Desde la era del sistema de partido hegemónico, hasta incluso en los periodos gobernados por los partidos opositores al Revolucionario Institucional, la transición en el Poder Ejecutivo, es decir en el poder presidencial, se daba bajo un esquema de rompimiento con el sucesor inmediato.
Como si al iniciar el nuevo gobierno iniciara un nuevo país; dejando atrás planes, programas y proyectos, y reiniciando la vida pública desdeñando la experiencia acumulada por la anterior administración. Ejercicio que, entre otras cosas, no facilitaba la planeación a mediano y largo plazo, limitándose a un horizonte sexenal, en la mayoría de los casos.
En el arranque de la presente administración, la Presidenta Claudia Sheinbaum ha dado señales que no seguirá con aquella tradición política administrativa.
Por ejemplo, en el evento de inauguración de la ampliación y modernización de la autopista Tuxtla Gutiérrez-San Cristóbal de las Casas, la presidenta reiteró su postura al señalar: “Cuando estuve aquí en campaña dijimos siempre que se definían dos temas principales en la elección del 2024: El primero era la continuidad de la Transformación, de la Cuarta Transformación de la Vida Pública. Y el segundo dije: es Tiempo de ¡Mujeres!”
Y explicó que continuar con la Cuarta Transformación significa seguir con los principios de ese movimiento que viene desde hace muchos años, “los principios que nos llevaron a la lucha a que el Presidente López Obrador llegara en el 2018.”
En seguida, definió esos principios: El primero, “Por el bien de todos, primero los pobres”. Es un principio solidario, fraterno, que caracteriza al pueblo de México. “Nosotros no dejamos a nadie atrás, siempre le damos la mano al más humilde, al que sufre, eso hacemos las familias mexicanas y eso hacemos entre todos y entre todas.”
La Presidenta señaló que esa máxima del pueblo de México se llevó al gobierno; “el gobierno que encabezó López Obrador, con ese principio mostró, no solamente que es justicia social, sino que además da resultados: disminuyó la pobreza, disminuyeron las desigualdades, creció el país, aumentaron los empleos. Fíjense, somos de los países de todo el mundo con menos desempleo, y es que el presupuesto público se destina a apoyar al pueblo de México.”