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CAPITALES: La plataforma de Joe Biden sobre el sector energético y de medio ambiente

Francisco Treviño Aguirre

En medio de la polémica que genera Donald Trump por no estar de acuerdo en los resultados de las elecciones en Estados Unidos que no le favorecieron, el virtual presidente electo Joe Biden se encuentra desarrollando la estrategia para llevar a cabo la transición presidencial, para el cual ha designado un equipo de trabajo que incluye a importantes personalidades tanto del sector académico, privado y gente con amplia trayectoria en el servicio público.

Bajo esta premisa, el tema energético y de medio ambiente han sido parte fundamental en su agenda política, donde se ha proyectado la inversión de 2 billones de dólares para llevar a cabo una revolución de energía limpia que revitalizará la industria energética de Estados Unidos, la cual impulsará el crecimiento de toda la economía y que transformará al país en una super potencia en este sector.

Si bien Estados Unidos no se ha rezagado en el sector energético, ocupa el segundo lugar después de China en términos de generación de electricidad y, gracias a la revolución del fracking en la última década, ahora lidera el mundo en producción de petróleo y gas. La administración Trump ha adoptado un enfoque agnóstico para la generación de energía, defendiendo una política de libre mercado en la que todos los combustibles y tecnologías, desde el carbón, el gas y el petróleo hasta el eólico y solar tienen la oportunidad de contribuir al objetivo nacional de dominio energético en el escenario mundial.

El carbón está en un camino de claro declive, a pesar de las promesas del presidente Trump de reactivar la industria, y las energías renovables están creciendo, pero es la urgencia con la que se va a transformar este balance energético el objetivo del plan climático y energético de Biden. Con relación a lo anterior, quien será el líder en el equipo del presidente electo en el tema energético es Arun Majumdar, codirector del Instituto de Energía de la Universidad de Stanford y fundador de la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada del Departamento de Energía. En dicho equipo también se integra Jonathan Elkind, investigador del Centro de Política Energética Global de la Universidad de Columbia. Elkind trabajó en el Departamento de Energía durante la administración Obama de 2009 a 2017, cuya actividad se centró desarrollar en programas climáticos y energéticos con otras naciones. 

Asimismo, varios de los integrantes designados en este equipo también están familiarizados con la Ley estadounidense de recuperación y reinversión de 2009, que el presidente Obama empujó para sacar al país de la recesión. Biden ha propuesto un plan de energía limpia para reactivar la economía azotada por la pandemia y proporcionar puestos de trabajo, aunque podría enfrentarse a una negativa en el Congreso para obtener este financiamiento.

Por tanto, los miembros del equipo de Biden en los sectores de energía y medio ambiente podrán impulsar una política que permitan disminuir de manera considerable las emisiones de gas de efecto invernadero, desarrollar proyectos para la transformación energética hacia el sector de las renovables, y dar continuidad a los proyectos que se crearon durante la administración Obama, mismos que favorecen un balance hacía las energías limpias. 

Twitter: @pacotrevinoa 

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Cápsulas Saraperas: Don Julio Arce

Francisco Tobías

Don Julio Arce nació en Matehuala, pero, después de 62 años de vivir en nuestra bella ciudad de Saltillo, indiscutiblemente su corazón ya es sarapero.

Fue la primer trompeta de la Orquesta de don Lorenzo Hernández, y llegó aquí a los 20 años. Le gustó Saltillo, y a Saltillo le gustó su trabajo. Por eso no lo dejamos ir. 

Sostuvimos una larga plática llena de anécdotas. Don Julio me recibió y dio muestras de gran amabilidad, por eso no dudo en decir que Julio ya es Saltillense.

El Patio Español de la Sociedad Manuel Acuña fue testigo de la primera vez que tocó en nuestra hermosa ciudad, el 4 de mayo de 1952. Blue Moon fue su primera canción. Una orquesta de 12 miembros. Él tocó 18 años en la orquesta de don Lorenzo, y a la salida de este como líder de la agrupación, tomó en sus manos la dirección y se transformó en “La Orquesta del Casino de Julio Arce”.

