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Cápsulas Saraperas: Café Viena

Francisco Tobías

En esta ocasión te platico de un negocio que inició hace 56 años en el número 323 de la calle de Abbott, entre Padre Flores y Allende. René Molina de la Cruz y su esposa Guadalupe Aguirre arrancaron el negocio familiar, que fue bautizado por don René como Café Viena. Cuando se le preguntaba el motivo del nombre, la respuesta era muy sencilla: el de Viena le gustaba. El negocio creció y se tuvieron que mudar a Manuel Acuña bajando Aldama y a la postre en la misma calle, pero bajando Lerdo. Desde 1990 podemos disfrutar de un buen café, de una excelente comida y mejor compañía en la avenida Presidente Cárdenas donde topa Secundino Siller.

El negocio abrió sus puertas en octubre de 1959. El Café Viena es un negocio Saltillense que ha dado servicio a cuatro generaciones. Cuando inició, el delicioso café costaba 5 pesitos. Así, es amigos y amigas Saltillenses, 5 pesos, pero de los de antes.

Pero es importante que no confundamos: en el Viena no solo se sirve café. En la cocina son especialistas en menudo, machacado, chilaquiles, la famosa sopa de ajo, las deliciosas tortas de ternera y, por supuesto, las ya emblemáticas palomas de ternera. Este último platillo, el preferido de quienes somos asiduos clientes de este negocio tan saltillense.

Don René era amigo del ingeniero Eulalio Gutiérrez Treviño. Al Viena han arribado a comer artistas de la talla de María Victoria, pero la sazón del Viena llegó hasta Ocampo, Coahuila, cuando el Presidente Luis Echeverría Álvarez visitó aquel municipio y ahí pasó la Navidad de 1974. La cena fue servida por el Viena.

Doña Guadalupe y don René tuvieron 6 hijos. El tiempo ha hecho que crezca la familia, ahora son 13 nietos y 6 bisnietos. 

El Café Viena es indiscutiblemente un lugar muy tradicional de nuestra hermosa ciudad de Saltillo, es un centro de reunión de muchos Saltillenses, políticos y artistas, un lugar donde comer es un deleite y tomar un café una delicia.

Nuestros abuelos fueron al Café Viena, nuestros padres e hijos también lo han visitado. Este es un lugar muy saltillense y que siempre ha sido atendido por la misma familia. Si eres Saltillense debes probar el café y la comida del Viena.

Sus propietarios están orgullosos de su negocio, orgullosos de su tierra, Saltillo, orgullosos de servir a los Saltillenses. Los Saltillenses debemos sentirnos orgullosos de contar con un restaurante como el Café Viena, un sitio que vale la pena presumir.

 

@franciscotobias

Cápsulas Saraperas: Baño en la fuente

Francisco Tobías

 

En esta ocasión te comento que el día 30 de julio de 1874, Saltillo se abochornó: tres oficiales del 9° regimiento del ejército, sin el menor pudor, se bañaron en la fuente de la Plaza de Armas. Sí, en la fuente que se encontraba frente a la Catedral de nuestra hermosa ciudad de Saltillo. Y esto sucedió ante los ojos incrédulos de los Saltillenses que pasaban o paseaban por el lugar.

Los oficiales eran Francisco Linares, Eduardo Cabrera y Manuel Grajales. El Alcalde, al percatarse de lo sucedido, dio parte a la máxima autoridad militar que en esa época era el Gobernador, cargo que recaía en el señor Carlos Fuero.

El Gobernador dictaminó inmediatamente el cese a los oficiales, ya que no solo causaron malestar en los Saltillenses, sino que además manchaban la imagen de la institución a la que pertenecían, por lo que la orden también abarcó darles cárcel y aplicar la sanción que la autoridad municipal dispusiese.

Como sentencia, el Presidente Municipal aplicó 10 pesos de multa y un mes de arresto, por el deshonroso comportamiento de los militares.

Pero, no, no acuséis injustamente a estos tres militares, quienes no pretendían hacer escándalo, sino manifestar su necesidad de agua, ya que no les habían mandado el vital líquido para el uso en el regimiento militar.

Los Saltillenses de ese entonces no se conformaron con la multa y el arresto. Pidieron un castigo mucho más severo: una sanción ejemplar para los tres elementos castrenses que lo único que querían era bañarse. Incluso, hubo quien propuso el castigo llamado “La Picota en Tonel”, el cual se aplicaba a los ciudadanos beodos que consistía en introducir a los inculpados en un tonel lleno de desperdicios humanos y dejarlos un tiempo para que la gente los insultase y así aprendieran buenas costumbres.

