Back to Top

contacto@nuestrarevista.com.mx

headerfacebook headertwitter
 

El libro del profeta Ezequiel

Rubén Aguilar Valenzuela 
Ezequiel es el tercero de los profetas mayores con Isaías y Jeremías. Contemporáneo del último. Hijo de Buzzi, un sacerdote del templo. Nace hacia el 623 a.C. durante el reinado de Josías, que, ante la decadencia del imperio Asirio, al cual estaban sujetos, decide en 630 a.C. proclamar la independencia al tiempo que impulsa una reforma que subraya la lealtad religiosa del pueblo Yahvé, el Dios de Israel.

Josías murió en 609 a.C., y Judá se convierte en vasallo de la nueva potencia regional, el imperio babilónico. Cuando Nabucondonosor (605-562 a.C.) se vuelve en el rey más poderoso del Oriente Medio, todas las naciones de la región se le someten. El rey Joaquín se niega a pagar tributos y los pueblos vecinos aliados a los babilonios atacan a Judá. A la muerte del rey lo sucede su tío Joconías, que mantiene la misma política.

En 597 a.C. las fuerzas de Nabucondonosor asedian a Jerusalén y la conquistan. El rey y los notables de la ciudad son deportados a Babilonia. Entre ellos va Ezequiel. En ese entonces tiene 25 años. Esta es la primera deportación. En Judá, Sedecías ocupa el trono vacante y al principio paga los tributos, pero luego se niega. En 588 a.C. las tropas de Nabucondonosor vuelven a sitiar la ciudad. Al cabo de año y medio de resistencia Jerusalén cae en manos de los caldeos. Sedecías junto con un grupo numeroso de judíos es deportado a Babilonia. Esta es la segunda y definitiva deportación. Atrás queda una ciudad en ruinas, las murallas son destruidas y el templo quemado.

Ezequiel vivió en el exiliado en Babilonia de 597 a 571 a.C. A los 30 años recibió el llamado a profetizar. La mayor parte del texto es original del profeta, pero con el tiempo se hicieron adiciones significativas. El libro presenta una considerable unidad, pero su construcción es producto de una historia larga y compleja en la que intervienen distintos autores.

El libro se estructura en cinco partes: 1. Vocación del profeta (Ez. 1-3); 2. Oráculo de condenación de Jerusalén (Ez. 4-24); 3. Oráculo contra las naciones (Ez. 25-32); 4. Mensaje de esperanza (Ez. 33-39); 5. Visión sobre el templo y la tierra (Ez. 40.48).

La idea teológica central con la que se construye el libro de Ezequiel es la santidad de Dios frente al pecado de Israel. En torno a esta idea se agrupan los distintos mensajes religiosos que se ofrecen en el texto. Se insiste en la grandeza de Dios, infinitamente superior a los hombres, que siempre se manifiesta indirectamente a través de su gloria.

El pueblo, en cambio, acumula infidelidad tras infidelidad a lo largo de su historia. Su idolatría y reiteradas rebeldías ofenden a Dios. El nuevo Israel, con todo, es llamado a construir una comunidad fiel al Señor. En ese entonces ya no habrá necesidad de un rey temporal. Dios va a guiar a su pueblo como el pastor conduce a su rebaño.

En el libro se encuentran oráculos, visiones místicas y acciones simbólicas del profeta. La narración está llena de imágenes, figuras y símbolos. El tono es vehemente, severo y muestra el enojo de Dios a través del profeta. Hay rigor en encadenamiento de las ideas. Se da cuenta de un Dios terrible que actúa, para castigar a quien lo ofende, pero también, al final del texto, se deja ver a un Dios de esperanza, para el pueblo que le es fiel.