Durante 25 años amenizaron el famoso Baile Blanco y Negro del Casino de Saltillo. Recuerda en particular una ocasión en que empezaron a tocar a las 10 de la noche y terminó a las 10 de la mañana: doce horas sin parar. Ese día de 1971 fue triste para la afición sarapera, pues el equipo de béisbol de los Saraperos perdió contra los Charros de Jalisco.

También amenizaron muchos bailes en la terraza del Ateneo Fuente. Y en forma personal, grabó con el coro de los Niños Cantores del Padre Rodolfo Torres e inauguró, junto al organista Milo Ortiz el bar Baco, del Hotel Arizpe, famoso en su época, donde tiempo después estuvo la Librería Julio Torri, del Fondo de Cultura Económica, en la bella calle de Victoria.

Don Julio se hizo famoso por el danzón Teléfono a larga distancia. La última vez que tocó la Orquesta del Casino de Julio Arce fue en 1976.

A la par tocaba en la banda de Gobierno del Estado. Permaneció por 30 años en esa agrupación. Recuerda cuando con esta banda tocaba en las corridas de toros. No duda en reconocer que el público más difícil para él fue el público fanático de los toros. Rememora que su más grande ovación la recibió cuando interpretó La Virgen de la Macarena en la antigua plaza de toros.

Recuerda como si fuera ayer cuando acompañó al Piporro y en otra ocasión al mismísimo José Alfredo Jiménez con la canción Camino de Guanajuato. Con más orgullo me contó cuando el cantautor de Dolores lo felicitó por su manera de ejecutar las notas con la trompeta.

Parecía que la trompeta de don Julio era mágica, pero no era el instrumento, era Julio Arce quien hacía la magia. Por esto es un personaje de esos que vale la pena presumir.

CAPITALES: Francisco Treviño Aguirre

Francisco Treviño

Hacia una política de cero residuos en las ciudades

A medida que las ciudades hacen frente a las crisis del COVID-19 la desigualdad, y el cambio climático, cada vez está más claro que no podemos volver a la "normalidad". Por lo anterior, es imperativo que las autoridades se alejen de los sistemas obsoletos e ineficientes e inviertan en programas y políticas de cero residuos, lo que salvaguardaría la salud pública, crearía más empleos, construiría economías locales y contribuye a combatir el cambio climático.

El esquema de cero residuos no se trata solo de decisiones individuales. Nuestras ciudades deben contribuir en la construcción de sistemas que faciliten este cambio radical en la forma en que producimos y consumimos, y garantizar que el cero residuos sea una opción al alcance de toda la sociedad. A nivel mundial, estos programas también son conocidos como creadores de empleo y son una excelente manera de hacer que los trabajadores pasen de industrias contaminantes como incineradoras a trabajos con menores riesgos en la salud y beneficiosos. La infraestructura sin residuos, como el reciclaje, el compostaje y la reutilización, puede generar hasta 250 veces más puestos de trabajo que la eliminación de residuos.

Cuando colocamos nuestros botes de basura en la acera todas las semanas para que los recojan, esa basura no desaparece mágicamente. Va a los confinamientos correspondientes que emiten gases de efecto invernadero y pueden filtrar sustancias nocivas que pueden llegar a nuestras aguas subterráneas; e incineradores que arrojan metales pesados, material particulado y otras sustancias químicas nocivas, que pueden causar contaminación del aire y cenizas tóxicas. En este sentido, el desperdicio no surge de la nada; es un síntoma de la economía de tomar-fabricar- desperdiciar que nos acerca cada vez más al caos climático. El 62 por ciento de las emisiones globales de gases de efecto invernadero provienen de la economía de materiales, desde la extracción de recursos naturales para fabricar productos hasta la eliminación de los desechos resultantes.

Las ciudades con cero residuos han ganado mucho terreno en los últimos años, y las principales ciudades de todo el mundo están reconociendo que llegar a cero residuos debe ser una prioridad en la agenda de sostenibilidad de una ciudad. En Europa, más de 400 municipios se han comprometido con cero residuos, y el Parlamento Europeo ha acordado dirigir recursos hacia la construcción de una economía circular en la región en su planificación del Fondo de Transición Justa.

