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Nuestro comercio en el 2021 con EUA

Francisco Tobías

Buenas noticias para México, buenas noticias para la economía mexicana y es que volvimos a ser el socio comercial más importante de los Estados Unidos, quien al día de hoy sigue siendo la economía más grande del mundo.

Nuestras relaciones comerciales con el gigante del norte dejaron atrás al comercio con China, país asiático que durante un lapso fue el principal socio comercial de los norteamericanos. Durante los primeros dos meses del 2021 exportamos a los Estados Unidos mercancías por un monto de 56 mil 469 millones de dólares mientras importamos sólo 40 mil 529 millones de dólares. A pesar de comparar estas transacciones con las del año 2020, el monto de las exportaciones mexicanas hacia la Unión Americana es menor, pareciera ser un dato que no genera “molestia” debido a la confianza que existe en la economía de nuestro país. Y para muestra el pronóstico que acaba de publicar el FMI, este organismo internacional espera que la economía mexicana no crezca en un 4.3 por ciento sino en un 5 por ciento, pronóstico que da certeza y fortaleza a nuestra economía.

¿Qué ventajas o beneficios tiene México al obtener u superávit de 15 mil 939 millones de dólares? 

El que hoy tengamos un superávit comercial con la economía más grande del mundo y que volvamos a ser su socio comercial más importante, le da a México la oportunidad de evitar una estanflación económica gracias a la confianza que genera tanto el comercio a favor de nosotros, con los Estados Unidos como el aumento en el pronóstico del crecimiento económico dado por el FMI.

Además, estas dos situaciones colocan a la economía mexicana en el ojo de los inversionistas, quienes podrán invertir para generar utilidades pero logrando generar empleos, ahorro y más inversión para reactivar la economía y logrando un crecimiento en el PIB.

Es cierto que la demanda interna de nuestro país no despega como quisiéramos o esperaríamos los economistas, pero gracias a las exportaciones la economía azteca puede recuperarse más rápido, y por supuesto con esto esperamos que la economía de los mexicanos se recupere, al fin y al cabo es la recuperación que más nos urge.

La felicidad del 2020

Francisco Tobías

Existe un índice de la felicidad realizado por la empresa norteamericana Gallup que tiene se sede en la ciudad de Washington DC, hace algunos días dicha casa encuestadora publicó, con el apoyo e impulso de la ONU, los datos de este índice referente al año 2020.

En dicho estudio se aplicaron encuestas a ciudadanos de 156 países y en su elaboración colaboraron estadistas, neurocientíficos y economistas. Todos podemos imaginar que para el análisis de la felicidad para el año 2020 un factor determinante fue la pandemia provocada por el Covid-19 y que está afectó a todos los países y de manera semejante, pero la realidad es muy distinta, ya que existen países como Dinamarca, Suiza, Suecia, Noruega, Nueva Zelanda, Australia, Estados Unidos, Israel, Canadá, República Checa, Bélgica, Reino Unido, los Emiratos Árabes, Uruguay, Zimbawe y Kosovo que sus habitantes fueron más felices en el 2020 que en el 2019. Por el lado opuesto los países que resintieron más la afectación de la pandemia, en su felicidad fueron los ubicados en Sudáfrica y América Latina. 

El país en el cual sus habitantes, en promedio, son más felices es Finlandia, sociedad que ocupó también el primer puesto durante el periodo 2017-2019, incluso lograron subir su score de 7.809 a 7.889 sobre 10.

Pero, ¿Qué considera este índice de la felicidad? El índice de la felicidad desarrollado por Gallup contempla factores como el PIB per cápita, la esperanza de vida saludable, la generosidad, el combate a la corrupción, la libertad para tomar decisiones en la vida, salud física y mental, relaciones afectivas, la satisfacción con la vida por la situación laboral y hasta temas de seguridad.

Los tres países que sufrieron mayor reducción de la felicidad de sus habitantes fueron Filipinas quien retrocedió 32 posiciones, Benin que bajó del lugar 65 al 90 y México que bajó 23 escaños en el ranking mundial de la felicidad.

México en el periodo de 2017 al 2019 obtuvo un valor de su índice de felicidad equivalente a 6.465 puntos ubicándose en el 23 de un total de 156 países, para la medición del año 2020 obtuvimos una calificación de 5.964 puntos es decir reducimos nuestra felicidad en medio punto, descendiendo 23 lugares para ubicarnos en el ranking 46.

Existen otros datos, los datos de la reducción del PIB, los otros datos que muestran que México ha dejado de ser atractivo para las inversiones extranjeras, los datos de las muertes por la estrategia equivocada e el combate al Covid-19, pero esos son otros datos, por cierto, datos que han contribuido a que el índice de la felicidad en México sea menor.

Afortunadamente bien lo dijo el filosofo griego Aristóteles: “la felicidad depende de nosotros mismo”, y ¿Usted es feliz?

