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Le droit à la paresse

Francisco Tobías

Hace unos días el Senado de la República aprobó la reforma a los artículos 76 y 78 de la Ley Federal del Trabajo, la cual propone la ampliación de los días vacacionales para los trabajadores mexicanos. El cambio, ya aprobado en el Senado, que ahora se discutirá y en su caso se aprobará en la Cámara de Diputados, establece que los trabajadores que cumplan un año laborando, tendrán derecho a 12 días de vacaciones, actualmente son 6, por cada año laborado tendrán un aumento dos días de vacaciones, hasta llegar a 20 días de descanso, a partir del sexto año de antigüedad, el incremento de dos días será por cada cinco años de servicios. Para el quinquenio de 31 a 35 años laborando, el trabajador contará con 32 días de vacaciones.

Además de la ampliación de los días de descanso, los trabajadores recibirán otra ampliación, pero ahora afortunadamente monetaria, pues la prima vacacional que es equivalente al 25% de su sueldo respecto a sus días de vacaciones, si este año un trabajador recibió de prima vacacional el 25% de sus 6 días de trabajo, para el siguiente año, ya en vigencia la reforma, el 25% será sobre 12 días.

Más allá de estos beneficios, existen otros que benefician no únicamente al trabajador sino a toda la economía mexicana, como los será el incremento al consumo. Durante los periodos vacacionales el consumo se incrementa, hay familias que deciden salir a pasear, ya sea en su propia ciudad o bien fuera de ella, otras familias más deciden realizar mejoras a su vivienda, actividades que generan consumo, logrando aumentar la inversión, la generación de empleo y el PIB.

Por otro lado, se encuentra el incremento en la productividad y creatividad del trabajador, existen estudios de la Universidad de Harvard, los cuales afirman que la creatividad de los trabajadores aumenta hasta un 300% y la productividad en un 31%, después de tomar vacaciones.

Con el incremento de los periodos vacacionales, que esperamos contar desde el 1 de enero del 2023, eliminamos un rezago en este derecho laboral, pues México es uno de los países, en el cual sus trabajadores, tiene periodos vacacionales más cortos. Además de situarnos, actualmente, muy por debajo de los 18 días de descanso que recomienda la Organización Internacional del Trabajo.

Bien lo escribió el franco – cubano, Paul Lafargue en su obra “El derecho a la pereza”: “mediante la generalización del uso de las máquinas y la reducción de la jornada laboral….. la sociedad puede consagrar su tiempo a las ciencias, el arte y la satisfacción de las necesidades humanas elementales”.

Las odiosas comparaciones

Francisco Tobías

Generalmente cuando hablamos de la situación económica de los países nos referimos al Producto Interno Bruto, conocido como el PIB, este, es la suma de todos los bienes y servicios que se producen en un país en un determinado tiempo, el cual está compuesto por todo el consumo que se realiza, así como la inversión de los empresarios, agregando todo lo gasta o invierte el gobierno, además del ahorro que realizan los entes de las economía, añadiendo las exportaciones y reduciendo las importaciones.

El crecimiento del PIB es muy importante para la economía, ya que al crecer este indicador hay mayor consumo, inversión, empleo, ahorro y así logramos tener una tendencia hacia el desarrollo económico, para tener un mejor nivel de vida.

Al realizar comparaciones del PIB, podemos realizarlo de dos maneras, una de ella es respecto a la misma economía, por ejemplo para el caso de México el PIB del 2020 decreció en un 8.2% respecto al 2019, mientras que en el 2021, respecto al 2020 creció en 4.8%, y según estimaciones de la Secretaría de Hacienda el PIB crecerá un 3% este 2022 respecto al 2021, crecimientos que aún no alcanza para colocarnos en el mismo nivel del producción que teníamos en el año 2019, pero este análisis será para otra ocasión. La otra comparación del PIB es la que realiza entre economías, como por ejemplo si comparamos el PIB mexicano con el de Uruguay, la producción en nuestro país es casi 20 veces más alta, sin embargo el crecimiento del PIB uruguayo, en el 2021, es poco mayor al que logramos los mexicanos, pero si nos comparamos con grandes potencias económicas, como por ejemplo Alemania que es la economía más grande de Europa, podemos darnos cuenta que los alemanes logran una producción 3 veces y media mayor que la nuestra.

En el año 2021 el PIB mexicano fue el 17º más grande de un total de 198 economías registradas en el mundo, pareciera que es una posición demasiada digna, sin embargo al compararnos con los Estados Unidos, la cual es la economía más grande del orbe, nos quedamos muy rezagados, pues ellos tiene un PIB casi 20 veces mayor al nuestro, incluso el estado de Texas, tiene un PIB mayor al mexicano, y ese estado sureño no es quien tiene el PIB más grande, siendo este California, cuyo PIB es casi el 6º más grande del mundo. Quedando debajo de los propios Estados Unidos, China, la Zona del Euro, Japón y Alemania, economía que esta apunto de ser rebasada por los californianos.