Sí, amigas y amigos Saltillenses, el 30 de julio de 1874, tres integrantes de las fuerzas armadas protestaron por la falta de agua, bañándose en la fuente de la Plaza de Armas, manera muy peculiar para manifestar su inconformidad, mas no la adecuada.

 

@franciscotobias

Cápsulas Saraperas: Un asesino suelto en Saltillo

Cápsulas Saraperas: Un asesino suelto en Saltillo

Francisco Tobías

 En esta ocasión te platico de un hecho que estremeció a nuestra bella ciudad, cuando esta aún era villa.

Corría el año de 1800, cien antes del asunto de Rosita e Hipólito, y fueron encontrados Fabiana y Francisco del Pilar, matrimonio de esta ciudad, bañados en sangre. Así es, amigas y amigos, sangre saltillense corría por los suelos.

Según narraciones encontradas, el hallazgo fue espeluznante, había sangre por todo el piso, las huellas de violencia eran visibles por todos los lugares donde ocurrió el crimen, y los dos cuerpos se encontraban ensangrentados por una mano asesina.

Según las investigaciones policiales de aquella época, el asesino entró por la puerta del corral, donde aguardó sigilosamente hasta que la pareja estuviese dormida. Las autoridades dedujeron que la intención del delincuente era robar a la pareja, pero se vio sorprendido por Fabiana y para silenciarla la apuñaló en la cara y el resto de la cabeza. El marido, al darse cuenta, inició una lucha a muerte contra el asaltante y futuro doble homicida. Por la mañana todavía fue encontrado con vida, con puñaladas en la cabeza y en la mano izquierda.

Llamaron al médico de la Villa de Santiago del Saltillo, quien apresuradamente atendió las heridas de Francisco. Canalizó todo su esfuerzo a salvarlo, pero fue imposible: a la mitad del mismo día Francisco del Pilar había fallecido.

Las averiguaciones realizadas según los usos y costumbres, dieron como resultado que el móvil del asesinato fue robarles 7 reales, un hacha, una barra, unos cojincillos, un capote y ajuares propiedad de los occisos, artículos que fueron encontrados cerca de la casa de Francisco y Fabiana, gracias al rastro de sangre dejado por el malhechor.

Esa misma noche, las autoridades aprehendieron a José Trinidad Jaramillo. La sospecha recaía sobre él pues nadie conocía su procedencia.

José Trinidad salió airoso del fuerte interrogatorio al que fue sometido, pero seguía preso. No por mucho tiempo, ya que esa misma noche, después de ser interrogado, a través de un hueco en la pared de la prisión José Trinidad escapó, y nadie más supo de él. Si fue o no el asesino, nunca lo sabremos, pero su escape lo hizo de la culpa.

Así es, señoras y señores, en Saltillo, por el año de 1800, un asesino estuvo suelto por nuestra hermosa ciudad.

Cápsulas Saraperas: El Ateneo

Francisco Tobías

En esta ocasión te comento que en el año de 1867, para ser precisos el 11 de julio, el Gobernador de Coahuila, Andrés S. Viesca, emitió un decreto, de una gran visión educativa y social, disponiendo la creación del Ateneo. El 2 de octubre de ese mismo año abrió sus puertas, y su inauguración oficial se realizó el 1 de noviembre, en la calle de Juárez. Su primera morada fue la casa marcada con el número 2.

El primer director del glorioso Ateneo Fuente fue el licenciado Antonio Valdés Carrillo. Fueron 67 los alumnos que se graduaron en la primera generación. De 1868 a 1933 el ex convento de San Francisco albergó al Ateneo, ahí, frente a la plaza del mismo nombre, ubicada en la calle de General Cepeda, donde hoy se encuentra la recién estrenada Plaza “Ateneo”. En el mes de octubre de 1904, las graderías del salón de actos se derrumbaron, cuando los alumnos presenciaban una proyección de imágenes, resultando heridos dos mujeres y un hombre.

En 1932, atendiendo a la necesidad de un lugar con mejores condiciones para la práctica académica de esta institución, el gobernador Nazario S. Ortiz Garza inicia las obras del edificio majestuoso que hoy ocupa el Ateneo Fuente. El arquitecto Zeferino Domínguez se hizo cargo del proyecto y de la construcción de tan hermoso edificio, un monumento a la educación del cual los saltillenses nos sentimos orgullosos.

