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¿Alguna semejanza?

Rubén Aguilar Valenzuela

La doctora en psicología clínica Mary I Trump (1965), sobrina del presidente de Estados Unidos, acaba de publicar el libro Siempre demasiado y nunca suficiente: Cómo mi familia creó al hombre más peligroso del mundo (Urano, 2020) que es un éxito a nivel mundial.

Ella es hija de Fred Trump, hermano de Donald Trump, y tiene una maestría en literatura por la Universidad de Columbia. Con motivo de la presentación de su libro ha dado una serie de entrevistas por todo el mundo.

En la que concedió a Víctor Sancho (El Universal, 14.08.20) plantea que sobre su tío "ha faltado (...) una discusión abierta sobre su capacidad mental. Desde un principio encontré desconcertante que no se le hiciera responsable de nada, asumiendo que tiene una mala personalidad".

Y añade que no pude contar "la cantidad de veces que he escuchado a gente decir que miente, engaña, maltrata a las mujeres, pero es inevitable (...) Solo por el hecho de que siempre ha sido horrible no significa que debamos dejarle seguir siendo. Que sea incapaz no significa que no se le tenga que tomar en serio cuando habla".

La psicóloga clínica sostiene que el presidente "usa amenazas e intimidación, abuso y probablemente castiga a quienes le dicen la verdad, destroza a quien no le siguen al pié de la letra (...)" y que está aterrorizado por dos cosas; "una es que la gente, incluido él mismo, descubra la verdad sobre él. Gasta una cantidad enorme de energía para asegurarse de que eso no ocurra. La otra es que sigue aterrado por mi abuelo, que castigaba la debilidad con el castigo más severo (...) Cuando escuchamos a Donald hablar con su hiperbólica autoestima de lo magnífico que es, está hablando a una audiencia de una persona: mi abuelo. Está tratando de convencerlo de que no lo mate".

La autora, que se manifiesta abiertamente como lesbiana, tenía 16 años cuando su padre murió a consecuencia de su alcoholismo. Era el mayor y su padre quería se hiciera cargo de los negocios inmobiliarios de la familia, pero se negó  y se hizo piloto. Ella ha votado siempre por el Partido Demócrata.

Como profesora ha dado cursos de psicopatología y psicología del desarrollo. Piensa que el libro ahora tiene más sentido "porque la gente ha visto el daño que ha hecho su ineptitud, su impulsividad, su ignorancia y su crueldad. Tenemos evidencia de las cosas espantosas que han ocurrido directamente de él".

Para ella resultó alarmante que siendo su tío como es, más de 60 millones de personas votaron por él y "cuando se escabullía de todo fue cuando me di cuenta de que él no era realmente el problema, era la gente a su alrededor. Cuanta más información saliera sobre su incapacidad, menos capaz sería la gente que lo rodea de apoyarlo sin sufrir las consecuencias". ¿En México no habrá un psicólogo o un psiquiatra que se anime a hacer un libro como este?

Otra cara del franquismo

Rubén Aguilar Valenzuela 
El silencio de otros (España - Estados Unidos, 2018) es un documental dirigido por Almudena Carracedo y Robert Bahar, que muestra la lucha de las víctimas y sus familias, para llevar a la justicia los crímenes de lesa humanidad perpetrados por la dictadura de Francisco Franco (1982-1975).

En 1977 se aprueba la Ley de Amnistía, que todavía rige en España. Así todos los crímenes de lesa humanidad del franquismo quedan perdonados y olvidados. La ley permite que todas las atrocidades de la dictadura queden impunes.

Sin posibilidad de acceder a la justicia en su propio país un grupo de víctimas, bajo el principio de la justicia universal, recurre a la jueza argentina María Servini, quien desde Buenos Aires interpone una querella contra los crímenes del franquismo.

Se le conoce como la Querella Argentina que se pone en marcha el 14 de abril de 2010 ante los tribunales de justicia en Argentina. El objetivo es conseguir que se investiguen los crímenes de la dictadura franquista, se identifique a sus responsables, se les sancione penalmente y se repare el daño.

La querella se abre "por genocidio y/o crímenes de lesa humanidad cometidos en España por la dictadura franquista entre el 17 de julio de 1936, comienzo del golpe cívico militar, y el 15 de junio de 1977, fecha de celebración de las primeras elecciones democráticas".

Durante seis años, Carracedo y Bahar obtienen los testimonios de sobrevivientes de la tortura, de las madres cuyos hijos les fueron arrebatados al nacer y de los descendientes de los desaparecidos de la Guerra Civil, y los acompañan mientras el litigio sigue su curso.

El resultado es un documental que registra, de primera mano, la lucha jurídica de las víctimas y supervivientes del régimen franquista. Carracedo y Bahar entrevistan a personas que no han podido localizar a sus difuntos asesinados en la Guerra Civil a quienes quieren dar sepultura.

