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Corregir para mejorar

Susana Cepeda Islas

Desde hace un tiempo, me ha llamado la atención cómo los profesores de diferentes disciplinas o los padres de familia, en fin, toda persona que tiene la responsabilidad de transmitir conocimientos, en la mayoría de los casos, omite corregir a los alumnos o a los hijos, causando un gran daño, debido a que, si no se corrige en tiempo y en forma, se interrumpe la instauración de lineamientos éticos y pedagógicos que afectan el desempeño de las personas.

Para mejorar la vida o cualquier actividad que se realice en lo cotidiano es necesario estar en constante corrección, ya que es un elemento importante de aprendizaje. Cuando se desea aprender a nadar, a escribir, a tocar algún instrumento o cualquier otra acción es importante estar en constante progreso y para lograrlo es indispensable enmendar los errores que son frecuentes al inicio o cuando tenemos un mal comportamiento. Es común escuchar que “uno aprende de los errores”, es necesario el ensayo y error, ya que son elementos porque ayudan a desarrollar las habilidades en las personas.

La Real Academia Española define la palabra corregir como enmendar lo errado, etimológicamente la palabra proviene de corrigĕre, donde “regěre” significa regir, gobernar. También significa enmendar, modificar, rectificar, mejorar. En la biblia en Mateo 18, 15 dice “Si tu hermano peca, repréndelo a solas entre los dos. Si te hace caso, has salvado a tu hermano”, la corrección se debe realizar con humildad, desde el precepto que nadie es perfecto, y es bueno para reconocer nuestros defectos y poderlos modificar.

La corrección se entiende también como el proceso de control y modificación que una persona con autoridad realiza sobre la evaluación de cualquier tarea o actividad, es el caso de los profesores (me refiero a toda persona que enseña cualquier tipo de método) que son los comisionados de identificar y rectificar los errores en sus aprendices cuando no realizan las actividades de manera correcta, o de los padres que enseñan a sus hijos a realizar buenas acciones, a ser disciplinados, ordenados.

Es necesario estar atentos cuando se cometen errores, en lo académico señalando el error y cómo hacer la tarea correctamente. Con los hijos señalando el mal comportamiento y desalentando los malos hábitos, de esta manera cualquiera de ambas actividades tendrán éxito, de lo contrario se verá seriamente afectado el proceso de aprendizaje y se incrementarán considerablemente los errores, llevando irremediablemente al fracaso.

Por ello, no se debe ser indiferente cuando se observan errores, es necesario reaccionar inmediatamente ante esta situación, estar alertando al aprendiz como se realizan las labores de manera óptima y ofrecer sugerencias para modificarlo y reparar para mejorar. Es importante fortalecer el aprendizaje y la enseñanza identificando, tanto los errores como las áreas de oportunidad y obtener así el éxito.

Si se fomentan las acciones correctivas en todas las actividades que se realizan en la sociedad, todos somos los beneficiados, al no tener errores y cumplir con calidad todas las acciones, nos evitaríamos con esto muchos, muchos contratiempos, contrariedades, pérdidas y problemas, debemos tener presente que quien no acepta la corrección se hace daño; quien la acepta, gana en entendimiento. Por ello, hay que corregir para mejorar.

Vivimos en el caos

Susana Cepeda Islas

Actualmente el caos se puede manifestar en el universo, o en la naturaleza y por supuesto también en la sociedad. En está las personas se comportan de una forma muy diferente a las bases, valores, normas y tradiciones, produciendo un gran cambio radical en las relaciones personales que tienen un inevitable resultado de confusión o desorden. Ahora todos los días, es cotidiano escuchar en los círculos sociales y los medios de comunicación que matar, robar, tener vicios, ser irresponsables, deshonestos, mentirosos, infieles, corruptos son comportamientos normales, ya no causan asombro alguno.

La palabra caos proviene de la palabra griega: Χάος Kháos o cháos que significa abismo o vacío que existía antes de que las cosas existieran, hace referencia a lo impredecible. En el diccionario de la Real Academia Española significa estado amorfo e indefinido que se supone anterior a la ordenación del cosmos, es decir, existe una falta de organización, agitación y tumulto, producido por el alboroto de una aglomeración que causa comportamientos violentos y sin sentido. A partir de la segunda mitad del siglo XX aparece el concepto de la Teoría del caos, el matemático Edward Lorenz en 1963, es su predecesor, elabora una serie de ecuaciones para predecir el tiempo en la atmósfera y ver gráficamente el comportamiento de sus ecuaciones mediante ordenadores.

