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Premio Nobel de economía

Francisco Tobías

La semana pasada la Real Academia Sueca de Ciencias le otorgó el Premio Nobel de economía a Joel Mokyr, Philippe Aghion y Peter Howitt, gracias a sus investigaciones sobre cómo la innovación ha contribuido al crecimiento económico.

Quiero realizar algunas precisiones no económicas, pero si referentes al premio, cuyo nombre correcto es el Premio del Banco de Suecia en Ciencias Económicas en la Memoria de Alfred Nobel, la segunda precisión es económica sólo para los tres ganadores, ya que el millón 200 mil dólares que comprende en premio, la mitad, es decir 600 mil dólares fueron para Joel Mokyr, mientras que el resto fue divido entre los economistas Philippe Aghion y Peter Howitt.

Los tres se han dedicado a realizar investigaciones sobre los efectos, positivos, de la innovación en el crecimiento económico. El historiador económico estadounidense e israelí, Joel Mokyr, analizó los datos históricos para así identificar que las innovaciones se van autogenerando y     señalar que es importante la explicación científica del funcionamiento de la misma innovación. El comité señaló y cito textual: “por haber identificado los prerrequisitos para el crecimiento sostenido a través del progreso tecnológico”.

Por su parte el matemático francés Philippe Aghion junto al economista canadiense Peter Howitt, estudiaron, desde 1992, la manera de cómo la “destrucción creativa” era capaz de generar crecimiento económico sostenido, llegando a desarrollar un modelo matemático.

La destrucción creativa, por increíble e insólito que parezca, tiene su origen en la obra “El Capital” de Karl Marx, al señalar que en el sistema capitalista existe la tendencia de “destruir y crear”, pero fue en 1942 cuando se popularizó con los estudios del economista austriaco Joseph Schumpeter, quien desarrollo la teoría al afirmar que las innovaciones tecnológicas generan un cambio en la estructura económica y a la vez crecimiento económico. En palabras llanas la “destrucción creativa” es cuando se presenta la destrucción de las estructuras económicas debido a innovaciones que por supuesto generan cambio y eficiencia.

Bien lo dijo el maestro Pablo Picasso: “Todo acto de creación comienza con un acto de destrucción”, y eso que no era economista ni matemático. Por cierto, ¿usted sabe el motivo por el cuál no existe el Premio Nobel de matemáticas?

El estanquillo de Don Félix y el PIB

Francisco Tobías

En México, la economía no solo se mide en cifras del INEGI. También se mide en el estanquillo de la esquina, en la que te fían, te preguntan por tu familia y siempre hay cambio para el camión, sí esos estanquillos de los cuales cada vez encontramos menos, como el que tenía Don Félix en la esquina de mi casa, estanquillo el cual por cierto era de color verde, ubicado en el céntrico crucero de Saltillo, de las calle de Victoria y Acuña, ahí frente a lo que era el cine Palacio.

Lo que pasa en esa tiendita dice mucho de la economía del barrio, de la ciudad y hasta del país. Si los vecinos compran fiado, la economía anda apretada; en cambio si la caja suena más seguido, hay dinero circulando. Podriamos decir que la tiendita o el estanquillo de la esquina es como un termómetro económico.

El Producto Interno Bruto (PIB) es la suma de todo lo que producimos y vendemos en México. Cada refresco que Don Félix vende, cada bolsa de frituras o dulce, cuenta —aunque sea un poquito— en esa gran suma nacional.

Si Don Félix vende más, su proveedor también gana más, la fábrica produce más y el transportista trabaja más, generando empleos también, ya que tanto la fábrica como el transportista necesitarán de más trabajadores. Así se mueve el país, de mostrador en mostrador, de tiendita en tiendita, de estanquillo en estanquillo.

Cuando compras en la tiendita, ayudas a que el dinero se quede en tu colonia, en tu ciudad. Y así colaboras para mentener y generar empleos además del pago de los nada queridos impuestos.

Por eso, consumir local no es solo un acto de costumbre: es una forma de fortalecer la economía desde abajo.

