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La persistencia del sistema político 

Goya_artículo_JVB_250224.jpegEl teórico político David Easton, en su libro Esquema para el análisis político”, ha señalado que la característica peculiar de los sistemas políticos, compartida con otros sistema sociales y aún con algunos mecánicos y biológicos, es que no están necesariamente indefensos frente a las perturbaciones que los pueden afectar. Sus procesos y estructuras no reciben impunemente los caprichosos embates de azar. 

Debido a los rasgos particulares del sistema político, sus miembros gozan de la oportunidad -que no siempre aprovechan- de responder a las tensiones de modo de asegurar la persistencia de algún tipo de sistema, a fin de tomar y ejecutar decisiones obligatorias.

Señala, además, que desde las sociedades tradicionales más pequeñas y simples hasta las más modernas y complicadas, hubo siempre al menos algunos individuos dispuestos a correr los riesgos más serios -y aún ansiosos por hacerlo- con el objeto de tener voz en la fijación de los arreglos, políticos básicos o de los objetivos y fines particulares dentro de una estructura ya existente. 

No obstante, son asombrosamente pocas la sociedades que sucumbieron ante las tiranteces que provocan las pasiones, así desencadenadas, por incapacidad de proveer estructuras y procesos aptos para designación autoritaria de valores. Cabía esperar que con mucha frecuencia los sistemas políticos expuestos a una tensión tan constante entre sus miembros, resultaran destruidos. 

La capacidad de ciertos tipos de sistemas políticos para perdurar nos provocaría admiración si no estuviéramos tan acostumbrados a considerarlo como el curso normal de los hechos.

El ambiente político que se vive actualmente en México no debe llamarnos al temor, sino a la reflexión. Es normal en cualquier sistema político las tensiones entre sus miembros, pero debemos saber procesarlas democráticamente. 

Como una forma de comprender la actual situación, vale la pena analizar lo que piensa uno de los actores principales en el debate de las ideas, el presidente Andrés Manuel López Obrador.

López Obrador señala en su más reciente libro: “ A veces, los objetivos de la revoluciones no se obtienen o no perduran, porque no se hacen acompañar de cambios de mentalidad en la población que permitan, con su participación, activa y consciente, contrarrestar las desviaciones que se originan cuando los dirigentes de los procesos de transformación, no actúan de manera congruente o se corrompen. En otras palabras, no se trata de llegar al poder, y que la gente siga pensando igual, sino que la transformación sea asimilada, producida aplicada y defendida por el pueblo.”

Esta concepción es el principal sustento político de nuestro movimiento. Creemos en la necesidad de despertar la conciencia cívica, no solo de un grupo o minoría, sino de amplios sectores de la población, de una mayoría lo suficientemente poderosa como para establecer un nuevo orden social y político.”

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La “Marcha por Nuestra Democracia” y el compromiso ciudadano

Foto_artículo_JVB_180224.jpegEste domingo se realizó la llamada Marcha por Nuestra Democracia”, tanto en el Zócalo de la Ciudad de México, como en otras importantes ciudades del país. 

En la efectuada en la capital de la República, la más relevante, por su capacidad de convocatoria y resonancia natural, el único orador fue el ex-consejero presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), Lorenzo Córdova Vianello, quien previamente había señalado que la marcha por la democracia del 18 de febrero, es un nuevo ejercicio para defender públicamente el voto libre, las instituciones de la democracia y a la Constitución como el arreglo político en el que todos, a pesar de nuestras diferencias, tenemos cabida”.

Lorenzo Córdova, quien lleva ya algunos desencuentros con el presidente Andrés Manuel López Obrador, fijó la postura de los convocantes señalando como premisa: Estamos frente a un proyecto de restauración autoritaria que quiere regresarnos a las épocas de un partido hegemónico que pretende revertir muchas de las conquistas democráticas que se han conseguido y que les permitieron llegar al poder”

Su argumento fue el siguiente: Hace unos días se volvió a presentar una serie de iniciativas que buscar destruir al INE como lo conocemos y, a través de una elección directa de sus consejeros, controlarlo políticamente. No se requiere un árbitro imparcial, se requiere un árbitro que responda a los intereses de la mayoría del momento y eso no podemos ni vamos a permitirlo”.

Y agregó: No se vale exigir reglas de equidad y condiciones justas en la competencia política siendo oposición, y violarlas sistemáticamente siendo gobierno, esa deslealtad hoy pone en peligro a nuestra democracia”.

Al exponer sus pruebas de la amenaza de un proyecto de regresión autoritaria”, abundó: No se trata de especulaciones o de falsas alarmas, ahí están las iniciativas, se busca desaparecer los órganos autónomos para que las tareas vuelvan al Ejecutivo tal y como sucedía hace 30 años, cuando estaban a cargo de una Presidencia autoritaria”.

Señaló, además, que México no es el país de unos cuantos, mayorías y minorías cuentan con los mismos derechos”.

La democracia es una obra la colectiva y su defensa es también lo es (…); estamos aquí para defender algo que es nuestro y que no vamos a permitir  que nos lo arrebaten. Si los autoritarios no descansan, tampoco lo haremos quienes defendemos la libertad y la democracia”. 

