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Un segundo renacimiento

Héctor A. Gil Müller

COVID19 ha detonado muchas otras epidemias, que ya padecíamos, nos ha mostrado terribles malestares, virus ideológicos que se esparcen y toman consciencia como el racismo, la desinformación, la manipulación y en si una predilección por lo individual que por lo colectivo.

El renacimiento, durante el siglo XV, estuvo marcado por una pandemia que mostró el pobre lugar que tenía el individuo en su propia escala. Sobrevivían sin tener acceso a algo más que lo que habían heredado.  Las universidades, por albergar el pensamiento científico, se erigieron con gran poder, como asesores ante el nuevo mundo.

Hoy nos asombra la similitud, una pandemia ante la cual la Universidad de Oxford toma la delantera en la carrera por la vacuna, en un mundo económicamente agotado donde difícilmente tenemos acceso a algo más que lo heredado, pero no en lo físico, sino en muchos otros verdaderos bienes. El malestar nos ha mostrado como el individuo ya no es suficiente y ahora conviene pensar en lo colectivo.

Para Jung el proceso de la cultura consistía en la progresiva doma de lo animal que hay en el hombre, aunque el progreso científico nos ha maravillado y parece que alcanzaremos una vacuna para el COVID19 en tiempo record, hemos visto que la latente naturaleza gobierna.

El hombre está suspendido entre la consciencia colectiva y la consciencia del yo, pero quizá sea tiempo de disminuirlo. La crisis capitalista ha mostrado que no hay cabida para todos, que lo individual puede conducir al esfuerzo, pero siempre existirá un sector al margen que como comunidad nos haga enfrentar retos imposibles en soledad.

El hombre masa es siempre víctima de algún ismo; fascismo, nazismo, comunismo, capitalismo, liberalismo. La solución no está en pensar en el otro, eso también es individualismo, sino pensar en nosotros, una figura plural que nos incluye por igual.

Los países continúan implementando políticas públicas que pretenden corregir las deficiencias de un modelo económico que por naturaleza genera inequidad, los gobiernos se convierten en eternos jornaleros que van cubriendo los desgastes que adelante se siguen haciendo, y están llegando a límites en la prontitud de su función.

El populismo aumenta, porque tras la derrota de “los otros” siempre surgen las víctimas u oprimidos y los culpables u opresores, pero esa oclocracia, o gobierno de los oprimidos, la historia ha mostrado como degenera y da paso a otros excesos. El cambio debe ser mayor, un segundo renacimiento, como aquel que habiendo nacido lo vuelve a hacer.  

El populismo está llenando un vacío que otros regímenes han dejado. No hay respuesta ante la injusticia, la desigualdad y por ende la crueldad. La protesta incluso está llenando los vacíos que se han dejado. Y seguramente no será suficiente, pero en un mundo en que los mercados y las economías ven que pueden soportar que la vida acabe, pero no que se pause y nos debe ocupar guardar silencio para no atemorizar a los mercados con nuestros problemas de humanidad, muchas cosas pueden renacer.

Yo soy Héctor Gil Müller y estoy a tus órdenes.

El amparo y el COVID

Héctor A. Gil Müller

En el acta de reformas constitucionales de 1847, votada por el congreso y en cuya comisión redactora lideraba don Mariano Otero, se establecería una de las figuras icónicas del derecho mexicano. Además de la supresión de la vicepresidencia en el país, que había sido tan vapuleada en el periodo de su Alteza Serenisima Antonio López de Santa Anna surgiría el amparo como medida protectora del garantismo mexicano.

El amparo ya existía en 1841 en la Constitución de Yucatán, don Manuel Crescencio Rejón había establecido una figura que permitía amparar en el goce de sus derechos a los que pidan su protección contra las providencias del gobernador.

El juicio de amparo es un mecanismo de control para salvaguardar las garantías constitucionales contra actos de autoridad, fue pensado para evitar la injusticia ante el poderoso, que, embriagado o cegado por su poder, realice actos que lesionen los derechos adquiridos por la misma constitución política.