La próxima vez que vayas por un refresco o por las papitas, recuerda que también estás participando en la economía nacional.

Suena exagerado, pero es muy real, el país crece o se frena desde esos pequeños mostradores donde decimos:

“¿Me fía, Don Félix?

El calzado mexicano

Francisco Tobías

El gobierno federal acaba de anunciar la prohibición a la importación de calzado chino el cual entraba a México como producto no terminado. Me explico a continuación.

En nuestro país existe un programa del gobierno federal, llamado IMMEX, mediante el cual se busca alentar las exportaciones por medio de las importaciones de materias primas o insumos sin pago de arancel e impuesto alguno, siempre y cuando estas mercancías no terminadas “pisen” suelo mexicano de manera temporal, mientras en alguna industria nacional se completa el proceso de producción para tener una mercancía terminada que se pueda exportar. Con esta política pública el gobierno federal deja de percibir un ingreso por los aranceles e impuestos que no cobra, pero logra detonar la inversión, empleo y consumo alentando así a la industria nacional.

Ejemplificando de manera sencilla el funcionamiento del IMMEX podemos hablar de la industria del calzado, donde desde China se envían a México, el calzado sin la suela, para que ya en alguna fábrica de León, Guanajuato, se les coloque la suela, para después ser exportado el calzado ya terminado a otra parte de mundo. Logrando así que la industria del calzado mexicano genere inversión, empleos provocando a la vez aumento en el consumo, ahorro y por supuesto en el PIB.

Pues bien, la industria del calzado china y del Vietnam aprovechaba el IMMEX para exportar a nuestro país el calzado ya terminado, que valga la redundancia, terminaba en el mercado nacional, y por consecuencia en los pies de los mexicanos. Acción comercial que ocasionaba por lo menos dos efectos negativos, el primero es la evasión de impuestos y aranceles, siendo el segundo la competencia desleal contra la industria del calzado mexicano.

Podríamos llegar a pensar como consumidores que ahora los zapatos tendrá un precio más alto, sin embargo, al adquirir el calzado que se aprovecha de ciertos tecnicismos para entrar como contrabando a nuestro país, pone en peligro no sólo la generación de nuevos empleos en esta industria, sino que llega a provocar la pérdida de fuentes de trabajo como lo fueron los 11 mil puestos de trabajo que se perdieron entre el 2019 y 2024.

La industria del calzado no es cosa menor para la economía mexicana pues se calcula que existen por lo menos 7 mil 400 fábricas de zapatos, ocasionando una producción anual de casi 80 mil millones de pesos, en la fabricación de por los menos 214 millones de pares de zapato, generando empleo para más de 102 mil mexicanos.

Si el gobierno federal no hubiera actuado, 102 mil mexicanos estarían más cerca de perder su empleo que de mantenerlo.

Esta política económica aplicada por el gobierno mexicano se conoce como una política proteccionista ya que tiene como fin proteger el mercado nacional. Pareciera que la “nueva”, ni tan nueva, tendencia de comercio internacional es el proteccionismo.

TikTok

Francisco Tobías

Definitivamente la sociedad se ha transformado con el uso de la tecnología en las comunicaciones, incluso también ha cambiado la manera en que interactuamos los entes de un sistema económico ocasionando a la vez que la economía cambie.

Siempre que se habla del desarrollo tecnológico desde la época prehistórica, revolución industrial, era digital, etc. Se hace menos o se ignora el motivo de su desarrollo y éste bien puede ser promovido por una crisis en la humanidad o bien para la satisfacción de una necesidad. Desde la era de hielo, la migración de los grandes animales, la Primera y Segunda Guerra Mundial, las recientes pandemias, han sido crisis y que han provocado la forma de seguir generando economía y esto promueve un desarrollo de bienestar, industrial, tecnológico, digital.

Hace unos días platicaba con mis alumnos sobre la importancia de la tecnología en la vida diaria y por supuesto en la economía, siendo un factor determinante para la supervivencia humana, para el crecimiento y desarrollo económico. Y es que desde la invención de la rueda aproximadamente en el año 3,500 AC y miles de años después con revolución industrial, el desarrollo de la tecnología ha sido cada vez más intenso y rápido.

