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CAPITALES: ¿Habrán llegado las energías renovables a un punto de inflexión global?

Francisco Treviño Aguirre

La energía eólica y solar alcanzó un récord en 2021, generando el 10 por ciento de todas las necesidades de electricidad del mundo por primera vez en la historia, pero las emisiones generales continuaron creciendo a medida que la demanda de energía se recuperó a raíz de los sucesivos bloqueos impulsados por la pandemia del coronavirus, lo que incrementó la generación de energía con carbón. Aun así, se estima que la generación solar creció un 23 por ciento y la eólica un 14 por ciento el año pasado. En este sentido, en los seis años transcurridos desde que se firmó el histórico Acuerdo de París, la participación de las dos fuentes de energía renovables en la generación mundial de electricidad se ha más que duplicado.

Bajo este escenario, se muestra que más de 50 países generan más de una décima parte de su electricidad a partir de las dos fuentes de energía limpia, como China, Argentina y Japón entre una serie de países que alcanzarán el umbral por primera vez en 2021, uniéndose a un grupo que ya incluye a Estados Unidos, Reino Unido y Alemania. Mientras tanto, los Países Bajos, Australia y Vietnam se han identificado como los países cuyos sistemas eléctricos están experimentando la transformación más rápida, con más del 10 por ciento de la demanda de electricidad, en el contexto de los países que ha cambiado de combustibles fósiles a energía eólica y solar en solo dos años.

Pero a pesar de estas ganancias récord en la generación eólica y solar en 2021, expertos señalan que las emisiones del sector eléctrico continúan aumentando, ya que los países de todo el mundo también recurrieron a la energía de carbón para satisfacer la creciente demanda de electricidad. El año pasado se registraron aumentos récord en la generación de energía con carbón, alcanzando un máximo histórico del 36 por ciento de la generación total de electricidad. Este repunte del carbón llevó a que las emisiones de CO2 del sector eléctrico alcanzaran un máximo histórico, aumentando en un récord del 7 por ciento interanual.

La demanda de electricidad aumentó en más de 1.400 terawatts-hora (TWh) de 2020 a 2021, pero solo el 29 por ciento de ese aumento se cubrió con la generación eólica y solar, según los hallazgos. Un porcentaje mucho mayor, el 59 por ciento, fue alcanzado por la energía del carbón, con récords de generación para el combustible fósil alcanzados en muchas de las economías más grandes de Asia, incluidas China, India, Mongolia, Pakistán y Filipinas.

La energía eólica y solar podrían proporcionar la mayor cantidad de electricidad limpia necesaria para eliminar gradualmente todos los combustibles fósiles, al mismo tiempo que ayudarían a reducir la dependencia de los países de los volátiles y costosos mercados de petróleo y gas. Sin embargo, existía el riesgo de una "recaída en el carbón" a raíz de los altos precios del gas exacerbados por la invasión rusa de Ucrania que podrían empujar el objetivo de temperatura de 1.5 ° C del Acuerdo de París fuera de su alcance.

El riesgo real de la generación de energía con carbón continúa presentando para la transición neta cero. La demanda de electricidad está destinada a aumentar en las próximas décadas a medida que la población mundial crezca, las industrias se electrifiquen, y las tasas actuales de instalación eólica y solar claramente no están cumpliendo con este aumento. Como tal, el último hito de energía limpia, aunque ciertamente debe celebrarse, también debería hacer un llamado de atención para que los responsables políticos, los financieros y los reguladores trabajen juntos para aumentar aún más la generación de energía limpia mientras se resisten al llamamiento para cerrar cualquier brecha en las necesidades energéticas globales con combustibles fósiles.

Twitter: @pacotrevinoa

 

CAPITALES: Reemplazando el petróleo y gas de Rusia con energía renovable

Francisco Treviño Aguirre

La invasión rusa de Ucrania ha sacudido muchas suposiciones occidentales sobre los cimientos de la paz en Europa. Entre otras cosas, ha renovado el enfoque de los responsables políticos en la dependencia energética como un tema estratégico clave. Estados Unidos anunció recientemente una prohibición inmediata de las importaciones de petróleo y gas rusos, mientras que el Reino Unido y la Unión Europea se comprometieron a frenarlas más gradualmente. La razón es clara: castigar a Rusia, reducir su influencia y restaurar la paz en Ucrania. Pero las decisiones actuales favorecen el mercado de los combustibles fósiles sobre la energía renovable, lo que podría asegurar un futuro mucho menos pacífico.

