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CAPITALES: El papel de las empresas en la transición hacia un modelo de producción y consumo sostenible en México

Francisco Treviño Aguirre

En los últimos años, la preocupación por el impacto ambiental de la actividad económica ha ido en aumento. Cada vez son más las empresas que se han dado cuenta de la importancia de integrar criterios ambientales en su gestión y de la necesidad de transitar hacia un modelo de producción y consumo sostenible. En México, este proceso no ha sido ajeno y ha tomado especial relevancia ante la necesidad de mitigar los efectos del cambio climático y preservar los ecosistemas y recursos naturales.

Derivado de lo anterior, las empresas pueden adoptar acciones muy específicas para impulsar el desarrollo sostenible en el País. A continuación, podemos mencionar algunas acciones en favor de esta actividad donde el sector productivo puede ser parte fundamental para alcanzar los objetivos planteados.

1) Integrar la sostenibilidad en la estrategia empresarial.-  Las empresas deben considerar los impactos sociales y ambientales en su toma de decisiones e identificar riesgos y oportunidades en su entorno. La sostenibilidad debe estar presente en la visión y misión de la empresa, así como en los objetivos y metas establecidos.

2) Reducir la huella ambiental.- Es posible implementar medidas para reducir su consumo de energía y recursos naturales, como la implementación de tecnologías más eficientes y la optimización de los procesos de producción. También es importante considerar la gestión de residuos y emisiones, promoviendo la reducción, la reutilización y el reciclaje de materiales.

3) Promover la innovación y el desarrollo sostenible.- Fomentar la innovación y el desarrollo sostenible a través de la inversión en investigación y desarrollo y la adopción de tecnologías y procesos más sostenibles son acciones que se puede desarrollar en base a una adecuada planeación. Adicionalmente, es posible colaborar con otras empresas, universidades o instituciones para promover el desarrollo sostenible en la cadena de suministro.

4) Fomentar una cultura de sostenibilidad. - Promover una cultura de sostenibilidad entre sus empleados, clientes y proveedores a través de la educación y la sensibilización, así como a través de la implementación de políticas y prácticas sostenibles en la empresa.

5) Informar y divulgar de manera transparente los impactos sociales y ambientales: Es necesario ser transparentes en la gestión e informar los impactos sociales y ambientales. Esto permite a los consumidores, inversores y otras partes interesadas tomar decisiones informadas y promueve la rendición de cuentas.

En conclusión, es fundamental crear acciones de forma ordenada para alcanzar un desarrollo sostenible y responsable. En este sentido, las empresas tienen una gran responsabilidad en la implementación de prácticas alineadas a sus actividades en su gestión diaria, ya que sus acciones tienen un gran impacto en el medio ambiente y en la sociedad.

Es necesario que las empresas en México integren la sostenibilidad en su estrategia empresarial, reduzcan su huella ambiental y promuevan la innovación y el desarrollo sostenible. Además, es necesario crear una cultura de sostenibilidad y documentar y transparentar los impactos sociales y ambientales. Es importante destacar que la transición hacia un modelo de producción y consumo sostenible no es un proceso fácil ni rápido, pero es un proceso necesario. Las empresas deben ser conscientes de que, a largo plazo, la sostenibilidad puede ser una ventaja competitiva, ya que les permitirá satisfacer las necesidades de los consumidores cada vez más exigentes y mejorar su reputación..

Twitter: @pacotrevinoa

 

CAPITALES: Los retos de México en el sector energético

Francisco Treviño Aguirre

A pesar de las diferencias entre la iniciativa privada y el gobierno federal para desarrollar nuevos proyectos de energía renovable, este sector sigue siendo de gran relevancia debido al potencial que México tiene para desarrollar proyectos en ese sentido. En México contamos con altos niveles de irradiación solar, un importante potencial eólico y existen áreas de oportunidad con los biocombustibles, hidrógeno y capacidades geotérmicas.

