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La familia

Hector A. Gil Müller

Tan solo en la ciudad de México, según datos del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México; en los juzgados por materia, como  referencia ,en el año 2021 ingresaron poco más de 32 mil expedientes en materia penal y 89 mil expedientes en materia familiar, en el año 2023 son 95 mil expedientes familiares y 12 mil expedientes familiares orales y 37 mil expedientes penales. Por mucho la materia familiar se lleva la mayoría de procesos abiertos. Tal es su magnitud que se ha llamado justicia cotidiana a aquella solicitada desde la interacción familiar. 

Es evidente que el lugar que antes ocupaban los problemas inmobiliarios, mostraban que en la CDMX el problema era mobiliario con sus 40 juzgados especializados, hoy esos juzgados han desaparecido y se tienen mas de 60 juzgados familiares en menos de una década se aumentó su número en mas del 300%. La familia se ha resquebrajado y sus relaciones enfrentado deterioro que vemos las consecuencias en el clamor de justicia. 

El nuevo código de procedimientos civiles y familiares que debe entrar en vigor en todos los estados a más tardar en 2027 incluye algunas novedades que sin duda no serán suficientes pues el proceso judicial es una consecuencia no una causa de los problemas que vive la sociedad. Un modelo de justicia cercano que se apoya en la oralidad y en la inmediatez, entre el juez y las partes no hay intermediario, parece aportar mediante la comparecencia la posibilidad de una justicia mucho mas cercana a los desafios que hoy enfrenta la familia. Los principios que ahora rigen la oralidad permiten suplir de oficio las deficiencias procesales y no solo de queja, citar directamente y sin intervención de las partes. Un modelo de litis abierta en la que la oralidad reviste la mayoría del proceso, incluso la demanda puede hacerse por comparecencia. 

Las campañas políticas están llegando a su fin y no se escuchó en muchas de ellas una visión y políticas públicas relacionadas con la familia. Parece ser un tema complicado pues no deja de moverse entre los conceptos antiguos de familia y las expectativas que culturalmente hemos adoptado. Pero independientemente la libertad con la que se juzgue el tema, es un problema actual. 

Me parece justo afirmar que la protección ambiental que hemos comunicado tanto, debe también empezar en el ecosistema primigenio del ser, una familia. Las relaciones con el ambiente se dictan desde los modelos aprendidos y derivados de la convivencia. 

La tecnología no ofrece un solo beneficio que impulse el desarrollo de la familia, los celulares son individuales y la mayoría de los videojuegos requieren dos controles solamente, incluso el único dispositivo que reune a la familia entorno a él, la televisión, sirve para que la familia no hable mientras lo usa. Los roles al interior de la familia se han confundido y los padres deben ser amigos, los hijos socios y los cónyuges cómplices en un entorno que parece hacer cada vez mas incómodo el cotidiano ambiente familiar. No somos lo que tenemos, pero podemos entender que tampoco somos los que fuimos, los modelos tienden al cambio porque son dinámicos, seguramente cambiará mucho en la familia.Cuidado, debemos proteger lo valioso. La felicidad está en eliminar el dolor del pasado y el temor del futuro. Si hoy duele la familia, evitemos temer que no exista en el futuro. 

Pagar los platos

Hector A. Gil Müller

Los platos son una de las mas importantes manifestaciones gastronomicas de alto significado humano, es la definición con la que humanizamos la comida que la tierra nos da. Es el escenario de una creación y la festiva representación de una ocasión. Los platos seguramente junto con las sábanas son de esos elementos tan humanos que se vuelven desapercibidos. Los platos nos unen en amistad al “comer del mismo plato” pero tambien nos separan al ser “plato de segunda mesa”. Son evidencia de lo importante al ser “plato principal” y tambien bendita oportunidad “mientras está en el plato” o funesta consecuencia: “del plato a la boca se cae la sopa”.