A madres cuyos hijos recién nacidos les fueron arrebatados, para darlos en adopción y también a quienes fueron encarcelados y torturados por manifestarse y protestar.  De manera destacada están los rostros y las voces de los implicados.

El documental plantea que el Pacto del Olvido, que surge con la Ley de Amnistía de 1977, es un gran acto de injusticia de parte de las autoridades españolas. La democracia no trajo consigo la justicia para las víctimas y sus familias.

La narración del sufrimiento de las víctimas ante las cámaras, es un testimonio poderoso en contra de los crímenes del franquismo, pero también de la negación del poder en España, para juzgar los crímenes de lesa humanidad que nunca prescriben.

El documental ha sido reconocido por la crítica y obtenido muchos premios entre ellos: Premio del Público al Mejor Documental y el Premio de Cine por la Paz en la pasada edición de la Berlinal, Premio Goya, Premio Platino y el Premio Forqué a la mejor película documental.

El silencio de los otros
Producción: España y Estados Unidos, 2018
 
Dirección: Almudena Carracedo y Robert Bahar
Guion:  Almudena Carracedo y Robert Bahar
Fotografía: Almudena Carracedo
Música: Leonardo Heiblum y Jacobo Liebreman
Actuación: Personas que han vivido la historia que se narra

¿Hasta cuándo la recuperación?

Rubén Aguilar Valenzuela 
Ante la profundidad de la crisis económica producto de la pandemia, que ya venía antes, se estima que la recuperación del valor nominal del PIB para alcanzar las condiciones que tenía al cierre del 2019 ocurra, si no hay problemas, hasta el 2025.

Los bancos coinciden que la poca ayuda fiscal del gobierno a las pequeñas y medianas empresas y a los trabajadores por su cuenta han generado una destrucción profunda del empleo formal e informal y un aumento en la desconfianza del consumidor que va a costar mucho revertir.

La crisis, de suyo grave, se multiplica por la posición reiterada y férrea del gobierno de no apoyar a las empresas, para conservar el empleo. Muchas han tenido que cerrar con el incremento exponencial del desempleo, que necesariamente aleja la recuperación.

A eso se añade que, producto de la crisis se reducen los ingresos tributarios del gobierno y con ellos el monto de la inversión pública. Así se establece un círculo perverso que profundiza la crisis y alarga el tiempo de la recuperación.

Los analistas del sector financiero no se explican la decisión del gobierno de no dar apoyos fiscales cuando tiene líneas de créditos abiertas en los distintos organismos internacionales.

El gobierno, por razones ideológicas y no económicas, ha optado por una política que profundiza la caída del PIB con las consecuencias que trae en el aumento del desempleo y la pobreza.

La recuperación económica que sigue a las recesiones profundas, como la que ahora se vive en México, se dan con mayor lentitud. Esto porque la severa contracción origina fenómenos adyacentes como, por ejemplo, la destrucción de las cadenas productivas que luego cuesta mucho volverlas a construir.

En México el gobierno ha actuado en sentido contrario a lo hecho por la mayoría de los países, que para evitar la caída de la economía han recurrido a planes agresivos de apoyos fiscales y monetarios como nunca antes se había dado a nivel mundial.

Los gobiernos por razones sanitarias, en defensa de la vida, se han visto obligados a parar la economía, pero ellos mismos son los que en el marco de una estrategia impulsan medidas económicas y financieras, para evitar la destrucción del aparato productivo y evitar una posible crisis financiera por el crecimiento de la cartera vencida de familias y empresas.

Los analistas de los distintos bancos coinciden en señalar que para el caso de México la recuperación será muy lenta y que va a tardar entre cuatro y seis años volver a los niveles de 2019. Se habrá perdido un sexenio. Y esto, en buena medida, por la política económica y financiera seguida por el gobierno en los meses que lleva la pandemia, que todavía no se sabe cuándo va a terminar.

¿Qué hacer ante el aumento de la pobreza?

Rubén Aguilar Valenzuela 
La ONU en el documento El impacto del Covid-19 en América Latina y el Caribe estima que para el final de 2020 el porcentaje de los mexicanos en situación de pobreza pase del 41.5 % (2018) a 50.3 %.

De acuerdo a esta estimación 11 millones más de mexicanos van a ingresar al nivel de la pobreza. De la región México es el país donde crecerá más la pobreza extrema. El pronóstico de la ONU puede darse o no, pero debe tomarse en cuenta.

Entre los meses de enero a mayo de 2020, el número de los mexicanos en condición de pobreza extrema creció en 10 millones a consecuencia de la pandemia, según el Programa Universitario de Estudios del Desarrollo (PUED) de la UNAM.

A finales de febrero el 17 % de la población, 22 millones de personas, estaban en situación de pobreza extrema por ingreso y para mayo ya eran 32 millones de personas.