En las reuniones sociales podemos percibir el caos, donde se acostumbran pláticas de eventos no tan agradables que les sucedieron a otras personas, por ejemplo: El socio de fulanito le robó millones. El novio le dio tal golpiza a fulanita que la dejó inválida. Le destrozaron el auto y el infeliz se dio a la fuga. Que si la amiga de fulanita anda con su marido. Circulan rumores en el círculo de amigas de las intimidades de una de sus integrantes. Lo mató porque al robarlo no traía dinero. Estos son algunas situaciones de comportamientos negativos que poco a poco se van haciendo normales, llevan directo al caos.

En los medios de comunicación podemos leer en los titulares: pandilleros siembran el pánico tras incendiar taller. Agrede a perrito con un bate. Chofer provoca aparatoso choque por ir viendo el celular. Agreden en grupo a joven. Pirómano suelto en la ciudad. Aumenta el número de niños influencers. Hay más divorcios que casamientos. No pongo las noticias de la nota roja por obvias razones, pero esta situación la vivimos diariamente, un mundo lioso, turbio y con una gran falta de valores. El caos se caracteriza por un comportamiento que no tiene rumbo fijo, no tiene un patrón fijo, se comporta de manera caótica, y ese comportamiento depende de circunstancias inciertas.

La buena noticia es que después del caos viene la calma, el equilibrio y la estabilidad, esperemos que este sistema de odio, enfermedad, falta de amor, violencia, entre otros, que asfixia a la sociedad, llegue a su límite y se destruya por sí solo, para que surja un nuevo sistema que proponga una nueva manera de relación entre las personas, debemos comprender que el orden en todos los sentidos es necesario. Se debe esperar un nuevo orden, un nuevo inicio. Sócrates acertaba al decir que el vicio es el resultado de la ignorancia, la virtud es el conocimiento de actuar de manera justa.

Para vivir en cordialidad es necesario confiar en los semejantes, respetarlos, colaborar con ellos para tener una mejor calidad de vida. No desarrollar el odio en nuestro interior, sino al contrario alimentar la empatía y la compasión, aceptar las diferencias, saber escuchar, eso nos permitirá disfrutar las pequeñas cosas que se nos presentan diariamente en nuestro caminar por la vida. Estar bien interiormente es estar bien exteriormente, recordemos que damos lo que somos y lo que reflejamos. Le propongo querido lector que empecemos por difundir ya un cambio en nuestra sociedad para dejar de vivir en el caos.

La infernal mentira

Susana Cepeda Islas

Si hay algo que siempre me ha molestado en el comportamiento de las personas es la mentira, porque considero que es una violación grave el desvirtuar los hechos para favorecerse, sin importar en lo más mínimo perjudicar a quien se las expresa, perenemente tiene consecuencias negativas. Por supuesto que varían considerablemente el tipo de mentira, pueden ser inocentes, de gran magnitud hasta peligrosas. Estoy segura de que cuando recurrimos a ellas siempre existe un propósito, que se justifica asegurando que es una mentira piadosa (entre comillas) cuando es para evitar algún daño, o, al contrario, es perjudicial cuando se desea hacer un daño a las personas a quien se les dice.

La palabra mentira proviene del latín mentiri que deriva de la raíz del indoeuropeo men que hace referencia a la mente, mentiri significa la creación de una falsa realidad a partir de una convicción propia. Por otra parte, el diccionario de la Real Academia Española la define como: “Expresión o manifestación contraria a lo que se sabe, piensa o se siente.  En cambio, en la Biblia en Juan 8:44 dice: “Vosotros sois de vuestro padre, del diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer; él era homicida desde un principio y no se mantuvo en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de lo suyo habla, pues es mentiroso y padre de ella”. Desde cualquier fuente que busquemos su significado en todas las posturas coinciden en que es un antivalor, conductas que resultan irremediablemente dañinas a otros.

Para investigar sobre el tema de la mentira en la Universidad de Massachusetts, Estados Unidos, considera que aproximadamente el 60% de las personas que acostumbran a mentir, al menos lo hacen una vez durante una conversación de diez minutos. Otros estudiosos del tema aseguran que existen diferentes razones por las cuales se recurre a la mentira: desde obtener un beneficio, para evadir una responsabilidad, hasta manipular, o mejor aún evitar sanciones, no aceptar la realidad, intolerancia emocional y también para agradar al grupo que se quiere pertenecer. Existen personas que son aficionadas a la mentira, viven historias fantásticas, a esta conducta se le llama mitomanía, es decir, cuando alguien miente con frecuencia para conseguir atención, es una condición psicológica que provoca que el mentir sea una necesidad, con el único propósito de que se les admire.

