Haidé Serrano

El dolor de una madre que pierde a una hija, hijo o hije no tiene nombre. Literal. Aún no hay consenso para referirse con una palabra a esta condición, que afecta también al padre, familia y personas cercanas. No hemos creado el término. Como si de ignorarlo, desapareciera. Hay que nombrar para ver.

Así, es necesario ver también a las madres que perdieron a sus bebés en etapa gestacional o a días de nacidos. Verlas para tratarlas con dignidad y respeto por su pérdida.

Hoy, en la mayoría de los hospitales de México, queda al criterio del personal médico las las medidas a tomar cuando él o la bebé fallece. La mayoría de las veces, la madre no ve al bebé, no se puede despedir. El desconsuelo de la noticia impresiona a la madre y a los familiares y no exigen lo que es su derecho: decir adiós. En muchos casos, no conocen bien sus derechos y por ello no los exigen.

El servicio médico ha tomado durante mucho tiempo decisiones en nombre de las madres. Muchos han creído que les beneficia no conocer al bebé, ni saber cómo era su carita, sus pies, sus manos. En la actualidad, la mayoría de las y los médicos toman estas decisiones.

Si es un doctor sensible, permitirá a la madre decidir.

Este tipo de muerte llamada perinatal o gestacional aqueja a 5.3 millones de mujeres en todo el mundo; según datos del INEGI, en el 2021 que la mortalidad fetal en el país fue de 23 mil muertes; es decir, cada día 63 mujeres experimentan la pérdida de su bebé.

“El duelo perinatal y/o neonatal es aquel que se produce tras la pérdida de un bebé durante el embarazo, o en los momentos previos o posteriores al parto. Este hecho marca definitivamente un proceso que tiene matices específicos, para la madre gestante esta experiencia supone un choque brutal, ya que en

ningún otro tipo de duelo el doliente tiene ese componente hormonal tan elevado que va dirigido a la maternidad, al desarrollo del vínculo, a la generación de la vida.

La muerte del bebé, ya sea en el útero materno, a los pocos días de nacer o durante el parto, supone una ruptura abrupta con las expectativas de la futura madre. (Fundación Mario Losantos del Campo: “Características y dificultades del duelo perinatal”, (consultado el 19 de mayo del 2023).)

Comprender las diversas situaciones que se desencadenan por un duelo de esta índole representan un reto para las instituciones de salud, pues se enfrentan a atender de forma diferenciada tanto a la madre como a sus familiares.

Afortunadamente, ya existen avances al respecto. Como la “Ley de cunas vacías”, aprobada en el Senado y que está enfocada en que las personas que vivieron la muerte gestacional o perinatal de sus hijos e hijas tengan atención integral y multidisciplinaria; que las madres reciban un trato digno, y se busque el bienestar físico, psíquico y emocional, así como la protección de los derechos humanos.

Son las personas organizadas, o sea la sociedad civil, la que ha movilizado y promovido estos cambios a las leyes. Como es el caso la asociación “Duelo Respetado”, que ya logró en Guadalajara, Jalisco, que sea una realidad el “Código Mariposa” en el hospital Hospital Materno Infantil Esperanza López Mateos.

Hace unos días, la diputada federal Mariana Erandi Nassar Piñeyro, propuso un punto de acuerdo para que: “la Secretaría de salud y a sus homólogas de las 32 entidades federativas, lleven a cabo procesos de capacitación en materia de atención integral, ética, respetuosa y humana de los casos de muerte fetal, perinatal y neonatal, y se establezcan espacios físicos exclusivos para su atención.”

En particular, la propuesta es que se implemente el “Código Mariposa”, un protocolo mínimo para tratar con dignidad a las madres y sus familiares. El documento señala: “Además de capacitación al personal de salud para reaccionar ante este panorama y el acompañamiento de personal con conocimiento de contención psicológica, acciones como:

-Colocar Mariposa. Identificar a las mamás que han tenido la muerte de un bebé mediante la colocación de una mariposa morada en la cabecera y en el expediente, lo que facilita la atención e intervención de manera respetuosa del personal de salud”;

-Habitación Mariposa. Permitir que la mamá que perdió a su bebé pueda permanecer en un área especialmente destinada para esos casos, llamadas “habitación mariposa”, para que, de esta forma, al identificar a esa mamá, se eviten preguntas sobre el bebé, pedir detalles, y evitar que las mamás sientan más tristeza al ver a otras mujeres con sus

bebés a su lado;

-Sala de Despedida. Permitir un espacio digno donde la mamá, el papá y la familia que sufren una pérdida perinatal, puedan rendir un homenaje privado, abrazar, tocar, vestir al bebé, y despedirse con el ritual que cada uno elija”.

El “Código Mariposa” hace visible un dolor enorme, para poderlo afrontar en dignidad y respeto para quienes lo padecen. También es una gran oportunidad para todos los hospitales, privados y públicos, para que sea una realidad, pronto. Urge.