Al comparar el crecimiento del PIB en el 2021, la posición que ocupamos está muy lejana a la de Maldivas economía que logró crecer en 31%.

Realmente la solución para el problema del crecimiento del PIB mexicano no es un tema netamente económico, la solución está en el comportamiento diario de cada uno de los entes de la economía, desde nosotros los consumidores, las ONGs, los empresarios y el gobierno. Bien lo dijo Miguel de Cervantes: “Y ¿es posible que vuestra merced no sabe que las comparaciones que se hacen de ingenio a ingenio, de valor a valor, de hermosura a hermosura y de linaje a linaje son siempre odiosas y mal recibidas?”. Y desafortunadamente también sucede lo mismo con las económicas.  

Del 18 hasta el 24

Francisco Tobías

Uno de los indicadores económicos más conocidos, incluso de mayor relevancia para los análisis de las economías es el PIB per cápita. Este índice nos indica el promedio de la cantidad de dinero que los habitantes de un país, tienen como ingreso en un lapso determinado.

Por supuesto es imposible que está cifra, la cual se obtiene de dividir el PIB entre todos los habitantes de un país sea el real ingreso de todos sin embargo, el PIB per cápita, nos ayuda en el análisis económico para conocer y así poder realizar una comparación tanto del crecimiento del Producto Interno Bruto y de la calidad de vida de los habitante de un país.

Es lógico entender que cuando el PIB per cápita aumenta el PIB aumenta, lo interesante es que al analizar los PIB per cápita, de los países, se puede observar que los países donde hay mayor desarrollo económico son aquellos donde el este indicador es más alto.

Según el Banco Mundial el país con mayor Ingreso per cápita, nombre también otorgado al PIB per cápita, es Mónaco, pues en promedio cada habitante de aquella monarquía constitucional recibe casi 180 mil dólares anuales, no es de sorprendernos que de los 10 países o economías con mayor PIB per cápita 9 sean europeos y sólo uno de América, y no son los Estados Unidos. Nuestro país se encuentra en la posición 90 en el ranking de 213 países, siendo Uruguay en la posición 69 el país mejor posicionado de América Latina y africano de Burundi, el país africano, con el ingreso per cápita, más bajo del mundo con un monto de 236 USD, el país más rezagado en ese indicador.

En México durante el sexenio del Lic. Miguel de la Madrid, el PIB per capita de los mexicanos cayó en 7.91%, durante el mandato de Carlos de Salinas este indicador se recuperó en un 12.18%, con el Doctor Zedillo el crecimiento continuó aunque no con la misma fuerza pues llegó a incrementarse en un 8.23%, lo crecimientos del Ingreso per cápita, durante los sexenio de Fox y Calderón fueron de 4.72 y 1.3%, nuestra economía siguió experimentando un crecimiento, durante el sexenio de Peña Nieto del 6.68% y desafortunadamente desde el 2018 a la fecha el Ingreso per cápita de los mexicano ha caído en 4.65%.

Según los datos del Fondo Monetario Internacional al iniciar el mandato de AMLO el PIB por mexicano era $147,773, llegado a un mínimo por cuestiones de la pandemia en el 2020, pero se tiene estimado que para el 2024 apenas logremos tener una producción promedio de $141,518, monto aún menor al que teníamos en diciembre del 2018.

Cuando se aplican políticas económicas adecuadas, es posible incrementar el PIB per cápita, y con ello mejorar el nivel de vida. Dado esta explicación y estos datos queda claro que el nivel de vida de los mexicanos, desafortunadamente, en el 2018 era mejor de la que logremos obtener en el 2024.

Aunque existan otros datos, estos son los datos de economía. 

Toma chocolate

Francisco Tobías

Los gobiernos requieren de recursos económicos para poder realizar todas sus funciones, las cuales le permiten dotar a la comunidad desde la provisión de los servicios públicos hasta la solución de situaciones no planeadas que pueden ocasionar problemas a la comunidad, como lo fue la pandemia del Covid19.

Los recursos económicos, vamos el dinero, con el cual los gobiernos realizan sus funciones y logran su operación sólo puede obtenerse de tres fuentes, por supuesto la primera, que se no viene a la mente y es la más grande e importante, son los impuestos. La segunda fuente de financiamiento es la venta de bienes y/o servicios, como lo es, para el caso de México la venta del petróleo al exterior, o bien la gasolina al interior, o como lo fueron las ventas de las paraestatales en la década de los 90´s. La tercera fuente que le permite a cualquier gobierno obtener recursos es la deuda pública.

En teoría el recurso que se obtiene por cualquiera de estas vías es utilizado para poder dar seguridad pública, educación, salud, defensa territorial, seguridad social, el pago de la burocracia, entre muchas otras responsabilidades más.

De estas formas de ingreso existe una que es peligrosa en caso de no realizarse de una manera responsable, y me refiero a la deuda pública, la cual se puede explicar como el conjunto de todas las obligaciones financieras que tiene no sólo el gobierno sino también los organismos o institutos autónomos, los fideicomisos y las empresas paraestatales. 

