“El histórico veredicto, que certifica que García Luna trabajó a sueldo para el cártel de Sinaloa durante más de 20 años, aumenta sobre todo la presión en torno al expresidente Calderón, cada vez más acorralado y con más dificultades para seguir sosteniendo que nunca supo nada de los negocios oscuros de su hombre de confianza. El desgaste del último expresidente panista arrastra también a su partido y, de rebote, al resto de la alianza opositora -PRI y PRD- que han optado por mantener hasta ahora un elocuente silencio”. Así el tono de los párrafos del periodista David Marcial Pérez en su reporte de la decisión que tomó el jurado de la Corte en el Distrito Este de Brooklyn, que declaró culpable de los cinco cargos en contra del exfuncionario federal Genaro García Luna. (elpais.com)
Mientras tanto en México, este tema ha sido oxigeno puro para el Presidente Andrés Manuel López Obrador, en el permanente proceso de fortalecimiento de su narrativa consistente en culpar al pasado de todos los males habidos y por haber en México.
Así, con este nuevo material, desde su conferencia mañanera, López Orador continúa con la construcción diaria de un relato persuasivo para afianzar su poder y acorralar a sus contrapoderes. Definiendo quiénes son los buenos y malos, aliados y opositores, neoliberales y progresistas, machuchones y gente del pueblo. Una lógica a la que sus adversarios se oponen y resisten, pero que también sostienen y fortalecen con sus pecados recientes.