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Conocer el proceso

Héctor A. Gil Müller

Charles Chaplin dijo que la vida es una tragedia si se ve de cerca y una comedia vista desde lejos. Y que cierto, la posición determina la perspectiva y cada crisis advierte una bonanza, cada lágrima una sonrisa. Lo que tenemos para atravesar en un mar de incertidumbre entre los momentos altos y aquellos bajos son banderas de navegación. Esas banderas son los saberes que nos permiten preludiar o preparar lo que viene. Lo que hacemos con ese conocimiento determina la posibilidad de navegar o abandonarse en el viaje. Llegar a buen puerto implica saber lo necesario y no solo adquirir el conocimiento, sino también aplicarlo. Las banderas identifican y dan paso siempre que se exhiban en plena travesía. Si estás perdido la respuesta es la educación, si estás educado la respuesta es la ejecución, si estás ejecutando la respuesta es la consistencia.

En México tenemos grandes mentes, ideas brillantes, momentos estelares, que incluso hemos echado a andar, pero abandonamos. Suponemos que el éxito es un suceso y no un verdadero proceso. Justo en la linea nos echamos y en la andanza olvidamos. Estamos viendo eso en la reforma judicial que permitió la llegada al poder juidicial de hombres y mujeres que, en algunos casos, no contaban con el conocimiento práctico que exigía su función. Hemos visto videos que muestran audiencias en las que se exhibe el desconocimiento del proceso judicial.  

A pocas semanas de empezar en el cargo jueces y juezas han sido objeto de críticas por el desconocimiento operativo de su función, noticias, memes y videos han circulado en redes sociales y se viralizan mostrando, quiza una realidad parcial, porque no dudo que muchos de los juzgadores cuenten con los méritos suficientes para el desempeño de su función, pero otros ciertamente no. Circulaba un meme genial y doloroso, advirtiendo como antes se decía; “Disculpe Secretario pero debo pedirle llame al Sr. Juez”, en momentos en que el desconocimiento de uno se resolvía llamando a su superior, hoy se dice: “Disculpe Juez pero debo perdirle llame al Sr. Secretario”. Retiembla entre pasillos una máxima dolorosa, lo que tenemos sin saberlo, lo perdemos sin sentirlo.

La reforma judicial que existió, en medio de problemas y desprecios, seguramente es en esencia una buena idea para aumentar la libertad en el ejercicio judicial, pero sin la estrategia y capacitación adecuada, la operación del ahora nuevo poder judicial está mostrando serias debilidades. Era de esperarse, si se entrega la función a personas cuya única expectativa está en la posición y no en la competencia, que sin el acompañamiento durante el proceso las fallas florecerían, la complicada función judicial no está en su resultado, sino en la construcción de una cultura de honorabilidad para dar legitimidad al que juzga. No juzga el que decide, juzga el que está más adelante, el magis-strat. Suponer que la sola encomienda es suficiente para resolver es pensar que el impulso inicial es suficiente para alcanzar cualquier meta. La pasión que se imprime a una acción nos sirve para los momentos difíciles pero no suple la estrategia, la ejecución, la competencia y la capacitación. Sin conocimiento del proceso el éxito solo es un suceso, podrá o no aparecer. Mientras tanto muchos siguen sin entender y lamentablemente si no funciona el proceso, se culpará ahora a la ley que lo establece peligrando aun más que la navegación sea justa y aclarada.

Arenga

Héctor A. Gil Müller

Una arenga es el discurso que se da ante una asamblea con la finalidad de entusiasmar o alzar los ánimos. Son palabras enérgicas que llenan los corazones. Dicen que los discursos tienen tres movimientos primero mueven las mentes con sus ideas, después mueven los corazones con sus emociones y finalmente solo mueven las pompis con sus cansancios y extensiones. El motivo de los discursos debe ser sacar lágrimas y fuego de los corazones. En la mañana del 16 de septiembre de 1810 los habitantes del pueblo de Dolores convocados por el cura Don Miguel Hidalgo y Costilla escucharon una arenga que llenó sus corazones para que se sumaran a la rebelión, las palabras los animaron y con esa emoción y alma formaron el primer contingente que luchó contra las fuerzas virreinales.