En México, se desarrolló en 2019 el programa de visión hacia una gestión sustentable: cero residuos, mismo que opera la Secretaria de Medio Ambiente y que tiene como finalidad fomentar la valorización y minimizar el impacto en la salud de la población, con programas y políticas que fomenten el adecuado traslado y uso de residuos, basándose en el artículo 4° de la Constitución, que a la letra dice “…Toda persona tiene derecho a un medio ambiente sano para su desarrollo y bienestar. El Estado garantizará el respeto a este derecho. El daño y deterioro ambiental generará responsabilidad para quien lo provoque en términos de lo dispuesto por la ley…”

Hoy por hoy, no es solo nuestra basura la que se está acumulando; a medida que el cambio climático y otras amenazas existenciales se intensifican, nuestras ciudades están en la primera línea del problema. Lidiar con nuestros desechos puede no ser lo más glamoroso del mundo, pero tiene el potencial de ser una de las acciones más simples pero transformadoras que podemos tomar para construir ciudades más justas y sostenibles. Las soluciones están ahí, es hora de que las autoridades actúen para ponerlas en acción y nosotros como sociedad hacer nuestra parte.

 Twitter: @pacotrevinoa

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CAPITALES: La inteligencia artificial en el sector de las energías renovables

Francisco Treviño Aguirre

La tecnología avanza a un ritmo increíble, llegando al punto de que no somos capaces de mantenernos al día de forma eficiente. Las aplicaciones de inteligencia artificial cada vez más sofisticadas y cambiarán la forma en que vivimos en los siguientes años de manera increíble. En este sentido, el sector de las energías renovables no es muy diferente. La inteligencia artificial es capaz de observar tendencias y aprender de grandes cantidades de datos. En consecuencia, esto le permite realizar ajustes para maximizar la eficiencia, conversión e incluso distribución de energía. Estos sistemas permiten una previsión meteorológica y de carga precisa, así como de mitigar el riesgo de sobretensión eléctrica entre muchas otras aplicaciones.

Adicionalmente, estas tendencias no se limitan simplemente a grandes proyectos a escala de servicios públicos, con equipos de ingeniería y técnicos para mantenerlos, esto tiene el potencial muy real de volverse inminentemente escalable, para hogares, oficinas e industrias inteligentes. Durante la próxima década, las aplicaciones de inteligencia artificial aumentarán en gran medida la eficiencia de los sistemas renovables a través de la automatización. Esto se volverá especialmente frecuente en las industrias solar y eólica. La combinación de una mayor generación junto con los ahorros de costos que brinda la automatización otorgará a los productores de energía independientes la latitud necesaria para poder ofrecer modelos y servicios comerciales cada vez más competitivos.

Evidentemente, cualquier participante en el sector de las energías renovables querría saber cuáles podrían ser algunas de las posibles nuevas fuentes de ingresos. Por lo anterior, se podría predecir que, con la capacidad de acumular y evaluar grandes cantidades de datos, esto permitiría la creación de aplicaciones enfocadas al consumidor y evaluar los consumos de energía y sus hábitos, para permitir el uso más eficiente de la electricidad adaptado a su estilo de vida personalizado.

Otra gran oportunidad está en la operación y administración de los sistemas, mismo que permitirá evaluar con precisión el tiempo de inactividad potencial de los componentes. Esto no solo puede ayudar a impulsar la productividad general de una planta de energía, sino también a reducir el costo de reemplazo de los componentes al mejorar su esperanza de vida general. Por lo anterior, esta actividad no solo ofrecerá una importante oportunidad en el sector público ya que puede extenderse en el mantenimiento y operación de sistemas corporativos y residenciales.

Los productores independientes de energía serán capaces de construir plantas generadoras con menos recursos y así lograr la producción deseada al utilizar menos componentes, eficientizar la mano de obra, lo que se traducirá en un crecimiento general tanto en eficiencia como en análisis predictivo. Esta es una tendencia de mercado muy importante y que vale la pena señalar para cualquier participante de la industria que desee obtener y retener una ventaja competitiva.