La economía digital

Francisco Tobías

La sociedad evoluciona, la manera en que interactuamos los humanos se ha ido transformando de hecho las relaciones entre individuos, empresas, ONG´S, gobiernos, infraestructura y medio ambiente no es la misma de hace algunos años al día de hoy, y por supuesto que los cambios en el sistema económico han generado cambios en la misma economía.

Gracias a la tecnología, a las telecomunicaciones, al internet y demás hemos cambiado ciertas actividades por otras que satisfacen las mismas necesidades, pero de una manera más sencilla y hasta menos costosa. Un claro ejemplo de esto es la llamada economía digital.

En la economía digital que también es llamada “economía web” existe una nueva forma de consumir y producir lo cual ha generado, de hecho lo seguirá haciendo, cambios en la manera en que estamos organizados en el sistema económico, provocando cambios económicos, políticos y sociales.

En la economía digital se realizan intercambios que no hubieran sido posibles sin la aparición y desarrollo del internet, en la “economía del internet” las tecnologías de la información empiezan a ser fundamentales para de crecimiento y desarrollo económico de cualquier país. En esta nueva forma de hacer economía la información esta disponible al instante, las carreteras de asfalto han sido cambiadas por redes de telecomunicación de hecho los estudiosos del tema aseguran que es aquí en donde los bits han sustituido al átomo.

Es cierto que esta evolución del sistema económico tiene de manera intrínseca beneficios como la reducción de costos y de esfuerzos para satisfacer necesidades, pero además logra vincular; sin intermediarios, a vendedores y consumidores; además gracias a la imaginación se fomenta el desarrollo de nuevos bienes y/o servicios. Sin embargo, la mayor desventaja de este nuevo proceso económico es la gran cantidad de personas que, por el momento, no cuentan con la tecnología o bien no la dominan.

Las empresas más que cambiando se están o tienen que reinventarse para poder seguir en este nuevo mercado donde los consumidores no necesariamente tienen que estar en el interior del comercio, los consumidores hemos cambiado la manera en la cual adquirimos las mercancías pero aun falta mucho por avanzar y avanzaremos de acuerdo a nuestras necesidades, de acuerdo al avance de la tecnología y de las telecomunicaciones, quienes por increíble que parezca cambiarán de acuerdo al cambio de nuestras necesidades que seguirán cambiando la manera de satisfacerlas, por supuesto siempre buscando maximizar nuestras utilidades.

Definitivamente la economía digital nos impacta de manera directa, aunque no lo veamos, aunque no lo creamos.

Los ciclos económicos y su comité

Francisco Tobías

En 1863 el médico y economista francés Clement Juglar realizó un gran descubrimiento para la ciencia económica, al analizar las actividades financieras, productivas, industriales y comerciales observó que estas sufrían fluctuaciones de manera periódica, se dio cuenta que las crisis eran seguidas por la prosperidad que después de la prosperidad seguía otras crisis y así sucesivamente, a este fenómeno se le conoce como los ciclos económicos. Gracias al desarrollo de esta investigación estadística Juglar es conocido como el descubridor de los ciclos económicos.

Un ciclo económico está compuesto por cuatros fases el auge (cima), la crisis (contracción), recesión (fondo) y recuperación (expansión). Cada una de estas etapas tiene sus características únicas de acuerdo a los efectos que produce en la inflación, empleo, inversión y por supuesto en el PIB.

Por ejemplo, en el auge, que desafortunadamente es la etapa que más corta, la actividad económica está al máximo, muy pocas personas están desempleadas y los precios aumentan. Cuando se transita por la etapa de la crisis la producción se contrae, situación parecida a la que también sufren el empleo, el ingreso y la productividad. Cuando termina la crisis se llega a la depresión, este es el momento cuando los economistas decimos que se ha tocado piso, pues el desempleo se encuentra en su punto máximo y la producción en el mínimo, definitivamente es el punto más álgido de cualquier ciclo, pero después se presenta la recuperación o expansión y como su nombre lo indica el empleo crece, al igual que el ingreso, la producción y los precios. ¿Después? Después vuelve a iniciar otro ciclo económico con las mismas cuatro fases y en mismo orden.

El estudio de los ciclos económicos permite a todos los integrantes de un sistema económico tomar mejores decisiones para así maximizar sus beneficios y utilidades. Por ejemplo, los empresarios pueden pronosticar sus futuras producciones, ingresos, generación de empleo, inversión y hasta utilidades, a los consumidores este análisis nos permite prepararnos para el futuro y al gobierno para realizar una programación no únicamente de gasto en el largo plazo sino hasta de políticas impositivas y monetarias.

Las economías avanzadas del orbe hace muchos años han implementado comités para fechar los ciclos económicos, de hecho, este tipo de comité ha funcionado en los Estado Unidos desde hace más de 100 años.

Hace pocos días se anunció la instalación del Comité  para el Fechado de Ciclos Económicos en México, fruto de los trabajos que el Inegi y el Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas han realizado de manera conjunta desde el 2019.