En 1812 el general Ignacio Lopez Rayón, celebró el 16 de septiembre con una descarga de artillería y música, José María Morelos y Pavón solemnizó el día como el aniversario en que se levantó la voz de la independencia y se conformó la nación. En 1825 se instituyó como fiesta nacional. Desde entonces, salvo algunos periodos entre guerras se ha celebrado de muy distintas maneras, con serenatas ante palacio, misas, verbenas populares, y en todos se ha mantenido, ese grito, que es una arenga, por la libertad y la independencia. En su grito el presidente honra mencionando a los héroes que intervinieron en aquella lucha independentista, como tributo y eco a cada mención el pueblo corea con un; “viva”. 

Las arengas por los titulares no solamente expresan un mensaje al corazón, también han sido usadas para destacar su estilo de gobierno, sus valores o aquella lucha que desde su propio régimen han emprendido. Vicente Fox agregó entre los héroes a Leona Vicario, Calderón incluyó el bicentenario de la independencia y centenario de la revolución, Peña Nieto a Vicente Guerrero, Lopez Obrador incluyó la fraternidad universal, los pueblos originarios, los héroes anónimos y a la justicia. A 200 años de la institución de la fiesta popular, por primera vez una mujer mexicana da el grito con esas arengas en Palacio Nacional. La doctora Claudia Sheinbaum describió en su grito aspectos cruciales de su gobierno durante este año; gritó por la igualdad, por la dignidad del pueblo de México, por la democracia y por un “México libre, independiente y soberano”. En medio de los movimientos geopolíticos mundiales en que la guerra comercial arrecia y se anda en el peligroso y cambiante trecho de la negociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte.

La presidenta Claudia Sheinbaum incluyó en su discurso mujeres que habían participado en la justa, haciendo gala de sororidad gritó por primera vez el nombre completo de la corregidora doña Josefa Ortiz Téllez-Tirón, dio su lugar a Gertrudis Bocanegra, Manuela Medina “la capitana”, las heroínas anónimas, las mujeres indígenas y las y los migrantes. El pueblo reaccionaba haciendo eco de la emoción y entre esas vivas se sintió a toda una nación que debe honrar a las mujeres que doblemente valientes lucharon no solo contra el enemigo, sino contra su mismo tiempo que las apresaba. Rompieron las cadenas no solo de la opresión extranjera, sino también de una cultura que las limitaba. Alzaron alas no solo para liberar a una nación sino a todas ellas mostrando que el vuelo no es locura ni utopía es justicia y dignidad.

Confianza Ciudadana

Héctor A. Gil Müller

La política es pasión, bien dicen los viejos que insistían en los peligros al incurrir en una discusión en temas políticos o religiosos, ambos son lugares de pasiones y de emociones que sustentan una postura. La afiliación es eso, la sangre que nos hermana que mas que racional también es emocional. En la religión hay dogmas que suplen los silencios de un argumento, en la política hay gustos que suplen los vacíos de un elemento. Somos animales políticos, nos organizamos en comunidad y aprendemos a defender lo propio y aceptar lo colectivo, con el tiempo maduramos y entonces defendemos lo colectivo y aceptamos lo propio. Las pasiones nos hacen dividir las fuerzas políticas en oficial y oposición, aunque el término implique acciones y no posiciones. Como la posición determina la percepción hablamos desde lo que vemos y como lo vemos, y hacemos bien en hacerlo, compartir la opinión es un ejercicio humano de valor por lo que se tiene y de respeto por lo que se dice.