El texto judío fue traducido al griego en el siglo II a.C. en la versión que se conoce como la Septuaginta. En ésta, el libro de Ezequiel difiere considerablemente de la versión hebrea que es más corta, posiblemente, la primera redacción del libro. En 1969 aparece el estudio de Walther Zimmerli sobre el texto de Ezequiel en alemán. En él traza el proceso por el cual los oráculos de Ezequiel fueron entregados por vía oral y se transforman después en un texto escrito por el profeta y sus seguidores a través de un proceso de constante reescritura y reinterpretación.

Ezequiel
Biblia de América
PPC Editorial
Madrid, 2013

 

Desempleo histórico   

Rubén Aguilar Valenzuela 
Producto de errores de política económica, de la pandemia del Covid-19 y del mal manejo del gobierno ante los efectos de la misma se espera que en 2020 se pierdan 2.0 millones de empleos formales, según distintas fuentes.

Esto se explica, en buena medida, por la falta de una política gubernamental de apoyo a la conservación del empleo ante el efecto de la pandemia. Desde que inició cada minuto se cierran ocho puestos de trabajo formal, según la Coparmex.

A fines del mes de mayo ya se habían perdido 700,000 puestos de trabajos inscritos en el IMSS y la caída del empleo seguirá a la baja en una economía que va a decrecer en 10 % del PIB.

La caída de un punto del PIB trae consigo la pérdida de entre 200,000 y 250,000 empleos formales. Esto equivale a que queden desempleados entre 2.0 y 2.5 millones de trabajadores.

A eso se añade que al término del primer trimestre del año la población desocupada era de un millón 976 mil personas, que son 89,855 más que el primer trimestre del año anterior. Es la cifra más alta desde 2016.

En marzo la tasa de desempleo de la PEA era del 3.54 % y a finales del año se estima en 6.50 %, que es prácticamente el doble.

De los empleos perdidos el 55 % corresponde a personas menores de 29 años. De los 685,840 desempleados entre marzo y abril tienen esa edad 375,714. De cada diez siete son hombres y tres mujeres.

En la última Encuesta Nacional de Ocupación de Empleo (ENOE), que realiza el INEGI, la tasa de desempleo para mayores de 30 años es de 8 % y de 18 % los que tienen menos de esa edad.

El 75 % de los jóvenes que han perdido su trabajo lo hacían en empresas de subcontratación (outsourcing) que prestan sus servicios a grandes corporativos relacionados con los servicios bancarios, entretenimiento y logística.

La OIT señala que a nivel mundial ante la crisis económica provocada por el Covid-19, quienes son más golpeados son el segmento de la población entre los 15 y 29 años. México no es la excepción.

A la pérdida de empleos formales se añaden 10.4 millones de empleos informales, que dejaron de trabajar en abril y no recibieron ningún ingreso y no se sabe cuántos de estos podrán recuperar su trabajo, como lo plantea el INEGI.

Los altos niveles de desempleo van a provocar la precarización del trabajo y del ingreso familiar. Y también que crezca la subocupación y la informalidad. La recuperación del empleo a los actuales niveles llevará años. No será en este sexenio.

La CEPAL estima que en América Latina se van a perder 12 millones de empleos formales, producto de la pandemia. Y a nivel mundial 305 millones, de acuerdo a la OIT. Las pequeñas y las medianas empresas serán las más afectadas, que son las que generan más empleo.

La CEPAL se plantea dos preguntas: ¿Cómo se construye una política, para recuperar los puestos de trabajo perdidos? ¿Cómo se reactiva la economía, para que la gente pueda ser parte del proceso? Hasta ahora no se sabe cuál será la política del gobierno, para enfrentar esta crisis inédita de desempleo.

La pandemia de Atenas

Rubén Aguilar Valenzuela
La primera pandemia documentada de la historia es la de Atenas, que golpeó a la ciudad en el 430 a.C., durante el siglo de Pericles.

En la Historia de la Guerra del Peloponeso, Tucídides da cuenta de ella y explica cómo se propagó de Etiopía a Egipto y de ahí a Grecia. El virus debió llegar por El Pireo, el puerto de Atenas.

