Para Dominique Walton la comunicación política “es el espacio en que se intercambian los discursos contradictorios de los tres actores que tienen legitimidad para expresarse públicamente sobre política: los políticos, los periodistas y la opinión pública a través de sondeos.” (Walton. La comunicación política: construcción de un modelo. 1995)
En México, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha optado por un modelo de comunicación encabezado por él en una exposición diaria. Con lo cual ha hecho de su política de comunicación una estrategia para reafirmar día a día su legitimidad, es decir, para ratificar el reconocimiento por parte de la población de que él es el idóneo titular del poder ejecutivo y en el que confían para ejercerlo.
Pues a su estrategia de comunicación ha agregado un elemento más: “Quién es quién en las mentiras”, que, de acuerdo a lo dicho por su presentadora, Ana Elizabeth García Vilchis, “será una plaza pública en la que se discutirá libremente sobre la información que los medios de comunicación publican a diario”. Su argumento es que “ante el uso doloso y negligente de la información, la respuesta del gobierno de la República de ninguna manera será perseguir ni censurar a periodistas y medios; por el contrario, se trata de informar con la verdad para que el pueblo de México pueda ejercer su derecho al acceso a la información que le permita formar un criterio con certidumbres”.