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Vacaciones laborales

Héctor A. Gil Müller

La exigencia del propio mercado presiona para construir nuevos escenarios laborales que permitan captar talento competente y a la vez desarrollar a la persona. Humanizar lo automático y ganar ventaja en el proceso. Para ello las unidades económicas se someten a una competencia externa que se construye sobre condiciones mínimas que la ley establece como indispensables.

La Cámara de Senadores discute una modificación a las prestaciones básicas laborales. Se ha turnado a la comisión de estudios legislativos que deberán presentar al pleno en un par de semanas más adelante. De aprobarse los trabajadores podrán aspirar a 12 días de vacaciones al tener un año cumplido, esto es seis días más que lo que actualmente se tiene, llegando a 32 días con más de 31 años laborados, superando a los 24 que actualmente tienen derecho.

El aumento de vacaciones será un beneficio aplaudido sin lugar a dudas. Esta ocasión nos lleva a reflexionar sobre los cambios que se están presentando en las relaciones laborales. Diversas generaciones confluyen hoy día en la oficina, con diversos enfoques y sobre todo motivaciones para entender el futuro. Robin Chase afirmó: “Mi padre tuvo un trabajo durante toda su vida, yo he tenido seis trabajos durante mi vida, mis hijos tendrán seis trabajos al mismo tiempo” la realidad V.I.C.A. (volátil, incierta, compleja y ambigua) exige esquemas de participación en el desarrollo humano, nuevas fórmulas para salvar la humanización del trabajo. Es necesario construir nuevos mecanismos, prestaciones y atracciones para la captación de talento.

Diversos actores se han subido a la palestra a orientar, algunos hablan de la ineficacia de la escuela como capacitadora para el trabajo, otros de la reducción horaria de la jornada laboral. Todos con algo de razón en sus argumentos. Juan Luis Arsuaga afirmó: “La vida no puede ser trabajar toda la semana e ir el sábado al mercado” debe tener significado y propósito y como todos los cambios debe ser en conjunto de los factores que en ella participan. Si la Revolución Industrial llevó a la automatización del trabajo, hoy se gesta una revolución humanizadora del mismo.

Patrick Lencioni enseñaba que un trabajo miserable implica la presencia de uno de estos tres elementos al menos; Una ausencia de medición, el anonimato y la irrelevancia. Un buen trabajo, nos debe satisfacer, no solo al darnos condiciones de supervivencia sino al enterarnos que lo hacemos correctamente y vamos mejorando, es decir al tener un significado.

El ser humano busca tener propósito y significado, un significado que se observa en el pasado y presente y un propósito que se proyecta al futuro. Andar en la vida en una jungla laboral no necesita treguas sino significado. En su momento el trabajo aportó prestaciones para frenar pandemias e infecciones, rescatar del hambre y combatir la ignorancia mediante la experiencia especializadora, hoy debe incidir en la inclusión, frenar el suicidio y combatir la frustración bajo la generalización especializada.

Cada vez me convenzo más que las prestaciones mínimas del futuro incluirán la capacitación y desarrollo personal, la construcción y aseguramiento de un plan de desarrollo personal, familiar, patrimonial que signifique los apoyos mínimos para integrarse como persona en todo aquello que impacta al ser. Los resultados laborales no solo tendrán significado en la oficina, sino en la vida.

¿Qué sería sin la ventaja?

Héctor A. Gil Müller

La salud de una sociedad reside en su capacidad de reponerse a las crisis. En advertir que la enfermedad o la crisis no compromete lo vital. Una buena salud no exime o libera de la enfermedad, sino que la contiene protegiendo lo esencial, lo importante. Los países, así como los individuos, expresan su cultura sobre el resto, colocándose en una palestra internacional que pondera, no solo su naturaleza, sino los hábitos y sistemas que permiten afrontarlas. Siguiendo el pensar de Patrick Lencioni, una organización es exitosa cuando es inteligente y saludable, lo primero implica usar las herramientas para resolver y lo segundo afrontar los desafíos sin desfallecer. La dinámica de un país es igual, atender las dolencias evitando que esos males comprometan lo vital aplicando para ellas herramientas útiles a nuestro tiempo y nuestro espacio.