Ninguno de los juristas que pugnaron para establecer el amparo, ni Otero ni Rejón, se hubieran imaginado que el amparo circularía para proteger a médicos y enfermeras ante el covid-19, en nuestro país, decenas de médicos están recurriendo al amparo para evitar atender a pacientes graves de esta enfermedad. Se vuelven diarias las noticias de como personal médico de Monterrey, Puebla, Guadalajara, Metepec y en muchas otras ciudades, han solicitado a la autoridad suspender el acto que les obliga a trabajar en una institución pública.

Hipócrates que vivió en el siglo V a. C., redactó en su juramento: “No llevar otro propósito que el bien y la salud de los enfermos”, condena el mismo instrumento: “Si cumpliereis íntegramente con este Juramento, que podáis gozar de vuestra vida y de vuestro arte y disfrutar de perenne estima entre los hombres. Si lo quebrantáis, que vuestra conciencia y el honor de la profesión médica en la que acabáis de ingresar os lo demanden.”

El IMSS está recibiendo la mayor cantidad de enfermos de COVID19, y está reportando también la mayor cantidad de fallecimientos a consecuencia del temible virus, al mismo tiempo que el personal médico renuncia o se ampara para no atender pacientes con COVID19, los que quedan sufren violencia y la discriminación por el ejercicio de su profesión.

Y en el mundo del revés, donde hay lobos buenos que molestan los malos corderos, hay piratas honestos y brujas hermosas también habrá camas disponibles, pero sin personal que las sepa usar. No todo era comprar ventiladores, sino tener las personas necesarias para usarlos. Ante el COVID en México: Si salgo, que no me infecte, si me infecto que no me agrave, si me agravo que no me intuben, si me intuban que haya camas, si hay camas que haya gente y si hay gente que no la ataquen.

Complicado escenario, se dificulta así el esfuerzo. Hemos abandonado el ser y ahora vemos que somos actos humanos y no seres humanos. En palabras de la poetisa polaca Wislawa Szymborska: Se nos ha negado la idiotez de lo perfecto.

Yo soy Héctor Gil Müller y estoy a tus órdenes.

Aprender la lección

Héctor A. Gil Müller

El primero de julio del presente año arrancó el TMEC, nueva versión del otrora poderoso Tratado de Libre Comercio con América del Norte (TLCAN). México, Estados Unidos de Norteamérica y Canadá reafirman su intención y necesidad de un acuerdo comercial tripartita.

Este tratado que tanto nos ha entregado como país hoy representa un cúmulo de resentimientos en estados norteamericanos cuya economía fue lastimada ante el poderío de ciertas exportaciones mexicanas, el sector automotriz o el agrícola entre ellos.

Desde el arribo de Trump al poder ha considerado a México como responsable de muchos malestares americanos, resultado de un tratado que, si bien dinamizó la región al posicionarse como uno de los primeros acuerdos en el mundo en materia comercial, se vio restringido por el bajo establecimiento de políticas públicas que llevaran a todos los sectores al aprovechamiento del instrumento.

Cada escenario económico que se presenta debe madurar en lo educativo, cultural, social y para ello cuenta con políticas impulsadas desde el sector gubernamental y también desde el ciudadano. Los gremios, sindicatos y cámaras juegan un papel preponderante en el ejercicio comercial continental.

El nuevo TMEC respeta los acuerdos realizados sobre productos agrícolas que había establecido el TLCAN, éste quizá ha sido uno de los principales logros de negociación en este nuevo acuerdo. Es fundamental para una economía como la mexicana continuar con esas exenciones arancelarias sobre sus productos agrícolas tan bien recibidos por Estados Unidos.

Falta un largo camino por recorrer, seguramente en este año electoral el presidente Trump hará uso de discursos incendiarios y colocará en la visión del electorado americano su preferencia en Estados Unidos culpando cualquier otro país, organismo o visión mundial.  Sin duda este contexto nos debe preparar, estar alerta ante esos ataques y actuar en consecuencia buscando proteger lo propio en un cada vez más debilitado enramaje diplomático internacional.

