Rubén Aguilar Valenzuela  
En la pasada elección para elegir gobernador del estado de Sonora, la gobernadora Claudia Pavlovich Arellano, del PRI, jugó claramente a favor de Alfonso Durazo, el candidato de Morena.

A lo largo de la campaña se hizo evidente, de múltiples maneras, con quien estaba. Siempre actúo en contra de Ernesto Gándara, el candidato de la alianza PRI-PAN-PRD, que había sido su compañero de partido.

El presidente López Obrador agradece a la gobernadora el apoyo a su candidato Durazo, uno de sus incondicionales, con un nombramiento menor, para alguien que ha gobernado su estado.

Ella acepta, se da por bien pagada, que ser cónsul de México en Barcelona es una buena recompensa. Ciudad sin duda muy bella y con múltiples atractivos.

Es un magnífico lugar para pasar los próximos tres años de vacaciones a cargo del erario púbico. El de Barcelona no es un consulado que exija mucho trabajo y menos en el marco de la pandemia.

La nuevo cónsul tendrá tiempo de sobra para disfrutar la ciudad, España y toda Europa, pero también está a solo unas cuantas horas de Asia y África. El aeropuerto de la capital catalana está muy bien conectado.

Hay que reconocer al presidente que paga favores. Piensa que un consulado es una recompensa suficiente para gratificar el trabajo electoral de la gobernadora, que al aceptar el encargo lo hace también de su complicidad en el resultado de la elección.

La derrota de Gándara no solo se explica por la acción de la gobernadora, que sin duda influyó, sino también, por la clara participación del narcotráfico.

Hay muchas evidencias que señalan que el crimen organizado jugó a favor del ahora gobernador Durazo, que antes fue secretario de Seguridad Pública.

Los narcotraficantes entienden muy bien que este gobierno federal les "ofrece abrazos y no balazos" y que está garantizado que esta será la misma política del ahora gobernador. Lo hizo así cuando fue secretario.

Hubo también errores del equipo interno, participé como parte de él. Y jugó en contra la enorme carencia de recursos frente a las cantidades exorbitantes que tuvo a su alcance Durazo.

Felicidades a la gobernadora por su nuevo cargo. Que disfrute Barcelona. Es una ciudad que me gusta mucho. Siempre que he estado la disfruto. Es cara, pero vale la pena.