Era el segundo año de la Guerra del Peloponeso entre Atenas y Esparta por el control del mediterráneo. Tucídides se contagió y describe sus síntomas: fiebre, mucha sed y manchas en el cuerpo.

La guerra llevó a gente del campo y también a la que vivía fuera de las murallas de Atenas a refugiarse en la ciudad de por sí ya densamente poblada. Esto propició el contagio masivo.

En esa ocasión murió un tercio de la población de la Ciudad-Estado, unas 300,000 personas, de acuerdo a investigadores de la Universidad de Atenas.

"Jamás se vio en parte algún azote semejante y víctimas tan numerosas; los médicos nada podían hacer, pues de principio desconocían la naturaleza de la enfermedad. Además, fueron los primeros en tener contacto con los pacientes y morían en primer lugar", afirma Tucídides.

La epidemia tuvo dos "rebotes" uno en 429 a.C. y el otro en 426-425 a.C. Hoy los especialistas están de acuerdo en señalar que la enfermedad fue la fiebre tifoidea.

La pandemia mató a gran parte de la infantería ateniense, algunos de los marinos más expertos y al mismo Pericles, el general ateniense, que murió en el "rebote" de 429 a.C.

La Ciudad-Estado de Esparta y gran parte del Mediterráneo oriental también fueron afectados por la epidemia, aunque en menor medida.

En ese entonces los testigos de la pandemia se preguntaron sobre la posibilidad real de la desaparición del género humano.

Es hasta el 415 a.C., 15 años después, que la ciudad se pudo recuperar, según Tucídides, para organizar la desastrosa expedición a Sicilia.

La epidemia ocurre en el momento de esplendor de Atenas y para algunos historiadores, la crisis que provoca la pandemia es la que da inicio al declive de esta Ciudad-Estado.

Son 2450 años de diferencia entre la pandemia del Covid-19 y la de fiebre tifoidea que azotó la ciudad donde enseñaron Platón y Aristó

Más y no menos corrupción

Rubén Aguilar Valenzuela

El 21 de mayo el INEGI publicó los resultados de la Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental (ENCIG) 2019, se elabora cada dos años, que muestra a nivel nacional se ha elevado el número de actos de corrupción con relación al 2017, en el gobierno del presidente Peña Nieto (2012-2018).

La tasa de prevalencia de las víctimas de corrupción, ya en el gobierno del presidente López Obrador (2018-2024), creció en un 7.5 %, al pasar de 14,636 víctimas por cada 100,000 habitantes en 2017 a 15,732 en 2019.

Se registra también un aumento en la tasa de incidencia de actos de corrupción que se eleva en un 19.2 %, al pasar de 25,541 casos por cada 100,000 habitantes en 2017 a 30,456 en 2019.

Ya las encuestas mostraban que la desaprobación ciudadana en la lucha contra la corrupción aumentaba. Un ejemplo es la de El Universal (15.11.19) que en marzo de 2019 registraba desaprobación del 20.4 %, pero en noviembre de 30.2 %. Un crecimiento del 30 %.

En cálculos del INEGI el costo total de los actos de corrupción gubernamental asciende a 12 mil 769 millones de pesos en 2019, que representa 3,822 pesos promedio por persona afectada.

Un tema central de la campaña del actual presidente fue la lucha contra la corrupción. En uno de sus videos promocionales decía que la "corrupción se barre como las escaleras, de arriba hacia abajo".

Nunca, durante la campaña, y tampoco ya en el gobierno presentó un plan de política pública, para reducir o terminar con la corrupción. En su lógica basta con el ejemplo, para que ésta se acabe. No ha sido así y nunca lo será.

Las buenas intenciones no bastan si no se traducen en una política pública que deriven en la creación de un sistema institucional que impida y castigue la corrupción de los funcionarios públicos.

El presidente en la comparecencia mañanera del 22 de mayo culpó a los gobiernos locales de ser corruptos, para él ahí reside el problema "porque estos siguen sin entender que las cosas ya cambiaron".