Antes, durante y posterior a una crisis buscamos siempre ventajas, percepciones a nuestro favor, que son razones que nos afianzan y dan sentido a lo que queremos hacer. La ventaja que literalmente era la parte delantera de una nave, desde el siglo XII comenzó su uso figurado para dar nombre a un comportamiento tan humano, que encierra ambición.

Las ventajas se descubren y estoy convencido que toda situación, incluso la más mala puede tener una ventaja. El arte de encontrar ventaja es muy importante en estos tiempos, MORENA sigue encontrándola en los números y popularidad del Presidente López Obrador, tanto que en reciente reuniones partidistas su dirigente expresó que el propósito del partido es continuar con la transformación iniciada por el mejor presidente del México contemporáneo. En todas las trincheras se buscan las ventajas, pues la competencia es muy humana. Hoy vivimos el ciclo, tras la pandemia y entre la economía que se vivió en los tiempos del renacimiento, cuando el pensamiento buscó resetearse cambiando los centros y poniendo nuevas ventajas.

Habrá que sacar ventaja del retorno al nacionalismo, de los límites impuestos a la globalidad y la evidente ausencia de un liderazgo mundial. Pero también habrá que sacar ventaja a la negación que se vive en los gobiernos populistas, a los golpes a la libertad y también a la ausencia de una política reactiva en temas sanitarios. Aunque el mundo sea diferente, tendremos los mismos actores y el escenario será igual, buscaremos las añejas emociones y construiremos un mundo más limpio y quizá no tan junto, pero seguirá buscándose la ancestral ventaja.

La conquista de los pueblos prehispánicos no fue por el poder o la fuerza, ni por la viruela o gripa, fue por la ventaja que había nacido y se había mostrado, entre los pueblos aliados y los pueblos atemorizados.

Detectar una ventaja hace que las crisis caigan bien, por más que ellas nos duelan. Porque buscamos sentido siempre a los dolores, ese significado que conlleve algo de propósito. Pero el buen discurso es el que lo encuentra, no el que desea solamente. Hasta siempre tendremos ventaja, parece que nos arrastra. El populismo está amarrados a la ventaja también, porque ¿Qué sería sin la ventaja?

Prisión Preventiva oficiosa

Héctor A. Gil Müller

La historia semanal nos dio el siguiente cúmulo de acontecimientos, desde 2008 la reforma al derecho penal mexicano estableció un nuevo modelo de justicia que se ha llamado Sistema Penal Acusatorio-Adversarial. En él, además de la oralidad en los juicios, diversos principios fortalecen una nueva aproximación a la justicia restaurativa y no solo restitutiva. Uno de los principios medulares del sistema está en la presunción de inocencia hasta que no se pruebe lo contrario. Es un derecho recibir una sentencia judicial que incluya, bajo el debido proceso, la comprobación fiel que quien purgue una condena sea culpable de aquello que se le imputó. La prisión preventiva es una medida cautelar, disponible para ciertos delitos que pretende evitar que el indiciado pueda huir de su proceso y por ende de su condena.

El artículo 19 de la Constitución Política de México establece claramente los delitos que aplican a esta figura, desde la violencia sexual contra menores, feminicidio, delincuencia organizada y robo a casa habitación entre otros. La Corte estimó, mediante proyecto la violación del principio de inocencia y de proporcionalidad el mantener esta figura. Tan pronto se subió el proyecto, el presidente AMLO declaró haberse equivocado al proponer los actuales ministros pues este proyecto favorece la impunidad y la corrupción. El Secretario de Gobernación afirmó que de eliminar la prisión preventiva oficiosa se estará dañando toda la estrategia de seguridad del país.