Tengo el privilegio de vivir en una ciudad que muchos indicadores consideran como segura. Saltillo ha mantenido unos muy bajos niveles de percepción de inseguridad y eso se refleja en sus calles, la noche no es guarida que aterra, gracias a esos elementos nuestros problemas lamentables tienen que ver con otros malestares de las ciudades en crecimiento, pero no la inseguridad. Sin embargo, dolorosamente en Mexico no es así, muchas ciudades luchan con el duro lastre de la inseguridad, con la pérdida de oportunidades por la necesidad de paralizar y resguardarse cuando el sol oculta sus rayos. La gente construye su vida en los pocos espacios que quedan siempre amenazados por el flagelo del delincuente. Presencié una comparecencia social del Fiscal de Coahuila, Lic. Federico Fernandez Montañez, un hombre bueno, de alta visión y fuerte pasión por el servicio, que ha sido clave en la operación y ejecución del modelo que Coahuila ha mantenido para controlar la creciente inseguridad. Describió la estrategia de seguridad del Estado, que durante años ha dado resultados e insistió en la médula del modelo; la participación social. Afirmó sabiamente, la distancia que existe entre el gobierno y el ciudadano es el espacio para la ingobernabilidad. La proximidad ciudadana en temas de seguridad es una estrategia y política de combate.

Saltillo, donde empezó una red ciudadana de vigilancia desde la propia policía, creó hace años grupos de comunicación mediante la aplicación WhatsApp, 30 valientes ciudadanos comenzaron hace años en un grupo en el que se encontraban los policías del área y encargados de las instituciones de seguridad, tras los primeros resultados la confianza fue creciendo, después llegaron 100 ciudadanos, 2 mil, 80 mil y actualmente son 130 mil ciudadanos en grupos sectorizados por colonias que reportan incidentes a la policía y agencias de seguridad convirtiéndola en la red de seguridad mas grande de Latinoamérica.

La confianza es un elemento crucial y no se trata de una acción, sino de un ambiente, un ambiente que se construye desde la visión de gobierno que atiende los problemas, la política y las políticas. Una confianza que exige actuar por ambas partes, la denuncia de unos y la acción de otros. Reducir la brecha entre gobierno y población implica que ambos caminen hasta encontrarse.

El individuo y la institución

Héctor A. Gil Müller

Strauss y Howe son creadores de la teoría generacional. Establece que la humanidad se mueve entre cambios sociales construyendo ciclos. Esos ciclos se gestan entre el crecimiento o esplendor institucional y el despertar o florecimiento individual. El péndulo se mueve entre el institucionalismo y el individualismo. Para que se fortalezca una se debilita la otra y viceversa. Siempre la fortaleza de una institución exige una entrega de posibilidades del individuo, renuncias específicas o supuestas en beneficio de algo superior. Así abandonamos la libertad de hacer caminos para circular por una calle, porque ello implica un bien colectivo más allá del beneficio individual; seguridad, rapidez, orden, etc. Pero, ¿qué detona los cambios de estafeta entre la institución y el individuo? Aunque no podemos ser tan soberbios como para identificar específicamente los momentos en un mar del tiempo, si podemos advertir ciertas consonancias que advierten las crisis del individuo o de la institución.

El individuo se encuentra en crisis, se han minado sus límites al grado que existe actualmente una confusión en  el desarrollo individual. Entre tantas opciones se pierden los gustos. El individuo es capaz de autodefinirse y hacerlo en referencias aberrantes que no proyectan los beneficios de una libertad que más que impulsar nos asola. Las instituciones están cambiando para enfrentar esas crisis, en México cambiamos la institución del desarrollo y ahora la llamamos del bienestar. En el trabajo las normas de cuidado ahora incluyen los riesgos psicosociales, en las escuelas los maestros centran sus métodos en los alumnos y no en los saberes. Muchos cambios van dibujando nuevos modelos para proteger un concepto del individuo que está más allá del propio individuo. 

Las crisis, que en lo social siempre son violentas, aceleran el cambio de estafeta entre las instituciones y los individuos. Vemos episodios en que la institución se paraliza y los individuos reaccionan, pero otros en los que los individuos se paralizan y las instituciones reaccionan, así advertimos quién crece ante el cambio sufrido.