En México, en el tragicómico México, buscamos siempre responsables, pero no por la gallardía de quien responde sino por la descarga de quien castiga. Quizá porque hemos visto en la historia que no se ha pagado y también porque se nos ha dicho tantas veces que la impunidad es el problema. Palabrejas rimbombantes que solo esconden que alguien no hace su trabajo. En esa vocación de encontrar culpable, usamos: “Pagar los platos rotos” la anterior es una frase que hemos usado para responsabilizar a alguien de una conducta, pero en realidad su origen es mas piadoso y se refiere a que alguien carga con una culpa de la cual no tiene responsabilidad alguna. En una sociedad como la nuestra en la que estamos sedientos de venganza mas que de justicia, la frase nos evoca una aspiración genuina, en cada reunión alguien debe ser quien pague por los platos que accidental o intencionalmente se rompan. Antes de esa frase se usaba decir “pagar el pato”, que era un derivado de “pagar el pacto”, frase con la que los cristianos se burlaban de los judios que pregonaban que ellos habian hecho un pacto con Dios. 

Los platos que además de una condición higiénica también resultan ser un límite piadoso a las cantidades de comida, vienen de la raiz plat, ancho y plano, de ahí viene planta. Como en su mayoría eran de metal, también proviene de plato la palabra plata para hacer alusión al metal usado. 

Plata que en latín es argentum, provocó que el pueblo del río de la plata se llamara argentina. Hoy la Argentina con su presidente Milei está redefiniendo el concepto de platos y la noción de quien debe pagar los platos rotos. 

Ante la crisis de significado de un modelo que parece olvidar a los ajenos al desarrollo, a aquellos que no alcanzaron por su medios o por su situación a subir al tren del desarrollo. Ante esos silencios de un modelo, han surgido muchas respuestas tan opuestas incluso al propio sistema económico. El populismo se ha enraizado en muchos paises solo por los vacíos que otros modelos no pueden satisfacer. Pero ha surgido una voz de defensa del modelo eminentemente liberal, de la libre empresa y la separación del estado en el mercado. Milei apuesta a ello, al mismo tiempo la carencia provocada por una inflación rampante y una devaluación constante sigue manifestándose en los platos argentinos castigando el desarrollo social. 

Si el modelo de total libertad se reafirma, ¿Quién pagará los platos rotos?, ¿Quién será responsable de los golpes desde el populismo?, porque la apuesta literalmente se impone sobre los platos, y a todo se acostumbra uno, menos a no comer. 

El debate y los embates

Hector A. Gil Müller

El domingo 28 de abril se llevó a cabo el segundo debate entre las y el candidato a la presidencia de México. El INE como organizador cuidó, como se acostumbra, de hacer un evento incluyente y exageró en el uso de artículos e imágenes que reflejaran el entramado social de nuestro país. Debate proviene de una extraña composición latina que expresa disminución, alejamiento y golpeteo, el debate que es controversia o discusión, parece invocar la reducción de golpeteo y no su aumento.

El primer debate presidencial en México se realizó el 12 de mayo de 1994 participando solamente los tres candidatos punteros en aquella contienda; Ernesto Zedillo, Cuauhtémoc Cárdenas y Diego Fernández de Cevallos y aunque la boleta contenía otros 4 candidatos, sin razón aparente no participaron en el ejercicio. En aquellos tiempos la legislación electoral no contenía ningún formato, pero la Cámara Nacional de la Industria de Radio y Televisión fue quien organizó el evento. Desde entonces el formato se realiza atendiendo a la televisión principalmente.  34 años atrás, en 1960 se llevó a cabo el primer debate presidencial televisivo en el mundo y fue en Estados Unidos de América entre J. F. Kennedy y Richard Nixon. Según la opinión pública el debate fue ganado por Nixon, quien hizo gala de su retórica, carisma e incisiva dicción, pero las elecciones posteriores, con el triunfo de Kennedy, establecerían el dicho que hasta hoy sigue; quien gana el debate no gana las elecciones.

