La visita del Presidente Andrés Manuel López Obrador al Presidente norteamericano Joe Biden, como todas las reuniones de ese tipo, obedecen también a razones de consumo interno de cada uno de los actores.
Por ejemplo, según un sondeo del Centro de Estudios Políticos de la Universidad de Harvard, siete de cada 10 estadounidenses no quieren que Joe Biden intente renovar su mandato. La encuesta publicada a principios del presente mes, señala que un tercio de esos ciudadanos cree que es demasiado mayor.
El sondeo elaborado conjuntamente por este centro y por The Harris Poll apunta que Biden es visto como un mal mandatario por el 45 por ciento de quienes no desean que siga en la Casa Blanca tras las presidenciales de 2024.
Biden, de 79 años, además, solo recibiría un apoyo del 30 por ciento entre los demócratas en las primarias de su propio partido. (dw.com)
Ese escenario adverso ha motivado a Joe Biden a llevar una serie de acciones entre las que se encuentra la reunión con el presidente López Obrador, con miras a acercarse de la simpatía de la población mexicana que tiene una gran representación en Norteamérica, y así tratar de mejorar en la percepción ciudadana en un momento crítico del proceso de sucesión presidencial.
A favor de ello, López Obrador públicamente refrendó su confianza en el presidente Biden, a quien reconoció como “una persona buena, de buenos sentimientos. Eso ayuda mucho en cualquier relación”.
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