Un estudio reciente señalo que en Estados Unidos el mercado de redes inteligentes crecerá a casi 170 mil millones de dólares para 2025, comparado con los 67 mil millones de 2017. Hoy por hoy, las impulsadas por la inteligencia artificial no son solo una solución eficiente para el mercado, también para los participantes en su operación será un mercado muy lucrativo. En conclusión, esta es una tendencia realmente impactante dentro del espacio de las energías renovables, que seguramente revolucionará tanto la generación como el consumo de electricidad. 

Twitter: @pacotrevinoa 

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CAPITALES: La política energética centralizada de México, ¿a quién beneficia?

Francisco Treviño Aguirre

En un artículo publicado por el organismo norteamericano “The Dialogue”, se hace referencia a que desde que asumió el cargo en diciembre de 2018, el presidente López Obrador ha impulsado una serie de medidas que afectaran la inversión privada en el sector eléctrico del país, incluido su floreciente sector de las energías renovables, y lesionan aspectos clave de la amplia reforma energética orientada al mercado aprobada por el Congreso en 2013. Dichas medidas parecen estar impulsadas por el deseo de reducir la inversión de empresas privadas en el sector eléctrico y consolidar el monopolio de CFE como parte del proyecto de su proyecto para obtener la tan mencionada “soberanía energética”.

Este concepto de soberanía energética ha sido un tema central de López Obrador y generalmente se centra en un objetivo de autosuficiencia energética, desconfianza del sector privado y darle prioridad no sólo de CFE en el sector eléctrico, sino también a PEMEX en el sector de hidrocarburos. Esta política implementada desde el inicio de su administración es impulsada por la creencia de que ambas paraestatales han sido socavadas por políticas que favorecen al sector privado, y que esto se debe de resarcir apoyando e invirtiendo en estas empresas del Gobierno para corregir las asimetrías mencionadas.

Los objetivos específicos de López Obrador incluyen evitar cualquier aumento de las tarifas energéticas, aumentar la cuota de mercado de CFE al 54 por ciento de la generación de energía, reducir la dependencia de las importaciones de gas natural y productos refinados de los Estados Unidos, impulsar la producción de petróleo a través de Pemex y revisar los contratos de energía que no se consideran lo suficientemente beneficiosos para el Estado. Hasta ahora, su administración ha tratado de eludir la reforma energética, incluida la principal ley que rige el sector eléctrico a través de la regulación: la Ley de la Industria Eléctrica. Sin embargo, el presidente y los Senadores de Morena han advertido recientemente planes para impulsar una contrarreforma constitucional.

Los cambios regulatorios que afectan al sector de la energía eléctrica a favor de estos objetivos tienen implicaciones más amplias para la economía mexicana, especialmente cuando busca recuperarse de los estragos causados por la pandemia relacionada con el Covid-19. Algunos de los avances en el sector de la energía en la creación de puestos de trabajo del sector privado y la reducción de los costos de electricidad a través de subastas competitivas podrían perderse de continuar con esta política proteccionista hacia Pemex y CFE, sin considerar las enormes sumas de dinero destinadas a tratar de volverlas mas operativas con estrategias completamente obsoletas. Las finanzas nacionales también podrían verse afectadas por la reducción de los ingresos fiscales de las empresas privadas en sectores tales como el industrial y energético. Los cambios probablemente conducirán a mayores costos de electricidad, y para evitar aumentos en las tarifas a los usuarios residenciales, como ha prometido López Obrador, los subsidios destinados a cubrir los costos más altos de la CFE probablemente aumentarían, poniendo en jaque el presupuesto federal.

Las nuevas regulaciones también podrían tener repercusiones perjudiciales en las relaciones comerciales y económicas con nuestro principal socio comercial, Estados Unidos. Las recientes medidas han disuadido la inversión en la industria energética de México y otros sectores económicos al elevar la percepción del riesgo regulatorio. Los inversionistas en México y Estados Unidos ya han tomado medidas legales contra algunos de los cambios regulatorios. Además, si se incrementan los costos a los consumidores industriales a través de aumentos de tarifas, aumentaría el precio de algunos productos de exportación mexicanos y se afecta la capacidad de las empresas estadounidenses de diversificar sus cadenas de suministro y trasladar algunas operaciones de China a nuestro País.

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