Haidé Serrano

Numerosas mujeres han tenido que tolerar a periodistas machistas, hombres, desde luego. Mujeres que son actrices, CEOs, atletas, médicas, científicas, escritoras, políticas, directoras de películas, juezas, entre muchas otras profesiones. Mujeres que son buscadas por la prensa porque lograron algún reconocimiento, están en campaña, están en un momento cumbre o dirigen alguna empresa o proyecto.

Recientemente la actriz Sofía Vergara se defendió con maestría de los comentarios del presentador Pablo Motos, quien pretendía burlarse de ella. El anfitrión del programa de la TV española recibía a Vergara para hablar del estreno de la serie “Griselda” que esta protagoniza; pero desvió el tema para ridiculizarla. Primero, por su forma de pronunciar ciertas palabras en inglés. Luego señaló su apariencia; le cuestionó si era rubia natural. Además, dijo no entender cómo Sofía le caía bien a todo el mundo.

Sofía Vergara está considerada como un ícono global en Hollywood. Además de actriz, es productora de televisión, modelo, empresaria y presentadora. Es una celebridad cuya fortuna alcanza los 200 millones de dólares y en el 2012 llegó a ser la mejor pagada de la televisión. Tiene su propia línea de perfumes y la empresa de gestión de talentos Latin World Entertainment. Y ha sido nominada en varias ocasiones a los premios Emmy y Golden Globes.

Pero ni sus logros, experiencia o fortuna fueron relevantes para Pablo Motos, porque su intención minimizarla.

Sofía Vergara dio ejemplo de cómo plantarle cara a un machirulo. Con preparación y conocimiento de quien la entrevistaría, respondió con destreza para dejar en evidencia la malicia y el machismo de Motos, quien en varias ocasiones se quedó callado sin saber qué responder.

Cuando el presentador se refirió al color de su cabello, ella respondió: “Ahora soy rubia o ¿me ves pelinegra?”. “Entiendo por rubia una persona más rubia. El pelo que llevas ahora, ¿es teñido o es tuyo?”, insistió Motos. Sofía contestó: “Es mío, pero ahí (en una foto del pasado) tenía 20 años, ahora tengo 51. O sea, ¿qué es lo que quieres? O ¿ese pelo te salió a ti así?”, señalándolo a él. El conductor español le confesó no entender cómo Vergara le caía bien a todo el mundo. A lo que ella respondió: “No entiendes qué es lo que tengo (…). Suena un poquito loco este comentario, un poquito de envidia… No sé si es una pregunta de verdad o un comentario. Dímelo tú”.          

Las preguntas que los periodistas machistas formulan a mujeres líderes o fuentes de información están alejadas de logros, profesiones, reconocimientos, trayectoria y conocimiento.

Generalmente los cuestionamientos están centrados en los estereotipos, que según los periodistas machirulos, esas mujeres deberían cumplir. Se enfocan en su apariencia, edad, talla, rutinas de belleza, dietas, familia, hijos e hijas, vida amorosa, parejas sexuales, matrimonios, divorcios o separaciones.

Estas son mujeres que han escapado del estereotipo y que no cumplen con los roles tradicionales, con lo que mandata el patriarcado. Y están fuera de su casa, no están cuidando de las hijas e hijos y no están haciendo los quehaceres del hogar.

Y estos periodistas con sus preguntas pretenden castigarlas por no cumplir con el rol que les ha asignado la sociedad machista y patriarcal. Desdeñan lo que estas mujeres han alcanzado para insistir en que cumplan roles y estereotipos que están en decadencia.

Ya muchas mujeres que están en la palestra nos dan cátedra de cómo confrontar de forma sagaz y elocuente a los periodistas machirulos. Aprendamos de ellas. Porque no solamente los periodistas increpan así a las mujeres, cualquier machirulo usa las mismas herramientas para intentar desdeñar los logros femeninos.