Treinta años después, éste segundo debate, como eco del primero de la campaña, contó con un nuevo formato, un diferente acomodo de las candidaturas y ahora una bolsa de tiempo mas libre en su uso, permitieron que durante dos horas los espectadores pudiesen escuchar sobre temas de economía y cuidado ambiental a fin de conocer las propuestas que han presentado. Los ataques no se hicieron esperar y como es costumbre las respuestas fueron cortas y los ataques largos. Las preguntas que se habían videograbado no tuvieron suficiente eco como para hablar de los importantes “por qué” y los llamativos “cómo”.

El ataque de Xóchitl parece contrastar con la realidad en el país que el descontento con MORENA se vive en los municipios y en algunos estados, pero no en la federación. Seguramente por ellos los partidos de oposición al régimen federal están centrados en ese escenario. La pose presidencial de Claudia Sheinbaum y desestimar todos los ataques de Gálvez parecen contrastar aún más en una carencia de sentido. Máynez lució el beneficio de ser el tercero en un pleito entre dos.

Se escucharon pocas propuestas y las que apenas alcanzaron a plasmarse no contenían suficiente información sobre su ejecución. Qué bueno vivir en el país que se describe, pero el trabajo no es pensarlo, sino hacerlo. La seducción de hablar de la meta trae pasión, que es combustible para la carrera, pero si no se corre, si no se avanza, la meta no es más que un sueño. Abundó la mención sobre los programas sociales y su marcado respeto y no solo eso, sino también su aumento. La propuesta de extender los beneficiarios incluyendo ahora otros grupos etarios parece sonar en todos los frentes. Pero; ¿será necesario? La opinión es su derecho lector, obtener lo mejor del debate para configurar nuestro voto es una obligación.

La soberanía superada

Héctor A. Gil Müller

Según el artículo 39 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, nuestra constitución a la que erradamente llamamos “carta magna” siendo ella el documento inglés y no el nuestro. Tendemos a llamarnos como otros pensando que nuestro camino está marcado solo por admiración o identificación y no por consecuencia o innovación. Al Saltillo le llamamos el Detroit de México, pero nunca he oído en Detroit que le digan el Saltillo de EUA.

Según el citado artículo; “la soberanía reside esencial y originalmente en el pueblo. Todo poder público dimana del pueblo y se instituye para beneficio de éste”. La soberanía es el ejercicio de autoridad sobre un territorio, es un elemento esencial y para definir al estado. Implica autonomía e independencia. Separación de los externos y supremacía de los internos. La esencia de la autodeterminación y la capacidad de establecer sus propias normas para autorregularse y ostentar el monopolio de la fuerza, la fuerza pública es un rasgo de identidad.

Sin embargo, esa soberanía se enfrenta a tantos elementos que compiten por ese lugar. La voluntad del estado, enmarcada en su propia normatividad, porque el Estado solo puede hacer lo que la ley le permita, esgrime el principio de legalidad, mientras que los particulares hacemos excepto lo que la ley nos prohíba, como autonomía de la voluntad. También enfrenta los desafíos de las relaciones internacionales, de los organismos internacionales y también de actores sujetos a la globalidad como ahora son las empresas trasnacionales.

Las decisiones privadas se vuelven elementos de seguridad nacional y de desarrollo. Las inversiones privadas que llegan a un país son elementos que van más allá de la soberanía de un Estado y mueven a países enteros. La llegada o suspensión de su llegada de TESLA a Monterrey enfrenta una decisión particular con una expectativa pública. Del anuncio dado por el magnate Elon Musk en 2023 no ha podido contar con fechas exactas de su inicio. Las obras públicas están en marcha, pero los planes si bien no se han extinguido parecen desinflarse. En Coahuila muchos de los proveedores directos de TESLA han buscado instalarse y aunque dependen de la cercanía de la planta el riesgo no es tan alto pues la gran planta en operaciones en Texas resulta también un suculento cliente.