Para él, por decreto, en el gobierno federal ya se erradicó la corrupción cuando todos los días los medios y las organizaciones de la sociedad civil, que investigan casos de corrupción, dan cuenta de que estos se siguen dando.

Algunos hechos son muy sonados y están relacionados con funcionarios del más alto nivel del actual gobierno federal, personas muy cercanas al presidente, pero a pesar de las evidencias siguen en sus cargos.

En esa misma ocasión a pregunta expresa de un periodista sobre cuántos funcionarios públicos estaban ya en prisión por actos de corrupción, el presidente no pudo responder y solo dijo que varios. No los hay. Continúa la impunidad.

Si la política pública en contra de la corrupción va a continuar siendo solo discursos y buenas intenciones y no un sistema institucional bien estructurado, es muy posible que la encuesta ENCIG 2021 ofrezca aún peores resultados a los del 2019. Y también, entonces, que el presidente siga negando la realidad.

Twitter: @RubenAguilar

La Revolución Cultural China

Rubén Aguilar Valenzuela

La Revolución Cultural en China fue un movimiento político, social y cultural  que se desarrolla de 1966 a 1976, año en el que muere Mao Xedong. La Revolución marca el regreso de Mao a una posición de poder después del fracaso de su Gran Salto Adelante (1959-1961), que mata, según diversas fuentes, a 30 millones de personas en lo que se conoce como la gran hambruna.

Mao, para implementar el proyecto, cuenta con el apoyo de la Banda de los Cuatro dirigida por su compañera, la actriz Jiang Qing. En mayo de 1966, cuando arranca la Revolución Cultural, Mao argumenta que elementos burgueses se han infiltrado en el gobierno y en la sociedad, con el propósito de restaurar el capitalismo. Era necesario deshacerse de estos enemigos de la Revolución y de China.

El movimiento se extiende a los jóvenes, al Ejército, a los trabajadores y al interior del Partido Comunista. Se forman las Guardias Rojas. Viene la purga masiva de altos funcionarios del gobierno y del partido. El culto a la personalidad de Mao crece en forma desorbitada. En 1969, éste declara que la Revolución Cultural había terminado, pero continúa hasta su muerte.

A partir de la segunda mitad de 1966, los Guardias Rojos, organizados en comités revolucionarios con presencia en todo el país e imponen su ley y castigan a quienes acusan de derechistas. Los incidentes y desórdenes generalizados se extienden por el territorio. A Mao el control se le escapa de las manos y en 1967 ordena al Ejército intervenir, para restaurar el orden. Las actividades de los Guardias Rojos continúan, sin embargo, hasta 1968.

Durante la Revolución, decenas de millones de personas son perseguidas y cientos de miles asesinadas. La persecución se concentró entre las mujeres y los hombres de la intelectualidad, la ciencia y la cultura. Pensar se convirtió en un delito. Millones de personas sufrieron todo tipo de abusos que incluyó la humillación pública, el encarcelamiento, la tortura, los trabajos forzados y la muerte. La Revolución paralizó la economía del país y frenó el desarrollo.

El retorno de Mao a la primera línea del poder se produjo mediante una gran campaña ideológica, a través de los medios controlados por él, y en castigar a quienes no apoyaban sus ideas y proyecto de país, que implicaba la vuelta al pasado. La Revolución condenó al ostracismo a la mayor parte de dirigentes del partido y a los intelectuales, quienes, acusados de derechistas y contrarrevolucionarios, desaparecieron de la vida pública durante los años del movimiento.

En 1976, tras la muerte de Mao, los reformistas marginados de todo lugar por la Revolución se hacen del poder y arrestan a la Banda de los Cuatro. El nuevo grupo, a la cabeza de Deng Xiaoping, empiezan a desmantelar el aparato político e ideológico de la Revolución Cultural e inicia el histórico programa de reforma y apertura, que continúa hasta el día de hoy. Ahora China es un país que influye de manera decidida en la comunidad internacional.  

Página 167 de 197