Finalmente, convocó a los ciudadanos a participar como funcionarios de casilla, como observadores electorales y votar masivamente el 2 de junio ya que el futuro de la democracia nacional estará en sus manos. 

La movilización ciudadana siempre será bienvenida en un sistema democrático. Por eso es importante que todos recordemos que la participación política comprende una gama de acciones diversas: atención a la información política en los medios masivos, discusión política dentro del seno familiar o en el centro de trabajo, proselitismo espontáneo sin intención, voto en las elecciones, acción comunitaria, asistencia a actos políticos, relaciones con políticos y funcionarios públicos, aportación de fondos a causas políticas, militancia partidista, trabajo de partido, realización de tareas de campaña, entre otras.  

Estas formas de acción política de los electores conducen, de algún modo, a orientar su voto. La participación política está impulsada por el interés propio, el sentido del deber ciudadano, el impacto percibido del gobierno sobre la vida propia, el sentido de eficacia política de la acción personal, el conocimiento de las opciones políticas disponibles. La gente vota, hace campaña, se manifiesta, hace huelga o mítines porque piensa que el gobierno puede solucionar algún problema individual o de grupo. 

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La fuerza del voto retrospectivo 

El presidente Andrés Manuel López Obrador se ha propuesto convertir las elecciones presidenciales del 2024 en una especie de plebiscito. Su objetivo: obtener un apoyo masivo del pueblo a la causa de la llamada Cuarta Transformación.

Por supuesto que los procesos electorales son también una evaluación del gobierno en turno y de su partido. El elector hará un análisis de lo prometido y lo cumplido por su gobernante. Así como la expectativa contrastada con su realidad, los resultados reflejados en su vida cotidiana.

Por ello, y para brindarles elementos para que cada quien haga su análisis personal e incluso familiar,  deseo en este envío recordar que en su primer discurso, ya como virtual ganador de la contienda presidencial, Andrés Manuel López Obrador, en primer lugar, llamó a todos los mexicanos a la reconciliación y a poner por encima de los intereses personales, por legítimos que sean, el interés general. Y citó a nuestro héroe Vicente Guerrero: "La patria es primero".

Afirmó que el nuevo proyecto de nación buscaría establecer una auténtica democracia. "No apostamos a construir una dictadura abierta ni encubierta. Los cambios serán profundos, pero se darán con apego al orden legal establecido. Habrá libertad empresarial; libertad de expresión, de asociación y de creencias; se garantizarán todas las libertades individuales y sociales, así como los derechos ciudadanos y políticos consagrados en nuestra Constitución".

El Presidente envió también un mensaje de calma y serenidad a los mercados y fue muy claro al señalar que en "materia económica, se respetaría la autonomía del Banco de México; el nuevo gobierno mantendría disciplina financiera y fiscal; se reconocerían los compromisos contraídos con empresas y bancos nacionales y extranjeros".

Respecto a los contratos del sector energético suscritos con particulares, señaló que serían revisados para prevenir actos de corrupción o ilegalidad. "Si encontráramos anomalías que afecten el interés nacional, se acudirá al Congreso de la Unión, a tribunales nacionales e internacionales; es decir, siempre nos conduciremos por la vía legal". Y mostró su respeto hacia la propiedad privada afirmando: "No actuaremos de manera arbitraria ni habrá confiscación o expropiación de bienes", poniendo fin incluso a los temores de alguna clase media que creían que les iban a quitar su casa propia para dársela a los pobres.

Además, estableció como la misión principal del nuevo gobierno, erradicar la corrupción y la impunidad. "La transformación que llevaremos a cabo consistirá, básicamente, en desterrar la corrupción de nuestro país. No tendremos problema en lograr este propósito porque el pueblo de México es heredero de grandes civilizaciones y, por ello, es inteligente, honrado y trabajador". En su diagnóstico, "la corrupción no es un fenómeno cultural sino el resultado de un régimen político en decadencia. 

Estamos absolutamente seguros de que este mal es la causa principal de la desigualdad social y económica y de la violencia que padecemos". 

En cuanto a su visión del desarrollo social, López Obrador fijo algunas líneas de acción como las siguientes: "Bajará el gasto corriente y aumentará la inversión pública para impulsar actividades productivas y crear empleos. El propósito es fortalecer el mercado interno, tratar de producir en el país lo que consumimos y que el mexicano pueda trabajar y ser feliz donde nació, donde están sus familiares, sus costumbres, sus culturas; quien desee emigrar, que lo haga por gusto y no por necesidad".

El Estado, señaló, dejaría de ser un comité al servicio de una minoría y representaría a todos los mexicanos: a ricos y pobres; a pobladores del campo y de la ciudad; a migrantes, a creyentes y no creyentes, a seres humanos de todas las corrientes de pensamiento y de todas las preferencias sexuales. 

Escucharemos a todos, atenderemos a todos, respetaremos a todos, pero daremos preferencia a los más humildes y olvidados; en especial, a los pueblos indígenas de México. Por el bien de todos, primero los pobres".

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