Aprovechar este potencial podría ayudar a diversificar el suministro de energía, reducir el costo de la electricidad y apoyar a las empresas que tienen estrictos objetivos sostenibles y están comprometidas a reducir su huella de carbono. El Servicio Comercial de Estados Unidos en México ha identificado una importante participación tanto de compañías mexicanas que buscan tecnologías de energía renovable en Estados Unidos como de empresas estadounidenses que vienen a México a participar en ferias y eventos comerciales, buscando expandir sus operaciones en el país.  Es importante señala que, Incluso cuando el gobierno federal desacelera el desarrollo de las energías renovables, la demanda de energía del país continúa creciendo a una tasa de alrededor del 3.4 por ciento anual, y los recursos de hidrocarburos resultarán insuficientes sin un mayor desarrollo de la capacidad a través de las energías renovables.

En 2020, la capacidad instalada de las plantas de energía limpia de México, como hidroeléctrica, geotérmica, eólica, fotovoltaica y bioenergía, fue de 29,512 MW y para diciembre de 2021 había una capacidad instalada de 30,812 MW, lo que representó un aumento de 4.4 por ciento con respecto a 2020, proveniente principalmente de plantas hidroeléctricas, eólicas y solares fotovoltaicas. Según un informe de 2022, la gran y diversa base de recursos de generación de energía renovable podría contar con un crecimiento significativo en la capacidad de generación limpia.

Pero el gran desafío para nuestro país no es tanto la generación de energía, considerando el rápido crecimiento demográfico y un acelerado crecimiento en el sector industrial en los últimos años. El gran problema es que no se cuenta con la infraestructura suficiente para lograr una adecuada transmisión y distribución.  En México, la red de infraestructura necesaria para la transmisión de energía eléctrica se conoce como la Red Nacional de Transmisión (RNT), la cual se divide en 4 sistemas interconectados:

Sistema Interconectado Nacional: Este abarca desde la parte norte del país en Puerto Peñasco, Sonora hasta Cozumel, Quintana Roo, este comprende un 80% de la RNT y de acuerdo al Centro Nacional de Control de Energía (CENACE), este sistema tiene una demanda actual de 40,566 Megawatts (MW), alcanzado su pico de demanda mas alto a las 20:00 hrs.

Sistema Interconectado Baja California: Esta parte de la RTN abarca los municipios de Ensenada, Tijuana, Tecate, Mexicali en el Estado de Baja California y San Luis Rio Colorado en el Estado de Sonora, este sistema crea una demanda de 1,750 MW, donde su pico de demanda es a las 24:00 hrs.

Sistema Interconectado Baja California Sur: este comprende desde los municipios de Loreto hasta Los Cabos, Baja California Sur. Es un sistema eléctrico aislado del Sistema Interconectado Nacional donde la demanda actual es de 322 MW con un pico de demanda a las 20:00 hrs.

Sistema Interconectado Mulegé Guerrero Negro: Es un sistema eléctrico que abarca geográficamente las comunidades del municipio de Mulegé al norte de Baja California Sur, así como la localidad de Bahía de los Ángeles, Baja California. Para este sistema en el portal de CENACE no hay información de la demanda actual.

En cuanto a la energía que requiere la red de transmisión eléctrica de México, es importante destacar que la demanda de energía eléctrica en el país ha ido creciendo en los últimos años, impulsada por el aumento de la población y la actividad económica. En 2021, la demanda máxima de energía eléctrica en México alcanzó los 51,716 MW, lo que representa un aumento del 1.6% con respecto al año anterior. Para satisfacer esta demanda, la red de transmisión eléctrica de México requiere una capacidad de generación y transmisión de energía eléctrica suficiente y eficiente, así como una adecuada planificación y coordinación entre los diferentes actores del sistema eléctrico.

Twitter: @pacotrevinoa

 

CAPITALES: Invertir en marketing: un motor clave para el crecimiento y la rentabilidad.

