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¿Y si comemos dólares?

Francisco Tobías

El dólar baja y baja, los precios suben y suben, ¿por qué? Hemos visto en los últimos meses que precio del dólar baja, incluso ha llegado a niveles más bajos de los últimos 5 años, sin embargo, hemos sufrido las de Caín con el aumento del precio de todos los productos, principalmente de la canasta básica. Siempre nos han hecho creer que cuando tenemos un peso fuerte, un dólar barato, nuestra economía va bien, pero ¿es cierto?

Cuando el dólar está “barato” no necesariamente significa que nuestra economía va bien, todo se reduce y explica en el mercado.

Ese lugar que en todos lados existe y que no se puede tocar, no se ve, tampoco se huele ni se escucha, pero que su comportamiento en ocasiones tan caprichoso nos complica la satisfacción de nuestras necesidades es el mercado.

Cuando existe abundancia de una mercancía el precio de esa mercancía es bajo, cuando la existencia es poca el precio es alto, ejemplo de ello son las piedras, las piedras que están en el monte tendrían en el mercado un precio muy muy bajo, sin embargo, un diamante o el oro, piedras preciosas, tiene un valor demasiado alto, el motivo, según los clásicos es la escasez, entre más escaso sea un bien o servicio su precio es mayor. Lo mismo sucede con las monedas.

A la economía mexicana están llegando o entrando muchos dólares, como nunca en la historia, por tres factores principalmente, el primero es por las exportaciones que realizamos las cuales son mayores a las importaciones, dichas transacciones se realizan en dólares, como generamos un superávit, es decir vendemos más de lo que compramos nos quedamos con más dólares de lo que requerimos para las compras. Además, los trabajadores mexicanos que están en los Estados Unidos colaboran en gran medida para que el dólar se mantenga a un tipo de cambio bajo, pues ingresaron gracias a su trabajo casi 59 mil millones de dólares. El tercer factor, nada honroso, se debe a la venta de drogas mexicanas en los Estados Unidos, específicamente del fentanilo.

Es cierto que el precio del dólar afecta al precio de las mercancías, pues muchos insumos y materias primas se compran en dólares, sin embargo, hay factores que tiene un “peso” mayor como lo es la cantidad de dinero que circula en la economía, los incrementos en las tasas de interés que afectan de manera negativa la inversión, la escasez de materias primas e insumos que se ha generado por la guerra entre Rusia y Ucrania, además de las consecuencias post pandemia del Covid-19.

Mientras el dólar en menos de 5 años cuesta 4% menos respecto a su valor del 2018, el precio de alimentos básicos como el azúcar ha aumentado 100%, no se necesita ser un gran economista para saber las cosas nos van bien que, aunque el dólar este barato el dinero del bolsillo alcanza cada vez menos para satisfacer nuestras necesidades básicas.

Definitivamente, no todo lo que brilla es dólar.

¿Y el bate para qué?, estamos jugando soccer

Francisco Tobías

Durante la infancia de muchos de nosotros cuando jugábamos con los vecinos del barrio, de la colonia, de la cuadra, o en mi caso con los de la privada, nos poníamos de acuerdo muy rápido, si decidíamos jugar tochito, todos sabíamos que no se necesitaríamos bates de béisbol o bien algunas piedras para simular una portería, las reglas estaban escritas de acuerdo con los “usos y costumbres”, y todos estábamos de acuerdo en cumplirlas; en la economía sucede lo mismo.

Desde hace poco tiempo la empresa norteamericana Tesla, dedicada a la fabricación de autos eléctricos, ha evidenciado su interés por instalar una planta de producción de camiones eléctricos en el estado norteño de Nuevo León, que generará 10 mil empleos.

El objetivo más importante y principal de cualquier empresa es la generación de utilidades, bien lo dijo Adam Smith: "No es de la benevolencia del carnicero, cervecero o panadero de donde obtendremos nuestra cena, sino de su preocupación por sus propios intereses". Toda empresa para obtener mayores ganancias busca reducir sus costos, debido a que los salarios son más bajos aquí que en Estados Unidos es más conveniente para Tesla instalarse en México, pero además se consideran otros factores, la mayoría influyen en los costos y utilidades, como lo son los gastos de traslado, sí también la cantidad disponible de agua tratada, la infraestructura vial, infraestructura ferroviaria, aérea, educativa, hospitalaria, de entretenimiento, la seguridad, la certeza jurídica, son la cadena de suministro que hay en la región, la infraestructura industrial, el clúster automotriz de la región que ya de por sí abastece a Tesla, entre otros factores más.