Algunos países occidentales han incrementado su dependencia sobre el petróleo y el gas rusos en los últimos años, por lo que la decisión de recortar no fue fácil. Pero la decisión más grande y difícil que enfrentan los gobiernos de estos países es cómo reducir su dependencia general de los combustibles fósiles. Simplemente reemplazar una fuente de energía contaminante por otra dejaría que los crecientes peligros del cambio climático pasen a un término de importancia poco relevante.

En este sentido, dada la presión de la actual crisis de Ucrania este tema sería comprensible. Los gobiernos occidentales deben cerrar la brecha energética creada al detener las importaciones rusas de combustibles fósiles, al tiempo que minimizan el daño a las economías nacionales. Por ahora, tienen al público con ellos, pero si los costos de la energía aumentan demasiado, o llegara a existir una crisis de escases, los estragos económicos resultantes podrían erosionar el apoyo público. Por lo tanto, cualquier fuente de energía alternativa debe entrar en funcionamiento rápidamente y proporcionar suministros asequibles y confiables. Y no deben crear nuevos enredos geopolíticos que puedan causar problemas más adelante.

En la reciente conferencia anual de energía CERAWeek en Houston, Texas, los directores ejecutivos de las más importantes empresas petroleras se apresuraron a proponer impulsar la producción de petróleo y gas y eliminar los límites de producción, flexibilizar las regulaciones y revertir las políticas destinadas a reducir las emisiones de dióxido de carbono. Dada la situación que prevalece en Europa, Varios analistas y economistas del sector energético ven con buenos ojos dicha propuesta.

Derivado de lo anterior y con el cambio climático convirtiéndose rápidamente en uno de los principales impulsores de la inseguridad en todo el mundo, duplicar el consumo de combustibles fósiles sería un error trágico, una elección que podría hacer del mundo un lugar más violento en las próximas décadas. El Informe sobre la Brecha de Producción de 2021 destacó la desconexión entre los planes actuales de producción de combustibles fósiles y las promesas climáticas. Bajo las políticas actuales, el calentamiento global está en camino de alcanzar un peligroso incremento de 2.7° C este siglo. Es necesario llevar a cabo acciones para impulsar un nuevo orden energético, y no agregar más capacidad a la generación energía a través de fuentes fósiles.

El cambio climático ya está haciendo que el mundo sea más peligroso y menos estable. El último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), ofreció una evaluación cruda de los enormes costos económicos y humanos de los primeros efectos del cambio climático que estamos experimentando ahora. Pinta una imagen de un futuro que debemos evitar.

En nuestro mundo globalizado las repercusiones de los impactos climáticos locales pueden propagarse rápidamente a través de un declive en la cadena de suministro, conflictos indirectos y migraciones masivas. Y, como ha demostrado la invasión rusa de Ucrania, el orden basado en reglas es alarmantemente frágil, dejando a la gente común enfrentar las terribles consecuencias. La lógica apunta en una sola dirección. El mundo logrará una verdadera seguridad energética, y tendrá la oportunidad de construir un futuro más pacífico, habitable y asequible, solo si dejamos atrás los combustibles fósiles.

Twitter: @pacotrevinoa

 

CAPITALES: ¿Realmente es un logro del gobierno federal que suba el precio del petróleo mexicano?

Francisco Treviño Aguirre

Las altas y bajas a la que están sometidos los precios del petróleo debido a la invasión de Rusia a Ucrania ocasionan muchas opiniones encontradas entre los expertos. Algunos comentan que solo es cuestión de tiempo para que la estabilización de precios llegue debido a que Rusia aporta 10 millones de barriles diarios al mercado mundial, el cual puede ser cubierto perfectamente por los demás países productores al incrementar en un nivel moderado su capacidad de extracción y así satisfacer el mercado europeo principalmente.

Por otro lado, en México hubo reacciones de ciertos grupos que aplaudían al gobierno federal por ese incremento histórico en los precios del petróleo, decían que era derivado de una buena gestión ante los mercados internaciones y que esto procedería en incrementos sustanciales en los ingresos al país por la venta del petróleo. Nada mas lejos de la realidad. Para poner esta situación en contexto, hay que aclarar que el costo de producción y extracción del cada barril de petróleo en México, ronda por los $35 dólares. Aquí va englobado el costo operativo, los gastos administrativos de PEMEX, el pago de la deuda, los intereses de esta y algunos otros conceptos.