El mundo, que hoy como nunca está más comunicado, que se ha permitido hablar todos de problemas en conjunto, haciendo del siglo XXI un siglo de comunicación entre los pueblos parece estar cada día más desconectado. El nulo liderazgo internacional nos ha mostrado las carencias de una dolencia, una profunda inequidad y una desigualdad latente que hiere y muestra el porqué de la ausencia de paz. Sobre ese escenario vienen elecciones, momento en el que se acentúa lo propio y la voz más fuerte, que no siempre es la de mayor razón, resulta triunfante.

Seguiremos aprendiendo de los errores, de la historia y como las instituciones se desgastan, no por su esencia, sino por sus errores. La fe en Dios sigue siendo más fuerte en Estados Unidos que en Inglaterra o Irlanda, es más fuerte en Brasil que en Portugal, en México que en España y prácticamente en todos los descendientes de la Nueva España que en la Antigua. Entre los Argentinos es mayor que en los italianos y en Canadá que en Francia e Inglaterra. ¿Qué nos enseñará ahora la política cuando acabe la pandemia y comiencen las elecciones?, cuando la normalidad, tan nueva sea entonces tan vieja, pensaremos si hemos aprendido la lección. Por lo pronto entra en vigor el T-MEC y con él un nuevo capítulo que no ha sido tan sonado como lo fue el TLCAN en el 94.

Yo soy Héctor Gil Müller y estoy a tus órdenes.

El rugido del tigre

Héctor A. Gil Müller

Una fábula china advierte lo siguiente: Cuenta que había una vez un enorme y poderoso tigre que cazaba y regía en los bosques de China. El gran animal encontró y empezó a atacar a un pequeño zorro, el cual ante el peligro únicamente tuvo como opción recurrir a la astucia. El zorro le increpó y le dijo que no debía hacerle daño puesto que él, el pequeño zorro, era el verdadero rey de los animales por designio del emperador del cielo. Ante la mirada condescendiente e incrédula del tigre, el zorro le indicó que si no le creía le acompañara: -así veras como todos los animales huyen atemorizados al verme llegar- exclamó. El tigre así lo hizo, observando, en efecto, cómo a su paso los animales escapaban. Lo que no sabía era que esto no era debido a que estuvieran confirmando las palabras del zorro (algo que el tigre acabó por creer), sino que de hecho huían de la presencia del felino que iba junto al zorro.

Cuan parecidos somos a esta fábula, andamos creyendo y también creemos andando. Lo que tenemos, lo que hacemos, el cargo que ostentamos nos acompaña, entender a los tigres, pero también a los zorros, es responsabilidad vital. El cobijo de uno ante la fortaleza del otro es visible en muchos actos políticos.

La política busca encontrar aliados y enemigos, en la misma proporción, pero al justo tiempo, entre más temprano sea su hallazgo es mejor, y en la política americana, que ha sido trumpista los últimos 4 años, los latinos hemos ocupado sitiales de enemistad. La migración desordenada, aunque productiva, un Tratado de Libre Comercio que dinamizó la región y sus bienes, pero restringió el acceso a todas las oportunidades, una industrialización en México que ha demostrado ser productiva, efectiva y con bajos costos, se ha combinado para generar resentimientos en el país.

Con la visita del presidente López Obrador a Estados Unidos es difícil encontrar quien aprovechó la fama de quien. Lo cierto es que Trump, experto coreógrafo sin duda obtendrá un beneficio ante un público migrante cuyo voto vale y vale mucho.

López Obrador, señaló en su discurso la pérdida de presencia de la economía de américa del norte el mundo, pasando de ser en 1970 el 40.5% del PIB mundial a ser ahora el 27.5. Señaló el mandatario que en Estados Unidos de América vive una comunidad de 38 millones de mexicanos en México lo hace un millón y medio de norteamericanos.