Para septiembre de este año teníamos, si en plural e incluyéndonos pues es de todos los mexicanos, una deuda pública de 10 billones 785.5 mil millones de pesos. Según datos del Fondo Monetario Internacional la deuda pública mexicana sobrepasará la frontera del 50% del PIB para el año 2023, es decir que la deuda que tendremos será mayor a la mitad de todos los bienes y servicios que se produzcamos en nuestro país ese mismo año. Incremento, porcentual, que año tras años hemos experimentado, señalando que hace 4 años, nuestra deuda pública equivalía al 44.85% del PIB.

Es cierto que hay economías en el mundo cuya deuda, comparada con su propio PIB son mucho más alta que la mexicana, por ejemplo, para el 2021 la deuda pública española equivalía al casi 119% del PIB, o bien los nipones tienen una deuda pública de casi 2 veces y medio de su PIB, o bien nuestro vecino del norte tiene una deuda equivalente al 128% del PIB.

Por primera vez, desde que el FMI ranquea las deudas públicas, México estará en el segmento de economías que se pintan de amarillo, en el cual se encuentran quienes debemos entre un 50 y 75% del PIB.

Más allá de los porcentajes, o de las comparaciones con el resto del mundo la realidad es que la solicitud y uso de un crédito público, ya sea externo o interno, terminará pagándose por los contribuyentes fiscales, quienes tendremos que pagar un porcentaje mayor por cada impuesto ya existente, o en su caso pagar nuevos impuestos.

Para concluir les comparto una frase del político, científico e inventor estadounidense, Benjamín Franklin, quien dijo: “Es mejor acostarse sin cenar, que levantarse sin deudas”, usted que opina, yo prefiero cenar, aunque saldrá más caro el caldo que las albóndigas por supuesto gracias a los nuevos impuestos o incrementos en estos para pagar la deuda.

La tarjeta de crédito

Francisco Tobías

La economía y la manera en que realizamos las compras han cambiado con el tiempo, siempre buscando que la satisfacción de las necesidades sea más fácil y rápida, las tarjetas de crédito han demasiado a estos cambios, como método de pago.

Estaremos de acuerdo en que las tarjetas de crédito son un método en el cual podemos comprar en el presente y pagar, en abonos, a futuro. Esta forma de pago ha utilizado la tecnología y las telecomunicaciones para su funcionamiento, ya que la primera tarjeta de crédito, como tal, se utilizó por primera vez en el año 1914, cuando el banco norteamericano Wester Union, lanzó una campaña para sus clientes preferentes, los cuales con una tarjeta, que era de papel, podían disfrutar de descuentos en otros establecimientos y contaban con una línea de crédito para sus compras. Hoy las tarjetas de crédito, en poco más de un siglo, se han popularizado tanto que existen comercios en los cuales ya no se aceptan monedas y billetes para realizar los pagos, ejemplo de ello son las tiendas de Amazon, no me refiero a la plataforma. O bien el uso de la tecnología conocida como la contactless.

Para los economistas las tarjetas de crédito son un tipo de cuasi dinero, este término se refiere a los activos financieros que nos son tan líquidos como el efectivo, a pesar de que el cuasi dinero hace las funciones del dinero, no es dinero. Y esta herramienta de compra, de consumo ha sido un aliado muy importante para lograr que el consumo, la demanda, la inversión, el empleo y el PIB de los países crezca.

El funcionamiento de las tarjetas de crédito en realidad es algo sencillo, es un préstamo en el cual tenemos la capacidad de utilizar un dinero que no es nuestro para realizar una compra o desde otra óptica es la oportunidad de atraer del futuro un ahorro para un consumo presente, por supuesto que, para cualquiera de las dos explicaciones, existe un precio y el precio no es otra cosa que las tasas de interés, las cuales cuando aumentan, encarecen el uso de la tarjeta de crédito.

Hace poco la Fed, autoridad monetaria de los Estados Unidos, incrementó la tasa de interés en 0.75 puntos porcentuales, para ubicarla en 3.25%. Dicha decisión económica provocó que otras autoridades monetarias en el mundo, como el Banco de México, realizaran una acción en el mismo sentido, nuestro banco central la hizo incluso en la misma proporción, para ubicar la tasa de interés de referencia en nuestro país en 9.25%

Estas decisiones, de encarecer el dinero, se realizan con la intensión de frenar la “loca” carrera de la inflación que está afectando a la inmensa mayoría de las economías del mundo y por supuesto que repercutirá en la manera en que los integrantes de las economías hagamos nuestros consumos.

Al aumentar la tasa de referencia, todas las tasas de interés se incrementarán y por supuesto las tarjetas de crédito no son la excepción.

Por ello si tenemos una tarjeta de crédito la recomendación que le daría es usarla con responsabilidad financiera y a que me refiero con “responsabilidad financiera”, a utilizarla como palanca y no como black berry, utilizar la tarjeta de crédito para compras de bienes de consumo duradero, usar la tarjeta de crédito para comprar mercancías cuyo uso duren más tiempo que el planeado para pagar su compra por medio de la tarjeta de crédito.

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