El Estado puede incentivar, a través de acuerdos y beneficios para dinamizar, pero ya difícilmente podrá obligar. Hay poderes más allá de lo público, inversiones que de salir lesionan tanto que es imposible operar. Si asumimos que la soberanía implica la potestad de sancionar el Estado puede sancionar si no se paga lo que se debe, si no se cumple lo que se pacta, si no se entrega lo que se ofrece se sanciona. Pero ¿qué pasa cuando entregando lo que se debe no se alcanza para lo que se quiere?, imagine un salario insuficiente para suplir las necesidades básicas, ¿amerita eso sanción?, ¿no debe el mérito ser suficiente para la trascendencia y el esfuerzo tener su sana y justa recompensa? No es un ejercicio soberano cuando debe mediar la negociación. Quizá por eso en nuestra cultura y moda actual estamos eliminando los absolutos por los relativos, cada vez hay menos “nunca” o “siempre” para usar los “depende”

El derecho y sus formas

Héctor A. Gil Müller

El juicio de amparo es una figura jurídica mexicana que ha representado un verdadero control constitucional. Consiste en una defensa que mediante el poder judicial busca detener cualquier acto de autoridad que violente o dañe un derecho fundamental contenido en la Constitución Mexicana. Esta figura se encuentra presente en muchas legislaciones del mundo, sin embargo, la figura mexicana se ha destacado como un recurso de control, enseñando a otros la defensa ante los apetitos insaciables del estado unitario y absoluto que amenaza cada vez que se tiene el poder. El poder corrompe y poder absoluto lo hace absolutamente.

Con 258 votos a favor y 213 en contra la cámara de diputados aprobó una reforma que modifica la ley de amparo eliminando los efectos generales sobre leyes, es decir que un juez de control pueda determinar la suspensión de una ley por considerar que viola algún derecho constitucional.

La acción es por sí misma peligrosa a la luz de nuestro propio sistema, la representatividad que tenemos nos hace entender que el derecho es la ley y ésta una caja vacía que puede llenarse de cualquier contenido que cumpla la forma de derecho. Han Kelsen, el insigne jurista alemán, encontró que el derecho podía ser considerado una ciencia por cuanto existe un objeto universal en él mismo, la estructura de la norma: “a” debe ser “b” y su sanción “c”. Esa forma es común en todo sistema jurídico con independencia en su contenido. Así, quien prive de la vida a alguien debe ser homicida y recibir una pena de una determinada cantidad de años en prisión, los elementos pueden cambiar, pero la estructura se mantiene.

La anterior definición, sin así procurarlo, permitió movimientos políticos que consideran al derecho como una caja vacía que puede llenarse de cualquier contenido siempre que éste cumpla con la forma de derecho. Lo que está de moda o recibe todo el apoyo del generador de leyes o poder legislativo se constituye derecho con independencia de su contenido sino solamente por su forma.

Movimientos tan regresivos como el nazismo o el fascismo se hicieron conforme a la ley vigente en su momento, pero no conforme al derecho, si entendemos que el derecho va más allá que la norma que está contenida en la ley. La justicia no es solo el cumplimiento de la ley, porque la ley responde a muchos otros intereses, su modificación seria innecesaria si fuese un elemento suficiente. Los motivos políticos, sociales, culturales nos hacen emitir instrumentos legales que en ocasiones no encierran entre sus letras el espíritu de derechos superiores. Pareciera una figura retrógrada, porque quizá en ocasiones se haga, la ley, con buenas intenciones, pero que ocurrirá cuando no sean buenas esas intenciones.

Muchas decisiones actuales, no las pensemos solamente en un proyecto, una pensión o un tren, son proyectos que pudiesen ser provechosos. Pero, imagine que país construimos cuando en la elección, como lo hemos hecho, elijamos a alguien cuyos intereses sean contrarios. Imagine que llegue un presidente que pretende quitar las pensiones del bienestar y los proyectos de infraestructura de la 4T, ¿con cuál recurso jurídico se defendería? Estamos haciendo un andamiaje jurídico en el que basta que llegue alguien que piense que las pensiones no funcionan, que los trenes ya no andan y que el petróleo ya no tiene futuro y cambiará todo a su antojo, ¿no le parece?  

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