El presidente llegó acompañado de un grupo de empresarios, poderosos y exitosos a un país empresarial, constructor de muchas de las costumbres corporativas que han llevado al mundo a una eficiencia y eficacia en sus negocios.

Sin duda López Obrador es un hábil político capaz de construir escenarios de atención con extrema facilidad, ha hecho que esta visita, apoyada por Trump, muestre a un presidente en busca de la reelección preocupado por el sector latino, con un liderazgo regional y apurado por la economía. Muchos trucos sabe el tigre, cuyo rugido le antecede, pero; ¿el rugido será del mismo tigre?

Yo soy Héctor Gil Müller y estoy a tus órdenes.

No desaproveches la crisis

Héctor A. Gil Müller

El Fondo Monetario Internacional, institución responsable de recabar información y gestar políticas económicas a gran escala desde 1945, modificó sus pronósticos sobre la economía mundial que había presentado en abril de este año.

El escenario ahora parece más complicado, después de prever una caída de la economía mundial del 3% ahora es de 4.9% la peor desde la gran recesión. Estima que países como Estados Unidos de América caerá su producto 8% y México lo haría al 10.5%.

La crisis ya se ha llamado “el gran confinamiento” y sus números y predicciones superan los de la gran recesión e incluso los de la primera y segunda guerra mundial, al menos en posibilidad de endeudamiento. Afirma el organismo: una crisis como ninguna otra, tendrá una recuperación como ninguna otra. Se ha previsto que la recuperación en 2021 será: “anémica”.

Aunque ya el más del 75% de las economías están reabriendo y generando una movilidad que apoya al gasto, la incertidumbre continua y la falta de elementos que solidifiquen el fin de la contingencia impide un desarrollo total. Todos los organismos de monitoreo a la salud tanto interna como a nivel global coinciden en la posibilidad de un rebrote.

Difícil situación es esta, en la que el confinamiento nos permite sobrevivir para enfrentar una crisis mayor y más larga. Sin duda los momentos de crisis están presentes siempre, desde la cuna a la tumba vivimos episodios difíciles en mayor o en menor grado, pero es en esos momentos en que se forja carácter y se construye la vida. Nos disciplina y enseña el rigor de un turbio momento, más que cualquier otro maestro.

En toda crisis debemos transformar el entorno, pero también cambiarnos, el mundo acelerado nos ha demostrado que también puede frenarse, pero la necesidad ahí sigue. Por cierto, la OMS ha alertado sobre la importancia de continuar las políticas relacionadas con la salud mental durante esta contingencia a fin de frenar lo que espera sea una ola importante de suicidios y consumo de sustancias.

Ante la crisis debemos saber nuestro propósito y responder a preguntas esenciales sobre el pasado, nuestro presente y también nuestro futuro, debemos replantearnos prioridades y tener claridad en lo que esperamos y haremos. La virtud está en cambiar antes de tener que cambiar.

Conocer nuestro propósito nos permite capacitarnos y aumentar el potencial que tenemos, una crisis no debe dejarnos igual, debe mejorarnos. En la zona en la que vivo, mis vecinos han descubierto nuevos talentos que unidos a su experiencia previa ahora están causando ventas, venden postres, comida y artículos, generando una economía cercana que, si bien no es suficiente aun, alienta y muestra que en los momentos difíciles también se continua.

El propósito y el potencial deben coincidir en la producción, generar nuevas cosas, enfrentar los retos y afrontar la crisis. Nuestra realidad es desconcertante pero describible, en ella gestionemos herramientas propias y sociales, aprendamos y gestionemos una capacidad emocional para identificar las oportunidades. Quizá, así como las pequeñas cocinas durante la pandemia tuvieron las mismas posibilidades de venta que los grandes recintos gastronómicos, podamos encontrar nuevos espacios de crecimiento y aprovechamiento.

No desaproveches la crisis.

Yo soy Héctor Gil Müller y estoy a tus órdenes.

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