Hoy podemos enterarnos de lo que sucede en el otro extremo del planeta con tan sólo abrir alguna App en nuestro teléfono inteligente, siendo en realidad más computadora que teléfono. La llamada democratización de la comunicación por medio de plataformas ha llegado sí para cambiar la manera en que nos comunicamos, para ampliar la cantidad de personas con las cuales queremos comunicarnos, pero también para generar economía, ejemplo de ellos son los 58,614 empleos que la red social china, TikTok, generó en el 2024 en México.

Según un estudio de la empresa mexicana The Competitive Intelligence, que se dedica a la investigación de mercados especializados en América Latina, el año anterior el famoso TikTok contribuyó con 45 mil millones de pesos en el PIB mexicano.

No sólo es sorprendente que 1 de cada 5 micro, pequeñas o medianas empresas, en nuestro país, utilicen esta red social como canal de comunicación, marketing y venta con sus clientes, sino que 7 de cada 10 usuarios afirman que el TikTok es una herramienta para acceder a la cultura y al arte. Y que el 56 por ciento de las personas que acceden a esa red social afirman que han adquirido alguna mercancía gracias a la publicidad en esa misma plataforma digital.

Que ironía la tecnología que nos acerca a personas lejanas es la misma que nos alejada de las personas cercanas, sin embargo genera economía.

Incertidumbre, crisis y oro

Francisco Tobías 

Con la crisis arancelaría mundial, ocasionada por las decisiones en las políticas fiscales de los EEUU y las reacciones a estás; aunado al conflicto, recrudecido, de la franja de Gaza; sumando la crisis diplomática y militar entre los Estados Unidos y Venezuela; con la propuesta del BRICS, de impulsar ciertas monedas locales; aunado al conflicto entre Ucrania y Rusia; sin olvidarnos de la recesión mundial; hasta el asesinato de Charlie Kirk; podríamos asegurar que una vez más vuelve a ganar quien siempre gana y no me refiero a un país, mercado, economía o empresa sino a un depósito de valor, el oro.

Ante cualquier situación de incertidumbre económica el metal precioso y más codiciado, el oro, siempre logra aumentar su precio, el motivo es el aumento en su demanda y como la oferta de este metal no puede incrementarse de una manera tan rápida como la demanda, su precio sube.

En el mercado del oro, como cualquier otra mercancía, cuando los integrantes de una economía quieren más, es decir cuando aumenta la demanda, en un principio ocasionan la escasez de ese mismo, haciéndolo que el precio aumente.

A lo largo de la historia de la humanidad el oro ha sido un referente de poder económico, ya sea por su brillo, por su rareza o por su uso en la joyería desde los sumarios hasta en nuestros días ha sido un “refugio” económico.

Y es que además de la propia escasez del oro, pues se tiene un cálculo de que sólo 205 mil toneladas de oro se han minado, no es una cantidad tan exorbitante, pues si juntáramos todo ese metal precioso, lograríamos tener un cubo con una medida por cada lado de 23.77 metros, es decir del tamaño de una cancha de tenis. El oro además de vencer el mayor de los temores del poder adquisitivo, el cual es la inflación, es sin duda alguna un bien que siempre ha logrado aumentar su valor. Siendo además de una “moneda” por todos aceptada, el mejor de los depósitos de valor que haya existido. Por ello en los momentos de incertidumbre económica los integrantes de un sistema económico prefieren tener oro que cualquier moneda de uso legal, ya sean libras, pesos, yenes o dólares.

Pareciera que la cultura milenaria de los chinos, de manera sabia nos explica la razón por la cual este metal precioso es tan codiciado, pues un proverbio dice: “Los hombres aman el oro no porque sea oro sino porque es difícil de conseguir”, y en tiempo de incertidumbre geopolítica y económica, ese amor crece y la dificultad por conseguirlo también aumenta.

Por cierto hoy el precio del oro se encuentra en su máximo.

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