Lo cierto es que una mentira piadosa o no provoca daño a quien se le dice, lo lamentable de este asunto es que aprendemos a mentir desde pequeños, se dice que es a partir de los dos años, también influye que aprendemos a mentir en la familia, en la escuela, con los amigos, en las noticias, con los políticos, lo cierto, es que todos hemos recurrido a la mentira alguna vez o más bien dicho varias veces en lo que llevamos de vida. Ponga atención en la gran lista de mentiras que fabricamos en nuestra mente diariamente, o que escuchamos en el entorno: con las amigas “adelgacé 10 kilos”; en el club “nadé 2 000 kilómetros”; con la pareja “tuve una larga y tediosa junta”; con los hijos “le caigo mal al profesor”; en el trabajo “el reporte urge”; en la escuela “una hora es suficiente para hacer el trabajo”; y no se diga en la política: “hay suficientes medicinas para todos los derechohabientes”, “no habrá aumento de gasolina”, “vamos bien en educación”. La mentira está presente siempre, nos acompaña, le damos un gran lugar cuando nos relacionamos con los demás. Cuando recurrimos a ella, el problema es que no entendemos que no sólo se lo hacemos a los demás, sino, que nos engañamos a nosotros mismos.

Ojalá y la evitemos, cuando tengamos en mente crear una mentira, sería recomendable para evitarlo y hacer un alto, reflexionar, para cambiar esta práctica de no decir la verdad, de ocultarla, de cambiarla. Si lo hacemos, le aseguro que nos vamos a evitar cargar con la culpa, envolvernos en la fabricación de más y más, hasta perdernos en ellas, no olvidemos lo que dijo el reformador Martín Lutero “Una mentira es como una bola de nieve; cuánto más rueda, más grande se vuelve”, estoy segura de que, si reducimos la infernal mentira, viviremos en una gran sociedad.

Unión de buenas voluntades

Susana Cepeda Islas

Entre un grupo de personas que buscan un mismo propósito, surge de manera natural la hermandad, esa amistad íntima, fraternidad, alianza, en fin, se puede entender como ese lazo fuerte que se construye entre ellos, donde se presenta la empatía, el acompañamiento y el eje fundamental que es la capacidad de lograr objetivos e irlos alcanzando poco a poco. La hermandad es la unión de voluntades, que se pone a prueba en las dificultades o desafíos que se presentan en ese momento, saliendo a la luz el apoyo emocional e incondicional dentro del grupo.

La ausencia de fraternidad, de hermandad en la sociedad pone en peligro la armonía y sobre todo la paz, que estoy segura estará usted de acuerdo conmigo está ausente en estos momentos, sin embargo, son innumerables los beneficios de poner en acción la suma de voluntades, simplemente se fomenta el sentido de responsabilidad, es decir, saber cómo responder ante los retos a los que nos enfrentamos todos los días, el poeta Edwin Markaham lo representa de una manera más clara: “Hay un destino que nos hace hermanos; nadie sigue su camino solo. Todo lo que enviamos a las vidas de los demás regresa a la nuestra”.

Espero que estas líneas sirvan al lector para reflexionar un poco sobre nuestro frecuente comportamiento dentro de la sociedad, se percibe en todos los círculos sociales una gran ausencia de fraternidad que causa irremediablemente, la pérdida de vidas humanas, desigualdad, sufrimiento, dolor, quebranto económico, descrédito de las instituciones gubernamentales. Todo esto causado por el egoísmo, la ambición, la apatía, que se manifiesta por una falta de implicación emocional, donde la envidia sale a flote, en resumen, invade y domina un gran número de sentimientos negativos, que se convierten en obstáculos que quebrantan la suma de voluntades.

Recordemos que la voluntad es la capacidad de ponerse objetivos y luchar por alcanzarlos, no dejarlo en sueños, sino, actuar hasta lograrlos, Albert Einstein señaló con gran sabiduría “Donde hay una voluntad, hay un camino”, las personas que tienen buenas intenciones hacia sus semejantes y hacen todo lo posible por ayudarlos son “hombres de buena voluntad”. La palabra voluntad deriva del latín voluntas, y del verbo vollo (“querer”), la voluntad es lo que nos gustaría hacer u obtener, lo que nos formulamos. Es por ello que no debemos apagar dentro de nosotros la voluntad, con ella se logran grandes cosas.