La inversión que Tesla tiene planeada para Nuevo León no es “peccata minuta” de hecho será la inversión más grande que se haya realizado en ese estado, con un monto de 10 mil millones de dólares. Es evidente que Elon Musk, propietario de la empresa no tomaría la decisión de gastar un monto mayor al PIB de 25 países, sin realizar un análisis a profundidad, a nadie le gusta perder dinero y menos al hombre más rico del planeta. Por cierto, dicha inversión no sólo beneficiaría a Nuevo León sino a todo el sureste de Coahuila.

Trastocar las reglas del mercado y de la economía no generan certidumbre jurídica ni económica sino todo lo contrario, provocando incluso un aislamiento del resto de los participantes, generando que incluso quienes ya están participando busquen otros lugares para continuar con su producción, generación de empleos y utilidades.

Cuando el presidente de la república intenta participar en la decisión de Tesla para evitar que se instale en el norte de México, genera incertidumbre, y viola las reglas del juego llamado capitalismo.

Elon Musk, Tesla, el mundo y nosotros estamos jugando futbol soccer, no puede llegar AMLO con una pelota de béisbol para intentar ponchar la economía, simplemente lesionará a los jugadores con su bate. Así es la economía, así es el capitalismo, aunque no nos guste, y no podemos jugar con otras reglas.

Vendemos más de lo que compramos

Francisco Tobías

Definitivamente nuestra producción se encuentra intimamente ligada al consumo y a la producción de los Estados Unidos, país que es nuestro mayor y mejor socio comercial, de hecho durante el año 2022, el comercio entre ambos países fue de 779 mil 308 millones de doláres, cifra histórica que representa un 17% más de lo comercializado en el 2021.

En esta relación comercial ambas economicas venden y compran, la aclaración la doy debido a que siempre pensamos, cuando hablamos del comercio entre los dos países que México sólo vende pero, no es así ya que importamos, principalmente, de nuestro vecino de norte, autopartes, vehículos, instrumentos médicos, gas y gasolina, así como circuitos. Por su parte Estados Unidos nos compra principamente, es decir ellos importan nosotros exportamos, vehículos, tanto de uso cotidiano como industrial.

Al comparar el crecimiento comercial entre ambos paises, en los 10 años más recientes (2012 – 2022) el comercio se ha logrado incrementar en 57%, teniendo el mayor crecimiento del 2021 al 2022. Estas compraventas, que al final del dia son eso, generan ciertos beneficios a los mexicanos y a nuestra economía, siempre y cuando nuestras ventas sean mayores que las compras que les realizamos a los norteamericanos.

Cuando se exporta más de los que se importa, es decir cuando vendemos más de lo que compramos, se dice que hay un superavit de la balanza comercial,  situación en la cual se logra atraer inversiones, tanto nacionales como extranjeras, se generan empleos y también ayuda a la estabilidad del peso mexicano frente al dólar norteamericano, ya que al realizar una venta en el mercado internacional, el pago se realiza, generalmente, en dólares norteamericanos, ingresando estos a nuestra economía, ocasionando un incremento en la oferta de dólares, ayudando a mantener el valor del peso y en algunos casos, junto a otros factores, logra aumentar el valor de nuestra moneda.

Cuando las compras son mayores a las ventas, es decir cuando importamos más de lo que exportamos nos encontramos en una situación de déficit de nuestra balanza comercial, la cual obliga al gobierno e iniciativa privada a contratar deuda, además de provocar una pérdida en el valor de la moneda local, el peso para nuestro caso, ocasionando perdida en la competitividad, en la inversión, en los empleos y generando pobreza.

Hoy en nuestro país tenemos mano de obra de calidad, paz laboral en la mayor parte de nuestro territorio y se han aplicado desde hace muchos años, desde la década de los 90´s, políticas ecónomicas, de infraestructura, sociales y educativas orientadas para generar un superavit comercial.

Con seguridad estamos en un momento y en una situación, ante el sistema ecónomico, muy benigno, donde la guerra entre Rusia y Ucrania, las diferencias geopoliticas – económicas entre China y Estado Unidos, el T – MEC y la nueva tendencia del “searshoring”, generarán desarrollo para los mexicanos, siempre y cuando no perdamos de vista que se necesita del empresariado, de ceretza jurídica y continuidad en las políticas económicas que han generado beneficios económicos a la población.

¡Los huevos!

Francisco Tobías

Durante el mes de febrero el precio de los huevos ha aumentado 26%, en promedio el kilogramo de este alimento se puede comprar a un precio de $44.07, hay ciudades en la República Mexicana en las cuales el kilogramo se vende hasta los $105.00 como lo es en Veracruz, y por ejemplo en Oaxaca ha alcanzado el precio de $130.00.