Francisco Treviño Aguirre

El éxito empresarial depende cada vez más de la capacidad de las empresas para hacer un uso efectivo de las herramientas de marketing. Invertir en estas actividades, como el posicionamiento de la marca, la generación de clientes potenciales y la retención de clientes, es fundamental para mejorar la rentabilidad y el crecimiento empresarial. Expertos en el tema han confirmado que las empresas que invierten en marketing pueden ver un aumento promedio del 20 por ciento en sus ingresos.

Para tal efecto, el monto de inversión requerida varía significativamente según los objetivos de la organización y sus metas establecidas. Por ejemplo, el conocimiento de la marca, el desarrollar la relación con los clientes y la respuesta directa, requieren diferentes niveles de inversión y las empresas deben asignar su presupuesto de marketing en consecuencia. Como regla general, las empresas deberían invertir alrededor del 10-20 por ciento de su presupuesto de marketing en el conocimiento de la marca, otro 10-20 por ciento en desarrollar la relación con el cliente, y el 60-80 por ciento restante en la respuesta directa.

No obstante, las asignaciones de recursos pueden variar según la industria, el tamaño y el público objetivo de la empresa. Por ejemplo, las empresas de software pueden requerir una mayor inversión en actividades de generación y relación con el cliente, mientras que las empresas de comercio pueden centrarse más en el reconocimiento de la marca. Por lo tanto, las empresas deben comprender sus necesidades específicas de marketing y asignar sus recursos de manera adecuada.

Es interesante analizar el caso de algunas empresas que invierten fuertemente en publicidad. En 2020, Procter & Gamble, una de las compañías de bienes de consumo más grandes del mundo, invirtió cerca de 7 mil 200 millones de dólares en publicidad, lo que los convierte en la empresa que más invierte en este rubro en Estados Unidos. Otro ejemplo es Coca-Cola, que invirtió 4 mil 200 millones de dólares en publicidad en el mismo año. Estas empresas reconocen la importancia del marketing e invierten fuertemente en mantener su posición en el mercado y el reconocimiento de la marca.

Derivado de lo anterior, el marketing puede ayudar a las empresas a mejorar sus tasas de retención de clientes. Al invertir en estrategias de participación del cliente, como marketing por correo electrónico personalizado, programas de lealtad y participación en las redes sociales, las empresas pueden fomentar la lealtad del cliente e impulsar las ventas repetidas. Este enfoque puede resultar en un mayor valor de vida del cliente, que es el ingreso total que un cliente genera durante su vida útil. Al invertir en estrategias de retención de clientes, las empresas pueden aumentar su valor de vida útil y, en consecuencia, su rentabilidad.

Dentro de este marco, el marketing digital ha transformado la forma en que las empresas interactúan con sus clientes. A través de canales digitales como redes sociales, marketing por correo electrónico, publicidad de pago por clic (PPC, optimización de motores de búsqueda (SEO) y marketing de contenidos, las empresas pueden llegar a un público más amplio y obtener una mayor visibilidad en línea. Una de las principales ventajas es su capacidad para realizar un seguimiento en tiempo real de la efectividad de las campañas. Las empresas pueden obtener información instantánea sobre el rendimiento de sus campañas y ajustarlas en consecuencia para maximizar el impacto.

Hoy por hoy, el marketing digital ofrece a las empresas una gran flexibilidad y personalización en sus estrategias de posicionamiento. Las empresas pueden segmentar su público objetivo y crear mensajes y ofertas personalizadas para grupos específicos de clientes. Esto les permite llegar a clientes potenciales más receptivos y aumentar las tasas de conversión. El marketing digital también es más rentable que los canales tradicionales, lo que significa que las empresas pueden maximizar su inversión en publicidad y obtener un mayor retorno de su inversión.

Twitter: @pacotrevinoa

 

CAPITALES: ¿Estamos preparados para el nuevo orden mundial?