El jueves 8 de septiembre la Corte resolvió en contra del proyecto y continuar con la prisión preventiva oficiosa. Nuestro país tiene algunas cifras espantosas, en la mayoría de los rubros diría yo, en impartición de justicia más. 4 de cada 10 reclusos en alguna cárcel aun no cuentan con una sentencia que justifique su condena. Están ahí mientras el proceso sigue.

Equivocan quienes depositan en una sola figura todos nuestros problemas y también todos nuestros aciertos. Quizá esta figura lo único que hace es tolerar el tiempo gastado, mientras la parte más débil es quien se encuentra imposibilitada cursando una pugna de la cual puede resultar inocente. Yo recuerdo en mis clases de derecho fiscal a un gran maestro, el doctor Reyes Vera quien afirmaba que los problemas burocráticos y de retraso administrativo acabarían cuando se modificara la negativa ficta; figura consagrada en la constitución en la cual el silencio de la autoridad ante algún trámite expresa que lo niega. Si se cambiase eso por la afirmativa, imagine que el silencio de la autoridad significa que si nos otorga nuestra pretensión.

El tema no es tan sencillo como la decisión de eliminar esta figura o no. Asumir que esta decisión nos vuelve más garantistas o menos es uno de los errores más continuados en nuestra operación política. El problema es complejo. La impunidad no parece reaccionar ante la prisión preventiva, sino ante las sentencias advertidas. Hoy la corte desechó el planteamiento, AMLO puede asumir una victoria más, y la estrategia de seguridad, que sigue sin rendir frutos descansa el sueño de los justos, como si estuviese en una situación igual que quienes esperan un resultado. Durmiendo entre injustos. No se duerme el sueño de los justos, se dormita entre injustos.

Yo soy mexicano

Héctor A. Gil Müller

En la vida andamos siempre movidos por la plenitud del significado y del propósito. Ellos traen la felicidad y el sentido a cada situación. Su ausencia marca una vida apática, gris y ausente de herramientas para enfrentar los desafíos y atravesar los desiertos. El significado y propósito traen tolerancia al dolor y lo disminuyen ante la expectativa de algo posterior. En lo nacional ocurre lo mismo, nos movemos bajo el significado y el propósito, adoptamos lo que somos tras lo que queremos. Por ello quizá el cielito lindo y no las golondrinas. Porque el significado no está en la ausencia sino en cantar en vez de llorar.  

El propio significado, ese autoconcepto, se soporta en tres importantes; auto-ideal, auto-estima y auto-imagen. ¿Qué significa pues ser mexicano? Además de ser campeones del mundo en Qatar, ¿a qué le tira el mexicano? El autoideal lo determina y nadie puede ir más allá que su propio superlativo, nos queremos y defendemos la soberanía como un rasgo distintivo de lo que somos. El mexicano es único, tan único que, en palabras de Chabela Vargas nacida en Costa Rica, podemos decir; “los mexicanos nacemos en donde se nos dé la gana”. La auto-imagen importa, Somos un mosaico multicolor que no trasluce, pero si brilla, aunque el brillo se vea desde afuera y adentro se piense opaco, desde lejos siempre se ve todo más fuerte. Nadie sabe el bien que tiene hasta que lo ve de lejos.

Cuando se dio el grito de Dolores, los insurgentes, a quienes se les uniría el Regimiento de la Reina que comandaba Ignacio Allende formaron un grupo de más de 40 mil hombres. Hoy el Ejército Nacional, con la Guardia Nacional recientemente adquirida, tienen una fuerza efectiva de 317,724 elementos. Esto es muchísimo mayor que las fuerzas que empezaron, o que el Ejército Trigarante que llegaba apenas a los 20 mil activos. Es evidente que seguimos buscando nuestra independencia con un ejército más grande, aun no tengo claro de qué buscamos independizarnos, pero debe ser muy grande y temible.

Esperamos que el tamal te´bien y con él se envuelva la esperanza y la ilusión de un pueblo grande, talentoso, recio y elaborado, que aún no llega a Tenochtitlan pero sigue en camino. El más cargado lastre de México sigue siendo el mismo México. Hobbes afirmó “homo homini lupus”, el hombre es el lobo del hombre, pues el mexicano es el coyote y para los lobos los coyotes. El autoconcepto mexicano es tan fuerte que presiona desde afuera, porque el charro nunca calla.

