Rubén Aguilar Valenzuela 
En Sonora, para la elección del domingo pasado la mayoría de las encuestas daban un empate técnico entre el candidato Ernesto Gándara (Candidatura común), y Alfonso Durazo (Morena-PVEM-PT).

El resultado final fue muy distinto y Durazo ganó la gubernatura con una ventaja superior al 15 %. A reserva de analizar qué pasó con las encuestas, que es importante, ofrezco unas primeras notas en el intento de explicar el resultado.

Durazo, que fuera secretario de Seguridad Pública los dos primeros años del gobierno del presidente López Obrador, los más violentos en la historia de los últimos 70 años, fue un mal candidato.

Una y otra vez en sus entrevistas y discursos puso en evidencia su desconocimiento del estado en el que nació y del que se fue hace 45 años, para vivir en la Ciudad de México.

A lo largo de su campaña nunca conectó con la gente y sus eventos fueron fríos y deslucidos. Siempre proyectó la imagen de un hombre acartonado, rígido y también arrogante. A pesar de todo arrasó en la elección.

Su campaña mantuvo siempre un perfil bajo a pesar de que se veía mucho dinero (camiones, para llevar a la gente, escenarios de los eventos, enorme aparato de seguridad ...)

Con los elementos que tengo pienso que los electores no votaron por Durazo, tampoco contra de Gándara, sino por López Obrador. En Sonora se volvió a repetir lo que sucedió en la elección de 2018.

El presidente, en Sonora, tiene una imagen positiva más alta que el promedio nacional y Morena se mantiene como una buena marca. En la gran mayoría del electorado sonorense sigue teniendo impacto el discurso polarizador de López Obrador.

La gestión de los muy malos gobiernos municipales de Morena no afectó la imagen del partido. Los electores culparon a sus titulares, pero no a la institución. Para la elección la estrategia fue poner caras nuevas y así ganaron. En Hermosillo perdieron porque no lo hicieron.

Pienso que Gándara fue un buen candidato y realizó una buena campaña, pero que no resultó suficiente, para derrotar no a Durazo sino al presidente. Contra él era con quien realmente se enfrentaba. En el equipo de campaña nunca se vio así.