Francisco Treviño Aguirre

Ray Dalio, un exitoso inversionista, autor y fundador de la firma de inversiones Bridgewater Associates, explora el cambiante panorama global y su impacto en la política, la economía y la sociedad en su libro "El Nuevo Orden Mundial". Este libro proporciona un análisis exhaustivo del cambio global en el poder y ofrece consejos prácticos sobre cómo los individuos y las instituciones pueden adaptarse a esta nueva realidad.

Según el libro de Dalio, estamos a las puertas del fin de una era y seremos testigos de un cambio radical en la hegemonía global en las próximas décadas. La vida de los imperios es fugaz, y ningún imperio dura mil años, como creían los arquitectos del Tercer Reich. Dalio cree que "los grandes imperios duran aproximadamente 150-250 años. Dentro de esos períodos, vemos diferentes ciclos políticos, económicos y de deuda que se extienden por 50 o 100 años".

La hegemonía de los Estados Unidos comenzó en 1944, al finalizar la Segunda Guerra Mundial, cuando el dólar se convirtió en el nuevo estándar de cambio de referencia internacional, creando un Nuevo Orden Mundial liderado por los Estados Unidos que ha durado casi 80 años.

A pesar del ciclo económico y financiero desfavorable en el país, la confianza todavía sostiene al dólar como dinero fiduciario. Estados Unidos todavía tiene un mecanismo tremendamente poderoso: una moneda de reserva. En el pasado, la libra esterlina, el florín holandés y el maravedí español cayeron. China ya está afilando su cuchillo para cuando llegue el momento de hacer sonar la alarma.

Los imperios sin propósito se desmoronan. En la fase ascendente del Gran Ciclo, un imperio se caracteriza por la voluntad de trabajar en beneficio del proyecto, marcado por la inventiva, el espíritu comercial y la productividad. Después de resolver problemas existenciales, la China de Deng Xiaoping hizo un progreso espectacular en esta dirección. Mientras tanto, la confianza estadounidense ha estado disminuyendo desde la década de 1970.

La principal preocupación de Dalio es hacia el dinamismo interno de los Estados Unidos. En una escala del 1 al 6, sitúa el conflicto y la polarización del país en 5. Esta fase es típica de países con problemas financieros donde la brecha entre ricos y pobres se ha ampliado demasiado. Dalio estima que hay un 30 por ciento de posibilidades de que en la próxima década, Estados Unidos pase a la fase 6, es decir, experimente una revolución o una guerra civil.

En contraste, China se encuentra en la fase 3, marcada por la prosperidad y la paz. Esto lo convierte en una amenaza para un imperio que ha entrado en bancarrota emocional. "Cuando las cosas van bien, es fácil creer que uno tiene superioridad moral. Sin embargo, cuando la lucha se vuelve más dura, lo que una vez se consideró inaceptable e inmoral comienza a justificarse y reconocerse como legítimo. El auge del populismo estadounidense caería en esta órbita.

A pesar de que no hay conflictos abiertos entre las dos potencias (el libro fue escrito antes de la Guerra de Ucrania, que puede entenderse como una lucha de poder entre China y los Estados Unidos), la guerra tecnológica se ha intensificado y la influencia de China en terceros países ha aumentado significativamente. En particular, el gigante asiático se ha apoderado de la esfera de influencia del Pacífico. El mundo podría estar al borde de una guerra que abriría la puerta a un rediseño. 

En conclusión, el libro de Ray Dalio ofrece una visión profunda y detallada del cambio global en el poder y cómo afecta a la política, la economía y la sociedad. Además, ofrece consejos prácticos sobre cómo las personas y las instituciones pueden adaptarse a esta nueva realidad. Desde una perspectiva histórica, se analiza el Gran Ciclo de auge, cima y declive que afecta a todas las potencias hegemónicas, y cómo la hegemonía norteamericana, que ha durado casi 80 años, podría estar llegando a su fin. También destaca las preocupaciones sobre la dinámica interna de Estados Unidos, especialmente en lo que respecta a los conflictos y la polarización del país, y cómo China, en una fase de prosperidad y paz, podría convertirse en una amenaza para el liderazgo mundial que ha mantenido la nación estadounidense.

