Haidé Serrano

No es extraño que ni Greta Gerwig ni Margot Robbie estén nominadas a los Oscars 2024. Tampoco es raro que sí esté considerado Ryan Goslin. Menos que la película “Barbie” haya sido excluida de las categorías principales.

Parece chiste, pero es anécdota porque “Barbie” tiene méritos de sobra para ser reconocida por la misma industria que la produjo. Sin embargo, son mujeres las principales creadoras y productoras de la cinta y, en competencia frente a los hombres, de nuevo salen perdiendo.

Este año, en la disputa por las principales estatuillas están las cintas de directores considerados tótems de Hollywood, como Martin Scorsese y Christopher Nolan. Sus películas, por cierto, en su mayoría son machistas y no pasan ni de chiste el Test de Bechdel. La categoría de dirección y la de mejor película son las más importantes de los Oscars y han estado en manos de los hombres casi siempre, nominaciones y premios; como si las mujeres directoras no existieran siquiera para ser consideradas en la competencia. Este año, solo tres directoras de diez están en esta lista y es la primera vez que son tantas.

Siendo una de las industrias más grandes en términos económicos, se calcula que en el 2023, facturaron más de 77 mil millones de dólares, se podría pensar que su éxito en taquilla podría ser suficiente para entregarle galardones a una producción fílmica, pero no es así.

“Barbie” está dirigida por Greta Gerwig, quien ya ocupa el pódium de la primera mujer directora en arrasar en la taquilla mundial al superar los mil millones de dólares, cifra que ya está cercana a los 1,500 millones de dólares.

La fiesta del reconocimiento más importante de Hollywood se ha llevado a cabo durante casi 100 años. Y en este tiempo, menos de diez mujeres han sido reconocidas como las mejores directoras.

El feminismo, las desigualdades, el patriarcado y el machismo son centrales en “Barbie”. El abordaje de estos temas en la cinta ha sido polémico y ha dividido las opiniones. Sigo pensando que “Barbie” es un acierto al acercar estas materias a personas que nunca habían escuchado de ellas. Se avanza al ponerlas en la mesa y generar conversaciones en espacios cerrados al feminismo.

Los detractores de la igualdad siguen presentes, trabajando y presionando para que las cosas sigan igual. Y tienen poder de decisión en el Hollywood actual.

El machismo se cuenta solo.