Es importante analizar algunos factores y consecuencias que esto generará en la economía de los mexicanos. Ya que México además de ser el 4º productor mundial de huevo, en el 2022 produjimos 3.18 millones de toneladas, además somos el país que de manera per cápita consume más huevo en el mundo, ya que durante el 2022 consumimos, en promedio, 24.7 kilogramos.

Con el aumento, desmedido, en el precio del kilogramo de los huevos su consumo disminuirá, afectando más allá del mercado, la salud y nutrición de los mexicanos. Pues este alimento, según el Instituto Nacional Avícola, el huevo es un alimento rico en proteínas y otros nutrimentos, con solamente 75 calorías. Además, todos sus nutrimentos provocan una sensación de saciedad mayor y por si fuera poco su consumo estimula la formación de masa muscular.

¿Qué sucedió para que el precio aumentará en todo el mundo? Existen, en todos los mercados, factores exógenos es decir factores que no están contemplados y de manera repentina aparecen, provocando afectaciones. Un ejemplo de ello es la gripe aviar, enfermedad que ha provocado el sacrificio de 60 millones de gallinas en los Estados Unidos, hecho que ha ocasionado una contracción en la oferta ejerciendo una presión para el aumento del precio, aunado a una inflación alta en nuestro país, basta señalar que el mes de enero lo cerramos con un incremento del 7.91% respecto al año pasado, en los precios. Sin embargo, para México, para las gallinas mexicanas, y para el aumento de precio del huevo en nuestro país debemos de considerar la sequía que sufre nuestro campo.

El precio del huevo en México ha alcanzado un precio récord, y en poco tiempo el precio del pollo tendrá un comportamiento semejante.

La buena noticia, que también en economía existen, es que el precio de huevo bajará en el corto plazo. Hasta los huevos han sido afectados por el mercado, que no entiende de razones ni sentimientos.

 

Mejor de cerquita

Francisco Tobías

Todo cambia, el proceso de cambio es constante y permanente, incluso cuando pensábamos que la globalización les permitiría a los procesos productivos obtener insumos o materias primas de cualquier parte del mundo, el proceso cambió, y nuestra globalización iniciará un proceso de reglobalización, no sólo en los procesos productivos, sino en la organización económica, política y social.

La pandemia del Covid-19, la guerra de Ucrania y Rusia, las tensiones entre China y Taiwán, así como el crecimiento económico de China la cual está a punto de convertirse en la economía más grande del mundo, son algunos factores que han provocado una “reestructuración” de la globalización para que esta sea regional y surjan nuevas políticas y tendencias económicas como el “nearshoring”, el cual se define como la reestructuración de los procesos productivos, buscando que estos se realicen, tengan sus suministros y logística cerca del mercado final.

Es decir que, si actualmente la producción de cierto bien, que es para consumo en los Estado Unidos, quien sigue siendo la economía más grande del orbe, se realiza en China, los productores estarán buscando producirlo en Norteamérica, con la intención de reducir los tiempos de traslado, aprovechar los beneficios fiscales del T-Mec, para lograr por un lado satisfacer las necesidades de los consumidores más rápido y mejor, y por el otro lado que las empresas sigan generando utilidades.

México y su economía están en una posición muy ventajosa ante el resto del mundo, pues a pesar de estar a casi 13 mil kilómetros de distancia, de la llamada fábrica del mundo, comparten 3 mil kilómetros de frontera con el mayor consumidor, los Estados Unidos, cuyo gobierno ha dejado en claro, a pesar de la crítica realizada por la Unión Europea, su apuesta por la producción de mercancías es el “nearshoring”. Aunado a ello contamos con tratados de libre comercio con 50 países y a pesar de la falta de inversión en la infraestructura contamos con la suficiente para ser un polo de atracción de las inversiones mundiales, incluso de China.

Por supuesto que con esta “nueva” forma de organización de la producción, en México tendremos demasiados beneficios, como la atracción de las inversiones de todos aquellos que quieran vender en los Estados Unidos, Canadá y México, contando con una mano de obra calificada y desafortunadamente “barata”, se generarán empleos, logrando hacer crecer el consumo interno y generar desarrollo. Afortunadamente los trabajadores mexicanos logran generar valor a las mercancías.

Cierto que hay cuestiones “políticas” que no acaban por convencer a la industria internacional, como lo es la falta de certeza jurídica, ejemplo de ellos es lo sucedido con la cervecería en Tijuana, o bien el decreto presidencial para mudar los vuelos de carga al AIFA, cuyo problema mayor, dejando a un lado, el tema de los aterrizajes, que desconozco, está el problema de la logística y almacenamiento que provocará problemas y pérdidas económicas.

Lo que es cierto es que el “nearshoring” en México tiene la gran ventaja de que la producción será más rápida, mejor y más barata.

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