La violencia en lugares tan sensibles como las escuelas causan crisis que aceleran los cambios. En nuestro México la historia nos recuerda la batalla de Chapultepec y el heroismo de unos niños estudiantes, también el movimiento estudiantil de 1968, el golpe profundo de los normalistas de Ayotzinapan, entre muchos otros. El asesinato de Charlie Kirk en un campus universitario de Utah en los Estados Unidos de América conmueve hoy al mundo. Pero el crimen es aun mayor al entender que la víctima era un promotor, un hombre conservador que debatía públicamente presentando sus ideas ante preguntas específicas. La seguridad y posibilidad de defender sus ideas y su estilo individual lo volvió famoso y admirado a lo largo y ancho de una sociedad que enfrenta esa disolución individual. La seguridad de quien afirma que es posible decidir ante un mundo que parece ir borrando todos los límites que son capaces de definirnos. La ausencia de límites elimina la seguridad y la velocidad para el movimiento. Un golpe crítico al individuo. Al mismo tiempo, el clero beatifica a Carlo Acutis convirtiéndolo en el primer santo “millennial”. El gobierno americano llama a cerrar filas ante la lucha social, el mundo construye nuevas instituciones para albergar una libertad que parece migrar del individuo por que lo agobió a una institución que la idealizó.

Escuela y peinado

Héctor A. Gil Müller

En El Salvador, el régimen del presidente Nayib Bukele ha realizado una reforma a su normatividad que obliga a los estudiantes a acudir a clases con un uniforme pulcro y un peinado adecuado. La pena por el incumplimiento es la negativa a ingresar al centro escolar. Ante el inicio del ciclo escolar en el sureño país, las filas de los niños en las peluquerías se han difundido entre redes sociales. La burla de unos, el aplauso de otros, la realidad de aquellos se conjuga en una acción que destaca al comparar esas exigencias con otros países. La ministra de Educación en El Salvador ha apoyado la normativa señalando el compromiso con el futuro y la necesidad de formar desde temprana edad el orden y disciplina.

La acción de esta política del peinado surge en medio de los movimientos reeleccionistas que continúan avanzando y permitiendo la posibilidad de perpetuarse en el poder a Bukele. La educación constituye nuestro más importante centro de cultivo para el ciudadano que tomará las decisiones esenciales del futuro. La educación entrega la tradición cultural y resguarda los valores y principios considerados por la colectividad como importantes. Aunque la escuela no es la única que educa, me gustó mucho la frase que dice: “La escuela es la segunda casa, cuando el hogar es la primera escuela”, muchos otros educan, no todos ellos con la intención buena sobre el futuro, pero si con los mecanismos propicios para transmitir e instaurar una rutina. La escuela ha perdido el monopolio hasta de capacitar para el trabajo, pero continúa siendo la institución social más importante en ese sentido y por ende formadora de los hábitos futuros.

Las rutinas que se construyen en la escuela son los comportamientos que se ostentan en el futuro, por eso, lo que se siembra se cosecha, en mayor medida que lo sembrado y después de haberse sembrado. La implementación de medidas y límites parecen chocar con un entorno liberal, en el que con claridad se ha malentendido la libertad. La libertad no es la ausencia de límites, al menos no la libertad que necesitamos. Sin los límites no tenemos ni seguridad ni velocidad en nuestro andar. El pesado yugo de una libertad que mas bien es soledad, trae una pérdida de la identidad, de los modelos a seguir de las normas que ponen freno a nuestros instintos que no son provechosos. La vida sin normas pierde sus formas escribió Benedetti, la libertad sin los límites a la misma es un libertinaje peligroso que lo único que trae es la zozobra de no andar con seguridad y velocidad al no saber donde acaba el camino.

En México hay una prohibición a actos discriminatorios, entre ellos a juzgar a una persona por su apariencia o corte de cabello, por lo que la prohibición de acceso da lugar a la queja ante las instancias correspondientes. Conviene y es de sabios reflexionar, si solamente la afectación a terceros sería el único límite que correctamente deba existir. Seguramente muchos prejuicios aparecen, la lucha de una cultura se impone a muchos derechos, como lo demuestra la historia, pero también es sabio entender que la cultura marca la pauta de aceptación en un momento determinado y conlleva la gracia del futuro. Por lo pronto esperemos que los millones de niños mexicanos vayan a la escuela con una mente limpia y un corazón que forje un carácter dispuesto a aprender y construir el futuro.

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