Haidé Serrano

Por primera vez en la historia de México, las mujeres se enfilan a liderar la disputa por la presidencia de nuestro país. Las encuestas recientes le dan la preferencia al Claudia Sheinbaum, de Morena, el partido gobernante. Mientras que Xóchitl Gálvez ya se anotó para encabezar a un grupo de la oposición.

Ya otras mujeres han sido candidatas a la presidencia; la primera fue Rosario Ibarra de Piedra en 1982; le siguieron Cecilia Soto González y Marcela Lombardo Otero en 1994; después, Patricia Mercado Castro en 2006; posteriormente, Josefina Vázquez Mota en 2012 y Margarita Zavala Gómez del Campo en el 2018.

Las elecciones en nuestro país han estado dominadas por los hombres y son ellos quienes han ocupado las funciones más altas de los gobiernos. Es gracias a las feministas que las leyes se transformaron para exigir la paridad, que hoy vemos reflejada en numerosos puestos, mas no así en la presidencia de la República.

México no es la excepción en el mundo. Aunque cada vez más las mujeres ocupan las titularidades más altas en los gobiernos, sólo el 11.3 por ciento de los países en el mundo tiene Jefas de Estado.

Según ONU Mujeres, al 1 de enero del 2023, de 151 países, 17 son gobernados por las mujeres, esto sin contar a las monarquías. En Latinoamérica, 13 mujeres han sido presidentas.

También hay más mujeres en los gabinetes. Su participación como secretarias de Estado refleja el avance. Pero ONU Mujeres señala que los hombres siguen haciéndose cargo de áreas estratégicas y de mayor poder e influencia, como la economía, la defensa, la justicia y los asuntos internos. Mientras que las mujeres son asignadas a espacios relacionados con la familia, el género o el desarrollo social.

La presencia de las mujeres en lucha democrática y la vida política de México ha sido permanente. Pero el machismo ha borrado sus nombres. También, las ha relegado a trabajos considerados inferiores. En muchos casos, les ha asignado a las mujeres lugares donde no tienen poder ni influencia en las decisiones. También, los hombres las han utilizado para simular la igualdad y la paridad.

México no ha tenido la posibilidad de elegir a una mujer como presidenta de la República. La principal razón es el sistema patriarcal que ha encumbrado a los hombres y negado a las mujeres los derechos políticos que les corresponden.

Pero esto está cambiando.