Haideé Serrano

En 1973, David Bowie respondió así una pregunta del entrevistador:

--Y los zapatos, ¿son de hombre, mujer o bisexuales?

--Son solo zapatos, tonto.

¡Qué incómoda puede ser una joven de 16 años que no se ajusta a lo que creemos que es lo “normal”!Yahritzay su Esencia molestó y muchísimo. Nuestro machismo hizo un gran berrinche con la líder de la agrupación musical que lleva su nombre.Además de que la caterva le increpó su falta de adoración ciega a México, la sancionó por su color de piel, forma de vestir, origen y más.

El machismo, clasismo y racismo de las, los y les mexicanos inundaron las redes sociales y los medios de comunicación. ¿Cómo se atreven est@s jóvenes hermanos a desafiar los estereotipos? Fue el momento ideal para hablar de que la cantante de 16 años no sigue al pie de la letra los estándares de belleza yfeminidad. No porta “ropa de mujer”, no se peina, no se maquilla, no es femenina.Su imagen, que no es la esperada, no está sexualizada, no usa ropa ajustada, no parece un objeto de consumo al que la publicidad nos tiene acostumbrad@s.

La turba en las redes sociales aprovechó el linchamiento mediático para menospreciar su aspecto. Su disidencia de la feminidadheteronormativa. Las críticas y el odio inmerso en ellas fueron el centro de las expresiones para “funar” a una joven de 16 años que se viste como se viste. La denostaron por “no parece mujer”. Y encima de todo ¡es morena!

La heteronormatividad está en la cultura, costumbres, pensamientos y creencias. Es tan invisible, que condenamos lo que se le oponga. Sí, ahí la llevamos en los avances para tener claras estas violencias cuando alguna persona se sale del redil, cuando se atreve a mostrarse diferente. Pero la falta de conciencia de que los estereotipos son ayudantes de la discriminación y la violencia es una forma de continuar siendo parte del problema.

La ropa es una forma de expresión personal y también reflejo de una época y su cultura. Como lo deja muy claro Yahritza y sus hermanos. Sin embargo, también la moda y la ropa han sido, y siguen siendo, mecanismos para cosificar e hipersexualizar el cuerpo de las mujeres.

Miles de personas se expresaron con violencia verbal, digital y también simbólica en contra de la joven artista. Lo hicieron sin pudor, escudados en un patriotismo rancio e hipócrita. Aunque muy fiel a su machismo, este sí muy mexicano.