Rubén Aguilar Valenzuela |
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Edificio
El museo está dentro del edificio de la catedral que forma parte de la declaratoria del Centro Histórico de Lima como Patrimonio Cultural de la Humanidad de la Unesco desde 1991. La catedral en sí misma es un gran museo, pero tiene un espacio particular dedicado como tal.
Exhibición
Se expone una muestra muy amplia del arte colonial que se hizo en el virreinato del Perú. Obras del siglo XVI, XVII y XVIII de las escuelas quiteña, cuzqueña, ayacuchana y limeña. Son cuadros y esculturas. Hay muchos nacimientos.
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Hay objetos de plata y oro para la celebración litúrgica y también ornamentos de seda con hilos de oro. Imágenes de Cristo de marfil que deben ser de Filipinas.
La antesacristía y la sacristía ahora son parte del museo. En la sacristía, en la fotografía, se puede ver la cajonera de los ornamentos obra de Juan Martínez de Arrona, con paneles de madera decorados con imágenes de Cristo, los doce apóstoles, san José y san Juan Bautista y los doce artículos del Credo.
En la antesacristía, llamada Sala del Zodiaco, porque hay doce cuadros alusivos a los signos zodiacales, obras del siglo XVII del taller de la familia Bassano de Italia.
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Obras del taller de la familia Bassano.
Familia Bassano. A 50 kilómetros de Venecia se encuentra Bassano, lugar de los pintores del siglo XVI-XVII de apellido da Ponte, pero conocidos como los Bassano por su lugar de origen. La figura principal es el padre, Jacopo (1510-1592) y están sus hijos: Francesco (1549-1592); Giovanni Battista (1553-1613); Gerolamo (1558-1621) y Leandro (1557-1622). Jacobo pintó grandes escenas pastorales, bíblicas y hagiográficas, de gran éxito entre la clientela de la época. Los Bassano, unos mejores que otros, se inscriben en el del manierismo que se manifiesta, en composiciones de complicado dibujo —en menoscabo del color—, donde ensayan los efectos producidos por bruscos contrastes lumínicos. En sus últimos lienzos, siguiendo a Tiziano y de Tintoretto, su pintura retoma otros aspectos como el cromatismo brillante, la luminosidad.
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Cuatro cuadros sobre el Juicio Final atribuidos a Vicente Carducho (1625-1630).
Vicente Carducho (Florencia, 1576 - Madrid; 1638). Su obra la desarrolla en España. Sigue a su hermano Bartolomé contratado por Felipe II, para trabajar en El Escorial. Su primera gran obra es el retablo Predicación de San Juan Bautista, Monasterio de San Francisco, Madrid. En 1609, a la muerte de su hermano, ocupa su lugar en la corte. Pinta las hazañas de Aquiles en una galería del Palacio Real del Prado. En 1618, como pintor de Felipe III, elabora el retablo mayor del Real Monasterio de la Encarnación, Madrid (1613-1617). Hasta la llegada de Diego Velázquez, Carducho fue el pintor más influyente de la escuela madrileña. Expone sus ideas del arte en: Diálogos de la pintura, su defensa, origen, essencia, definición, modos y diferencias e Informaciones y pareceres en sabor del Arte, escritas por varones insignes en todas letras (1633).
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En la sala anexa monseñor Alberto Brazzini, quien fue obispo auxiliar de Lima, se exhiben objetos de arte religioso donados por su familia.
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A la entrada del museo, en una pared de la nave izquierda de la catedral, se encuentra este relieve de madera pintado. Obra de Alonso Gómez de 1558. Un regalo a la catedral de Francisca Pizarro Yupanqui. Fue parte del retablo mayor de la segunda catedral.
Comentario
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El museo tiene piezas de extraordinaria calidad histórica y artística. Dan cuenta del desarrollo del arte colonial en los años del virreinato del Perú. Están presentes las distintas escuelas que se desarrollaron en esta región del Continente.
Lo que más me llamó la atención fueron las esculturas y pinturas de las escuelas quiteña (Quito, Ecuador), cusqueña (Cuzco, Perú) y limeña (Lima, Perú). No sabía de la existencia de la Escuela Ayacuchana (Ayaucho, Perú), que fue un descubrimiento. De esta un gran trabajo en piedra de huamanga (alabastro) del siglo XVIII.
En la visita de 2014 me impresionaron los cuadros de Carducho y los Bassano y ahora en la de 2024 también. Son de muy buena factura. La museografía, sin ser mala, está ya rebasada.
Es una buena idea que la catedral tenga su propio museo. Todas tienen grandes riquezas, acumuladas a través de los siglos, que suelen estar mal resguardas. Al exponerlas se las salva del deterioro y también del robo.
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Parte superior de la cajonera de los ornamentos en la sacristía.
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Piso de la sacristía. Debe ser el original.
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Los gobernantes del Imperio Inca y del virreinato del Perú.
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