Estoy segura de que, esta sociedad sería diferente, si uniéramos las voluntades en la sociedad para resolver problemas comunes, esta situación, nos lleva directo a ser solidarios, respetuosos y empáticos con nuestros semejantes, creo que ganamos mucho: ser cada día mejores personas, y provocar un efecto multiplicador que tenga el impacto positivo en toda la sociedad. De esta manera nuestro entorno no sería tan caótico como lo es ahora. Urge que sumemos voluntades para tener un mundo mejor ahora y en el futuro. No olvidemos que es más fácil dejar de hacer las cosas, por ello, ¡Evitémoslo! Mejor actuemos.

Una gran aventura “Leer en todas partes”

Susana Cepeda Islas

La lectura hace muchos años representa una parte fundamental en mi vida, el primer libro que me cautivó fue “El Principito” del francés Antoine de Saint-Exupéry, cada página contiene una lección acompañada de un aprendizaje, aún hoy en día, lo tengo a la mano para saborear sus líneas, les comparto un pedacito: “La gente tiene estrellas diferentes. Para unos, son guías en los viajes. Para otros, son lucecillas. Para los sabios, son problemas. Para mi hombre de negocios, son oro. Pero todas esas estrellas no hablan. Cuando tú mires las estrellas, sabrás que yo estoy en una de ellas. Entonces, recordarás mi risa y mi risa estará en todas las estrellas. ¡Tú tendrás estrellas que ríen! Mi regalo para ti son estrellas que ríen”. Espero comparta conmigo la belleza de este párrafo.

Después de jubilarme, busqué obviamente círculos de lectura, fue así como me integré al círculo de lectura de la Alianza Francesa, coordinado por una talentosa escritora Sylvia Georgina Estrada, creo que fue en la tercera reunión, cuando se sentó a mi lado una joven, con el cabello largo recogido color negro, vestida con colores alegres, ella me saludó con cordialidad con una hermosa sonrisa, inició la reunión, ambas coincidimos, porque estábamos emocionadas en intervenir para dar nuestra opinión sobre lo que nos pareció el libro, cuando ella tomo su turno, me admiré de su claridad, de lo atinado de sus comentarios, resultó que fue mi alumna (me sentí orgullosa de haber coincidido) en una de las universidades donde he impartido clases.

Su nombre es Alejandra Medina, me enteré de que tiene varias actividades, pues trabaja en office home, tiene un negocio de ricos pastelillos y además es comentarista de libros en Facebook e Instragran, su página es: leer_en_todas_partes, me impactó que a pesar de su juventud es una gran entusiasta por recomendar libros, ha leído a varios autores, en la mayoría los libros que han publicado. Empezó a leer a muy temprana edad cuentos infantiles, su abuelo fue un gran lector, él le inculcó este hábito maravilloso y le enseñó a discutir sobre las lecturas. En su casa, cada cuarto está habitado por una gran cantidad de libros, son tal cantidad, que no sabe el número de textos que posee. 

Inició la gran aventura de “Leer en todas partes” en 2019 que creó su cuenta sobre libros @leer_en_todas_partes en Instagram y Facebook. Ella comenta que: “La comunidad de Bookstagram me acogió bastante bien y empecé a conocer a muchos lectores de todo el mundo. Ahí mismo me di cuenta de que leer no tiene por qué ser un acto solitario y me volví adicta a los clubes de lectura virtuales”. Sus comentarios son claros y sobre todo tienen un gran ingrediente son ámenos.

Su propósito de difundir en las redes sociales libros: “Es simplemente compartir, poder desahogar todo lo que una lectura me provoca o me está haciendo sentir. El mayor regalo que me ha hecho la lectura es hacerme más empática”. Su recomendación a los lectores jóvenes es: “Que busquen en redes sociales personas que hablen sobre el género literario que más se parezca a las películas que disfrutan. Creo que, si encuentran a alguien en internet que esté hablando de libros sobre ciencia ficción, alguien que le gusta películas de este mismo género, sin duda podrá encontrar el libro que lo convierta en lector”.

He tenido la fortuna de compartir con Ale algunos eventos como: una mesa en la presentación de un libro en la Feria Internacional del libro del estado de Coahuila, también en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, me llena de alegría que una mujer joven, valiente, inteligente, esté tan comprometida con la difusión y promoción de la lectura, que está dirigida no sólo a los jóvenes, sino al público en general. Por curiosidad búsquela en las redes y le doy mi palabra de que no se va a arrepentir. Ahora más que nunca, el país necesita de una población lectora que descubra nuevos conocimientos, conocer diferentes lugares, que le fomente la imaginación, que desarrolle su sentido crítico y lo más valiosos, que sea inmune a la manipulación. Por eso es importante esta invaluable misión de mi muy querida Alejandra Medina.

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