Ahora tanto estudiosos de la economía como empresarios tendrán referencias sobre los cambios en el ciclo de la economía mexicana, ya que esté comité establecerá la cronología de los ciclos, midiendo los tiempos de las expansiones y contracciones. Brindado herramientas que servirán en el sector público para la elaboración de políticas públicas considerando situaciones pasadas concretas y posibles futuras de la economía.

Para lograr crecimiento, desarrollo económico y hasta felicidades se necesitan, entre otras cosas, participación ciudadana y organización, por ello es un aliento positivo para la economía de nuestro país la puesta en marcha del comité para el fechado de los ciclos económicos.

Al fin y al cabo, la economía como la vida misma es cuestión de ciclos.

México, un año y el Covid – 19

Francisco Tobías

Todo parecía tan lejano, como si lo que sucedía nunca fuera llegar a México, la situación parecía ser una película con el libreto esbozado por el mismísimo George Wells, sólo veíamos, escuchábamos o leíamos las noticias una tras otra en las cuales se mencionaba que a miles de kilómetros la gente estaba muriendo sin saber a ciencia cierta el motivo o la razón. Que la gente moría por un virus creado en algún laboratorio o que había sido por medio de un murciélago el primer contagio humano, incluso se hablaba que había sido un experimento militar. No sabíamos nada, de hecho hoy sabemos poco muy poco, pero pensábamos que eso, que esa enfermedad, que el coronavirus no llegaría hasta aquí.

El 27 de febrero del 2020, hace un año nos enteramos del primer caso en México, registrado, de un hombre internado en el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias, a partir de ese momento poco a poco nos dimos cuenta que todos estamos en peligro de contagiarnos del Covid-19, incluso se han manejado que el 25 por ciento de los mexicanos hemos estado expuesto al virus SARS-CoV-2

La realidad es muy lamentable, no hay palabras para describir la pérdida irreparable, el dolor que ha ocasionado la muerte de poco más de 2.5 millones de personas en el mundo o las casi 190 mil en nuestro país, definitivamente la pérdida más grande causada por la pandemia del Covid-19 han sido estas personas. Sin embargo, existen algunos datos económicos que debemos de analizar.

Definitivamente el daño económico más sonado, más mencionado e incluso el más dañino fue la caída del PIB mexicano que retrocedió 8 puntos porcentuales en el 2020 pero no sólo eso, hay otros datos que vale la pena revisar.

Por ejemplo la deuda pública alcanzó un porcentaje del PIB nunca antes alcanzado, hoy la deuda es equivalente al 52.4 por ciento del PIB, es decir que al medir todo lo que producimos en México, con poco más de la mitad pagaríamos la deuda y cuyo pago de servicios equivale a más del 10 por ciento del presupuesto federal. Es importante señalar que toda deuda pública en el corto o mediano plazo se transforma en la creación de impuestos o el incremento de los actuales para que así el gobierno pueda hacer frente a este tipo de compromisos financieros.

En un sistema económico como el que tenemos en México la fuente más importante para la generación de economía, para lograr crecimiento y desarrollo es la creación de empleos, desafortunadamente la pandemia del Covid-19 provocó que 647,710 mexicanos, durante el 2020, según el INEGI perdieran su empleo.

Aunado a la pérdida de empleos debemos de sumarle (de manera negativa) el desinterés de invertir en nuestro país por el empresariado nacional y extranjero, en alguna medida por la misma pandemia pero también por la arbitrariedad en la cual se desenvuelve el ejecutivo federal, generando incertidumbre a la iniciativa privada.

Según datos de BBVA, quien realiza investigaciones económicas para poder tomar decisiones, desde mayo del año pasado había señalado, desafortunadamente que entre 12 y 16.4 millones de mexicano pasarán a formar parte de la población en condiciones de pobreza extrema.

Es cierto que seguimos dentro de una depresión económica en donde se presenta reducción de la inversión, baja inflación gracias a la reducción del consumo que también produce desempleo, generando un decrecimiento en el PIB. Sin embargo, existen una serie de propuestas o políticas públicas “no neoliberales”, es decir keynesianas que bien el Gobierno Federal puede aplicar, como lo son la reducción de impuestos, la reducción de las tasas de interés que ya se han ido reduciendo por medio de acuerdos del Banco de México y por supuesto aumentar la demanda agregada, la cual es la suma de todo lo que demandamos los individuos, las empresas, las ONG y el gobierno. Logrando este último punto por medio de un incremento en su gasto, pero este debe de ser en obras productivas, para poder generar empleos y que las personas recién contratadas vuelvan a consumir bienes y servicios para lograr aumentar la inversión y por supuesto crecimiento en el PIB.

Todavía falta recorrido en el camino de la crisis económica provocada por la pandemia, pero también es cierto que existen acciones gubernamentales que se pueden ejecutar para salir más rápido de la misma crisis y así buscar la felicidad.

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