Un dato que vale la pena resaltar, es la cobertura que existe en caso de un desplome en el precio del hidrocarburo. En pocas palabras, México pago 1,000 millones de dólares por la cobertura de 250 millones de barriles. Es decir, que si el precio del barril de petróleo cae por debajo de los 55.1 dólares, precio que especifico la secretaria de Hacienda, esa cobertura paga la diferencia, para garantizar los ingresos proyectados en el presupuesto de ingresos de la federación por el concepto de ingresos petroleros, pero solamente para la cantidad especificada.

En este sentido, si nuestro país tuviera una balanza comercial donde las exportaciones del petróleo superaran las importaciones, se tendría un ingreso adicional por cada barril de petróleo cuyo costo sea superior a los 55.1 dólares. Es decir, que, si el precio de barril es de 85 dólares, se tendrían ingresos excedentes por casi 30 dólares por unidad, multiplicado por 1.6 millones de barriles diarios que se extraen en nuestro país.

¿Pero qué sucede? A pesar de ser un importante exportador del hidrocarburo y contar con grandes reservas de este, el gobierno federal decidió reducir su producción diaria, según esto para “garantizar petróleo para las siguientes generaciones” cuando la tendencia a nivel mundial es disminuir su utilización cada vez más. De acuerdo con la información contenida en el portal del INEGI, a enero de 2022 nuestro país importó el equivalente a $5,285,353,000 dólares en productos petroleros, y exportó el equivalente a $2,422,299,000 dólares, por lo que las importaciones superaron a las exportaciones por $2,179,135,000 dólares. Si vendimos más caro, pero también compramos más caro.

En virtud de lo anterior, los precios internacionales del petróleo no los determina un gobierno o una política interior, estos se fijan en base a la oferta y demanda, de acuerdo con los precios internacionales vigentes. ¿Pero, porque México importa más petróleo del que exporta? Porque las refinerías de nuestro país están configuradas para procesar crudo ligero, y el que se extrae es nuestro territorio es crudo pesado. Entonces, ¿la refinería de Dos Bocas solucionaría este problema? Definitivamente no ya que esta “magna obra” solo remediará el 11 por ciento de los requerimientos de combustible en nuestro país, pero esa, es otra historia.

Twitter: @pacotrevinoa

 

CAPITALES: Como hacer que la movilidad eléctrica funciones para todos

Francisco Treviño Aguirre

A nivel mundial, la adopción de vehículos eléctricos se está acelerando, lo que es fundamental para reducir las emisiones de carbono (y la contaminación del aire local) y así cumplir con los objetivos climáticos globales, considerando que el transporte contribuye con la mayor parte de las emisiones de gases de efecto invernadero en la mayoría de los países industrializados.

Sin embargo, sin políticas enfocadas a las familias de ingresos bajos a moderados, se corre el riesgo de excluir a muchas de las comunidades que se beneficiarán más de esta transición. Además de subsidiar el costo de los vehículos eléctricos personales para hacerlos más accesibles a las comunidades de bajos ingresos, también es posible crear programas específicos de movilidad eléctrica para estas comunidades, aprovechando las tecnologías de transporte mejoradas y los modelos de negocios innovadores.

Lo que hemos aprendido es que las necesidades de transporte son universales: confiabilidad, seguridad, conveniencia, asequibilidad y opcionalidad. Sin embargo, muchas de estas necesidades no están satisfechas actualmente en comunidades de ingresos bajos a moderados. Algunos residentes con frecuencia deben tomar varios autobuses de conexión para llegar a servicios básicos como tiendas de autoservicio, citas médicas, etc., Otros no pueden llegar fácilmente a casa después del trabajo porque sus turnos terminan después de los horarios de operación del transporte público, lo que destaca la falta de opciones razonables. Por otra parte, en las zonas rurales, los largos tiempos de espera entre los autobuses dejan a los usuarios demasiado dependientes de los vehículos personales, que a menudo son inasequibles.

Las empresas eléctricas tienen un papel fundamental que desempeñar en el apoyo a la transición a un sistema de transporte predominantemente eléctrico. También pueden desempeñar un papel directo en el desarrollo de opciones de movilidad eléctrica asequibles para comunidades de ingresos bajos a moderados. El tipo específico de apoyo proporcionado variará según los objetivos del programa de movilidad, el modelo de negocio, la jurisdicción local y otros factores. Sin embargo, como mínimo, tener un punto de contacto de utilidad dedicado para que los coordinadores de programas trabajen durante las fases de diseño e implementación puede hacer o deshacer programas prospectivos.