Que diferente sería la historia si en vez de celebrar el inicio de la independencia celebrásemos el final, festejaríamos el 27 de septiembre, pero nos gustan los inicios, pensamos siempre que empezar es más difícil que terminar, pero lo cierto es que siempre es más fácil entrar que salir de algo. Y si festejamos los inicios entonces querer es poder, aunque entre querer y poder hay muchas cosas más.  

Difícil explicar qué es el mexicano. Pero en la fiesta patria, felicidades mexicano, ¡Viva México!

El empleo y el futuro.

Héctor A. Gil Müller

“Si el trabajo fuese bueno, no le pagarían a alguien por hacerlo” exclamaba el parroquiano mientras sorbía en su taza de café. El trabajo es uno de los pilares angulares de la conformación de nuestra sociedad, economizada hasta en los sueños. Los países miden su desarrollo a partir de su potencial laboral. Mientras su importancia sube, y se humaniza más, pues la automatización está revelando nuevos espacios de trabajo humano. Los paquetes de atracción de talento, hace unos años solo era un recurso humano, compiten por detonar nuevos esquemas de colaboración, conexión y compromiso. Las presiones competitivas de una nueva economía de compromiso laboral presionan constantemente y aunque la oferta crece la demanda se mantiene ante generaciones expectantes de escuchar el nuevo discurso que explique cómo funciona el futuro prometedor. Antes era trabajar y disfrutar del júbilo de la vejez, pero ahora el discurso aún está susurrante.

El Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Información, INEGI ha circulado los indicadores de ocupación y empleo, en estos datos se aprecia un ligero aumento en la Población Económicamente Activa, medido contra el mismo periodo del año pasado, el aumento es de 491 mil personas. Mientras que la población no económicamente activa creció 177 mil. Un indicador importante que ofrece el estudio es la cantidad de personas subocupadas, es decir, aquellas que declararon tener necesidad y disponibilidad para trabajar más horas, son 4.7 millones, es decir un 8.3% de la población ocupada. Los indicadores muestran cierto éxito, aunque en muy poca medida, según el crecimiento poblacional, la tasa de desempleo disminuyó un 0.1 puntos porcentuales y la tasa de subocupación lo hizo 0.7%. La brecha entre hombres y mujeres sigue siendo todo un tema y se perciben mayores dificultades en el trabajo y el ascenso en el mismo si se es mujer a si se es hombre.

Por las mismas fechas el Banco de México presentó su informe trimestral destacando un panorama atípico como resultado de las repercusiones de la pandemia y el conflicto bélico actual. La inflación global se ha mostrado al alza en algunas economías mostrando números históricos, por lo mismo las expectativas de crecimiento se han ido sugiriendo a la baja. En un nuevo ajuste a sus expectativas de crecimiento, la economía nacional, según este órgano central, prevé un crecimiento de PIB para 2022 de entre 1.7% y 2.7% con una estimación central de 2.2%. Para 2023 se anticipa una expansión del PIB de entre 0.8 y 2.4% con una estimación central de 1.6%. Este último contrasta con el informe del trimestre anterior que indicaba un 2.4% de expansión.

Ambos paquetes de información parecen coincidir en la necesidad de generar esquemas de empleo con un mayor dinamismo. El futuro del empleo sin duda alguna está cambiando, es evidente que el empleo vitalicio ha quedado como una época histórica, y que el futuro se antoja no con más empleados sino con mayor número de empleadores. Afirmaba una estudiosa de la economía: “mi padre tuvo un empleo durante toda su vida, yo he tenido seis empleos durante mi vida, mis hijos tendrán seis empleos simultáneamente” y esa es una realidad, el dinamismo y nuevas formas de contratación están impulsando nuevos esquemas de combinación a los que conviene estar preparados.

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