.

 

Están también Morelos, Veracruz, Baja California, Michoacán, Chiapas, Ciudad de México, Sonora, Nuevo León, Tamaulipas y Tabasco.

 

Del seguimiento de los casos por parte de las organizaciones de la sociedad civil, pero también de las procuradurías de los estados, se puede prefigurar un primer mapa de riesgo electoral.

 

La presidenta del INE sostiene que la institución a su cargo no ha elaborado un mapa de riesgo electoral porque esta no es una tarea que le corresponda.

 

Hay académicos, líderes de organizaciones de la sociedad civil y políticos de la oposición que sostienen que esta sí es una responsabilidad del INE.

 

La elaboración del mapa de riesgo electoral debería ser una prioridad del Estado mexicano, pero hasta ahora nadie se hace responsable de él.

 

En medio de este vacío, el asesinato de candidatas y candidatos habrá de continuar.

 

Al término de este proceso serán organizaciones de la sociedad civil, no el gobierno, quienes van a ofrecer un análisis preciso de lo que ocurrió.

 

La violencia electoral es un tema de investigación creciente en el ámbito de la academia y de las organizaciones de la sociedad civil ante el incremento exponencial de la misma.

 

 

@RubenAguilar

La CEM y los datos de la realidad

Rubén Aguilar Valenzuela

La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) sin entrar en la polémica con la candidata Claudia Sheinbaum (Morena-PT-PVEM), los obispos siempre evitan la confrontación, responden a las objeciones que planteó sobre el diagnóstico del documento Compromiso Nacional por la Paz.

 

A pesar de sus desacuerdos, que hizo públicos y entregó a los obispos, firmó el documento el pasado 11 de marzo. Lo lógico era que si no aceptaba el contenido del texto no se hiciera presente en la reunión. Todo indica que lo hizo solo por razones de índole político electoral. No quiso pagar el costo de no hacerlo.

 

Para fijar su posición, la CEM, como en otras ocasiones solicitó al sacerdote Mario Ángel Flores, director del Observatorio Nacional de la CEM, que respondiera a las objeciones de la candidata. Para ello dio una entrevista a Elías Camhaji (El País, 13.03.24)

 

Flores, dice que sorprende que Sheinbaum dijera "no estoy de acuerdo con el diagnóstico". Y añade que "eso es algo que no está sujeto a opiniones. Es una realidad. Tal vez podría decir "no estoy de acuerdo con algunas de las soluciones". Pero si de entrada no acepta la realidad que estamos viviendo (...) esto es sorprendente".

 

Quien fuera rector de la Universidad Pontificia de México dice que "cuando no se reconoce lo que está sucediendo, lógicamente no se va a poder dar una respuesta a esa realidad. Eso es lo sorprendente". A un académico reconocido como Flores extraña que la candidata se niegue a aceptar los datos sobre la violencia de las instituciones del Estado mexicano. Son los que cita el documento.

 

El sacerdote no acepta el calificativo de "pesimista" que utilizó la candidata para referirse al diagnóstico general del documento, que surge de cientos de encuentros ciudadanos en todo el país y de la contribución de especialistas en el tema.

 

En su versión "basta ir a algunas poblaciones donde se vive bajo la presión del crimen organizado, con el cobro de piso, los controles de las carreteras, las amenazas (...) Ese es el diagnóstico que ella dice que es "muy pesimista".

 

Y también hizo mención de que es imposible, como ella lo hizo, de negar el proceso de militarización que ahora existe en el país y asegura que "bueno, si los militares están ya hasta en la sopa, no sé qué será militarizar más este país. Si no se reconoce una realidad, no podemos cambiar esa realidad."

 

Flores, miembro de la Comisión Teológica Internacional, considera que el espacio del diálogo está abierto de parte de la CEM, pero que la candidata con su postura "de una manera muy terminante cerró ese diálogo con las observaciones que hizo", pero espera que pueda ocurrir porque ella también dijo "sigamos dialogando".

 

La candidata y su equipo no han reaccionado a las declaraciones de Flores, que habla a nombre de la CEM. El 11 de marzo, el día de la firma del documento, las candidatas y el candidato nombraron a responsables de sus equipos para establecer el diálogo con el movimiento a favor de la paz que impulsa la CEM. Hasta ahora no se ha dicho nada sobre estos.

 

 

 

@RubenAguilar

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