Twitter: @pacotrevinoa

 

CAPITALES: El camino hacia un México más sostenible a través de la electromovilidad

Francisco Treviño Aguirre

Aunque puede parecer un concepto reciente, México ha tenido una larga historia de vehículos eléctricos, desde los primeros tranvías eléctricos en 1900 hasta el primer trolebús en 1951 y, más recientemente, el primer autobús con baterías y camiones de carga eléctricos en 2020. Además, México es un importante productor y exportador de camiones, siendo un líder en la industria automotriz de vehículos pesados.

Aunado a esto, existen retos importantes que hay que enfrentar para mantener este liderazgo en un entorno cambiante. Debemos incrementar el valor de contenido regional vehicular para cumplir con los requisitos del Tratado México-Estados Unidos-Canadá (TMEC), y estamos viendo una reconfiguración de nuestras cadenas de proveeduría debido a fenómenos como el nearshoring. Por esta razón, estamos experimentando una transición gradual hacia vehículos cero emisiones, pero a diferentes velocidades, con convivencia de vehículos diésel de ultra bajo azufre, gas natural, eléctricos y próximamente hidrógeno.

Por lo tanto, para lograr un éxito duradero en la electromovilidad en México, es necesario un esfuerzo conjunto entre la industria, las autoridades y el sector educativo. En este sentido, la Secretaría de Relaciones Exteriores impulsa el desarrollo de mesas de trabajo que abarcan desde la infraestructura energética hasta el desarrollo de las cadenas de proveeduría. Además, como exportadores, se debe de contar con una proveeduría que cumpla con los requisitos del TMEC, y para el mercado interno, impulsar la modernización del autotransporte para fortalecernos como región y no quedarnos atrás ante otros bloques económicos globales.

En un esfuerzo por mitigar los efectos del cambio climático, el mundo ha tomado medidas significativas para reducir las emisiones de dióxido de carbono (CO2). Este esfuerzo se ve impulsado por la necesidad de mayor energía en un contexto de reactivación económica. Derivado de lo anteriormente expuesto, la electrificación de la industria, el comercio y los servicios está acelerándose, lo que tendrá un gran impacto en el consumo de electricidad en el futuro.

La electromovilidad es una alternativa atractiva y sostenible para reducir las emisiones de CO2. Se define como el conjunto de sistemas de transporte que funcionan y son impulsados con energía eléctrica. La tecnología ha mejorado y ha optimizado los costos, aumentado la capacidad de almacenamiento de las baterías y desarrollado una infraestructura de recarga más eficiente.

En respuesta a esta tendencia global, la cantidad de vehículos eléctricos en circulación en todo el mundo se ha triplicado en tres años, llegando a alrededor de 16.5 millones en 2021, según la International Energy Agency (IEA). La infraestructura de recarga también ha crecido significativamente, alcanzando cerca de un millón y ochocientos puntos públicos de recarga en todo el mundo. Este crecimiento es especialmente evidente en América Latina, incluyendo México.

En México, el desarrollo de proyectos de electrificación del transporte público y la incorporación de una mayor oferta de vehículos eléctricos ha ajustado las proyecciones de consumo de energía para 2036. Según el Programa para el Desarrollo del Sistema Eléctrico Nacional 2022-2036 (PRODESEN), se espera que el consumo de energía de los vehículos eléctricos sea de 13.283 GWh, lo que representará un 2.8 por ciento del consumo total de energía del país.

La electromovilidad ofrece grandes oportunidades para México, y la participación de la industria de las manufacturas eléctricas es crucial para potenciar estos impactos positivos. Para lograrlo, se requiere una modernización del sistema eléctrico nacional para hacer frente al aumento esperado en la infraestructura de recarga de vehículos eléctricos. Esto incluye cambios en los equipos eléctricos para garantizar la operación óptima de las redes eléctricas y la incorporación de recursos variables y distribuidos de generación y recarga.

Twitter: @pacotrevinoa

 

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