El 15 de septiembre de 1933, se inauguró la nueva edificación. En el evento se contó con la presencia del General e Ingeniero Manuel Pérez Treviño, quien fuera alumno de esta gran institución y cuya asistencia fue en calidad de representante personal del Presidente de la República, General Abelardo L. Rodríguez.

El nombre de la escuela de bachilleres es en honor al paladín de la soberanía nacional, don Juan Antonio de la Fuente, el mismo que en París reclamó respeto para la patria mexicana y como ministro plenipotenciario le sentenció a los franceses: “No luchéis contra mi patria, mi patria es invencible”.

Entre sus egresados se encuentran grandes hombres y mujeres de la vida cultural, social y política no únicamente de Saltillo sino de México entero, como el escritor don Julio Torri; el padre de la Constitución don Venustiano Carranza; el historiador don Vito Alessio Robles y el artista don Rubén Herrera, entre muchos más.

Esta misma institución cuenta con un gran acervo bibliográfico, tesoro que vence día a día el inexorable paso del tiempo, y que no sucumbió ante el incendio de aquel marzo de 1987.

Sus alumnos de mediados del siglo pasado podrán recordar aquellos bailes de gala que se realizaban en las terrazas de este majestuoso edificio, amenizadas por la orquesta de Lorenzo Hernández, o bien por la orquesta del Casino de Julio Arce.

En el ámbito deportivo siempre ha destacado el futbol americano. Grandes jugadores salieron de sus filas, para dar su lucha en el emparrillado. Los Daneses del Ateneo Fuente siempre han tenido grandes temporadas: imposible negar que las mejores fueron las del Coach don Juan Lobato Sánchez.

En el año 1957 el gobernador Román Cepeda Flores decretó la creación de la Universidad Autónoma de Coahuila, y el edificio del Ateneo fue sede no solo del bachillerato, también lo fue de la Rectoría. Después de la escuela de Químicas, Leyes y Sistemas. El primer rector de la Universidad fue el licenciado Salvador González Lobo.

Orgullo de Saltillo, orgullo de la nación, un legado del pensamiento liberal de Juárez, una institución que sigue dando a este país grandes hombres y mujeres, el glorioso Ateneo Fuente, una institución Saltillense, de esas que vale la pena presumir.

 

 

  

 

 

 

  

@franciscotobias

Cápsulas Saraperas: Lo mataron con el hacha

Lo mataron con el hacha

Francisco Tobías 

 

En esta ocasión te platico sobre un hecho que estremeció a todo Saltillo, villa aún, allá por el año de 1665, cuando don Vicente de Voz Mediano encontró la muerte de manera violenta.

A don Vicente se le consideraba como “una persona de buen entendimiento”. Bueno, eso lo decía el capitán Alonso de León, apodado “El Mozo”, quien fundara la Villa de Santiago de Monclova, hoy Monclovita La bella, pero volvamos al caso. El occiso se localizó en una acequia lejos de su casa: había sido asesinado con un certero hachazo en la cabeza. Las primeras sospechas recayeron sobre los vecinos más próximos de la acequia, quienes fueron aprehendidos por el alcalde mayor de la villa.

Los habitantes estaban confundidos, no sabía nadie qué había pasado, pero cuando regresaron al lugar de los hechos las autoridades se dieron cuenta de que había un rastro de sangre. Gotas que guiaban de dónde venía el cuerpo de don Vicente, y al seguirlas se percataron que llegaban al mismísimo domicilio del muertito.

Al reparar en ello aprehendieron a su esposa e hija, las cuales negaron al principio los hechos, pero después de arduos interrogatorios terminaron aceptando la ejecución de tan abominable homicidio.

Las dos mujeres narraron que lo habían planeado. Esperaron el momento de la cena para darle un certero hachazo en la cabeza a don Vicente, quien al no poder reaccionar, al poquito tiempo murió. Las “damas” esperaron a que entrara más la noche para llevar el cuerpo lejos de casa, donde fue encontrado y así confundir a todos, incluyendo a las autoridades.

Ellas alegaron malos tratos y vida infeliz al lado de Vicente, lo que no les valió ante la autoridad para alcanzar la libertad.

Así es, señoras y señores, aquel Saltillo antiguo se vio entristecido y ensangrentado por el asesinato de un hombre de “muy buen entendimiento”, una anécdota que la verdad no es para presumir, pero sí para recordar.

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