Lo anterior a partir de que el número de quien no tenía trabajo pasó de 5.4 millones a 19.4 millones en mayo de acuerdo al INEGI.

A esto se añade que para ese mismo mes 26 millones de personas sí tenían trabajo, pero su salario no alcanzaba para pagar la canasta básica de dos personas, como lo plantea Acción Ciudadana Contra la Pobreza.

Los números en agosto han variado en la medida que parte de la actividad económica se ha retomado a pesar de que la pandemia continúa y el número de los muertos alcanza ya los 60 mil.

Entre los especialistas no hay duda de que la pobreza y la pobreza extrema han aumentado, aunque al final del año las estimaciones sobre el número total puedan cambiar.

También es evidente que los programas sociales que impulsa el gobierno no cubren las necesidades que se han generado en la población por la pérdida del empleo, la reducción del monto de los salarios y el aumento de la pobreza.

Ya en este momento los actuales programas sociales están rebasados ante la dimensión del problema. Se concibieron para otro momento y la realidad ha cambiado de manera notable. Han surgido distintos grupos de pobres que no estaban contemplados en la política social.

Los especialistas plantean la necesidad urgente de nuevos programas sociales que no solo contemplen la entrega de recursos para la subsistencia, sino que impulsen los proyectos productivos capaces de generar empleos e ingresos.

Entre ellos también hay acuerdo que la política económica, que el gobierno ha seguido en la pandemia en contra de todas las recomendaciones internacionales, ha incrementado los niveles de desempleo y pobreza. Otra política hubiera evitado lo que ahora se vive.

Es evidente que el gobierno no tiene los recursos para enfrentar una crisis social como la que ya está y se va a incrementar. Lo más rentable y que puede tener mayor repercusión es que el gobierno de garantías y estímulos a la inversión privada para reactivar la economía.

El libro del profeta Jonás

Rubén Aguilar Valenzuela 
El relato pertenece a un autor del siglo V a.C. En él se hace referencia a un profeta llamado Jonás que vivió en el siglo VIII a.C. en el reino del norte gobernado por Jeroboán II. El profeta está reconocido como tal en la Tanaj judía, el Antiguo Testamento cristiano y el Corán musulmán.

Es una historia ficticia, una especie de pequeña novela, que se propone comunicar pedagógicamente una serie de enseñanzas religiosas. El libro se integra con cuatro capítulos.

En el primero, el Señor envía a Jonás, para que predique en Nínive, es la capital del reino de Asiria y símbolo de la opresión. A Jonás, el mandato le parece absurdo, una verdadera locura, y por eso huye hacia Tarsis. En alta mar se viene una terrible tormenta. Los marineros claman a sus dioses por ayuda y arrojaron objetos para aligerar la nave.

Jonás duerme mientras eso sucede. El capitán lo despierta, para que invoque a su Dios. Los marineros echan suerte para determinar quién es el que ha originado la tormenta. Esta cae en Jonás quien confiesa que ha sido infiel al encargo de Dios. La tripulación hace todo lo posible para volver a tierra, pero no lo consiguen. Jonás les dice que lo tiren al mar y entonces vendrá la calma. Así sucede.

El capítulo dos narra que Jonás, por disposición de Yahveh, es devorado por un gran pez. En su vientre estuvo tres días. Desde ahí invoca a Dios y se compromete a realizar su mandato. El pez, entonces, vomita al profeta en tierra firme.

En el capítulo tres, el Señor vuelve a enviar a Jonás para que predique en Nínive. Profetiza que la ciudad en cuarenta días será destruida. Todos los habitantes, incluyendo al rey, se convierten al Dios de Jonás y se ponen en ayuno. Yahveh se compadece y no manda su castigo.

Jonás, en el capítulo cuatro, se molesta con Dios porque no ha destruido a Nínive. Le pide que le quite la vida. Yahveh le reclama su enojo. Sale de la ciudad y se hace una cabaña, para ahí vivir. De manera milagrosa crece una planta que le da sombra. El profeta se regocija, pero al día siguiente un gusano la seca. El sol agobia al profeta y pide morir. Dios le dice que si él sentía lástima por una planta y como él no iba a tener compasión de Nínive y sus habitantes.

El mensaje teológico es que Dios es bondadoso y misericordioso con todas las personas, no importa que sean extranjeras y paganas. Jonás representa a los creyentes judíos, rígidos y excluyentes, que no admiten la posibilidad de que Dios acoja a aquellos que sinceramente se convierten. En la época de la escritura del texto estaba extendida esta última posición.

Una antigua tradición situaba la tumba del profeta Jonás en la ciudad iraquí de Mosul, en la provincia de Nínive, donde supuestamente el profeta vivió y cumplió su mandato divino. El sitio era un lugar sagrado para judíos, cristianos y musulmanes, pero fue destruido el 24 de julio del 2014 por el Estado Islámico.

Jonás
Biblia de América
PPC Editorial
Madrid, 2013

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