Hoy por hoy, se corre el riesgo de dejar atrás a algunas comunidades en la transición a vehículos eléctricos más limpios y eficientes. Pero no tiene por qué ser así. Los nuevos enfoques para proporcionar servicios de movilidad, utilizando vehículos eléctricos y modelos de negocio innovadores, nos presentan la oportunidad de abordar muchos problemas heredados de acceso al transporte. Los servicios públicos, los responsables de la formulación de políticas  públicas y el sector privado, pueden trabajar juntos para diseñar cuidadosamente e implementar con éxito soluciones creativas que proporcionen movilidad eléctrica asequible a todas las comunidades.

Twitter: @pacotrevinoa

 

CAPITALES: El futuro de la energía en el entorno de la guerra

Francisco Treviño Aguirre

La crisis en Ucrania, con las fuerzas rusas amenazando las plantas nucleares ucranianas y el cambio drástico en los precios del petróleo y el gas, hace que la gente se pregunte qué efecto podría tener esto en la transición energética. Previo a este conflicto, hubo un impulso creciente sobre la transición energética, tal y como sucede en Alemania y Austria, donde los gobiernos actuales quieren acelerar significativamente la expansión de las energías renovables frente al cambio climático. En otros países como Suiza, por ejemplo, se experimentó un crecimiento dinámico en la energía solar y la movilidad eléctrica y, sin embargo, en algunos países surgió el cuestionamiento sobre la estrategia energética 2050 aprobada anteriormente.

Actualmente, los precios del petróleo y gas se han incrementado considerablemente, y la volatilidad actual de los precios está dando lugar a acontecimientos muy diferentes. Por un lado, los altos precios del petróleo y el gas son un incentivo para ahorrar energía e invertir en energías renovables; por otro lado, a primera vista, también parecen hacer que las inversiones en fuentes de energía fósil sean más atractivas. En algunas regiones ricas en recursos naturales, se tiene la esperanza de que los cambios anteriores de la industria del petróleo y el gas iniciados por la política climática ahora puedan revertirse. Pero esta es una perspectiva muy pobre: el cambio climático es una tendencia a largo plazo, y si causamos aún más emisiones ahora, costará caro.

Por lo anterior, tales señales se pueden ver sobre todo en países donde ya se habían logrado buenos avances en la transición energética. Dinamarca ya obtiene más del 40 por ciento de su electricidad de la energía eólica y ha transformado su antigua compañía nacional de petróleo y gas en un desarrollador de parques eólicos marinos. Para estos países, la crisis es una confirmación para avanzar en el camino que han elegido. En otras partes de Europa, se habla de energía renovable como la “energía de la libertad". En este sentido, se ha reconocido que no es sostenible depender en gran medida de un proveedor extranjero de energía fósil, ni ambientalmente, ni financieramente, ni en términos de seguridad.

Pero ¿que es necesario hacer para leu los países no se sientan tentados a cubrir sus necesidades energéticas basadas en combustibles fósiles y provenientes de otro país que no sea Rusia? Para que esto no suceda es necesario que cada País examine de cerca su política energética, enmendarla y abordar los objetivos a corto y largo plazo. Es comprensible que parte de la atención política en este momento se centre en cómo resolver los cuellos de botella de suministro a corto plazo provocados por una fuerte dependencia de Rusia. Sin embargo, esta iniciativa “apaga-fuegos” tendría que combinarse de manera coherente con una iniciativa de inversión en los ámbitos de la eficiencia energética y las energías renovables para llegar a la raíz del problema.

Un cuestionamiento importante es que, si la guerra será un punto de inflexión para impulsar de manera definitiva la transición energética, similar a lo que sucedió en Japón en 2011 con el accidente de Fukushima. Aunque existen ciertos paralelismos, son entornos completamente Antes de lo acontecido en la planta nuclear de Fukushima, no había habido ningún accidente importante en una planta de energía nuclear en los últimos 25 años ( Chernobyl en 1986), y los esfuerzos para promover una transición energética perdieron impulso gradualmente. Luego, de un día para otro, de repente hubo una conciencia completamente diferente sobre los problemas energéticos, y se tomaron decisiones políticas históricas.  

Hoy por hoy, la gran dependencia del petróleo y el gas extranjeros en Europa está bajo la pantalla del radar de la atención pública. Casi nadie sabía que el suministro de energía de Suiza depende en un 72 por ciento de países extranjeros. El conductor promedio de un automóvil no pensó mucho de dónde provenía la gasolina en la estación de servicio, y quienes calentaron sus hogares con gas natural no habrían imaginado que podrían estar ayudando a financiar una guerra en el otro extremo del oleoducto

Twitter: @pacotrevinoa

 

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