Rubén Aguilar Valenzuela 
Signa_Lab del ITESO, la universidad de los jesuitas en Guadalajara, publicó el pasado 15 de octubre el estudio Los límites de la democracia: la 4T y la construcción del enemigo. Es una investigación original, seria y consistente sobre el manejo de las redes por parte de presidencia.
 
Se estudian tres casos y tomo el primero que es la respuesta del presidente a la aparición del desplegado "En defensa de la libertad de expresión", publicado el 17 de septiembre de 2020 y firmado por 650 personas del ámbito periodístico, intelectual, científico y académico, que tuvo amplia difusión en medios impresos y audiovisuales.
 
El presidente reacciona al desplegado en la comparecencia mañanera del día siguiente. Su actitud y discurso confirma la validez de la denuncia del desplegado. Éste dice, de manera cínica, que no sabe "cómo se les afecta la libertad de expresión", para después añadir que los firmantes "guardaron silencio cómplice durante las atrocidades del periodo neoliberal" y añade que "todo este grupo siempre apoyó la política neoliberal, y ahora se sienten ofendidos, cuando deberían de ofrecer disculpas, porque se quedaron callados cuando se saqueó al país".
 
En el estudio se ubican las 999 palabras más utilizadas en Twitter relacionado con este evento del 17 al 25 de septiembre. El discurso del presidente genera en las redes desacreditación de esas personas. Cuando afirma "cómo se les afecta la libertad de expresión" minimiza la importancia del reclamo y desestima a los firmantes como interlocutores válido que "se sienten ofendidos, (...) deberían ofrecer disculpas".
 
La investigación da cuenta de que en la nube de palabras orbitar en torno a la "libertad de expresión", pero sobre los firmantes se producen una serie de calificativos: corruptos, hipócritas, fichitas, amenaza, lacayos o el hashtag PrensaProstituida, además de otras adjetivaciones que buscan lacerar la imagen de la crítica (chayoteros, pendejos, gritones, intelectualoides, entre otros).
 
El documento sostiene que el discurso del presidente deslegitima la crítica y el correlato digital sigue la misma lógica. Se señala lo que los firmantes supuestamente hicieron o dejaron de hacer en sexenios anteriores, pero no se aborda ni responde a la crítica con argumentos o ideas sobre sus cuestionamientos, es decir, se habla de ellos pero no con ellos.
 
Se les engloba a partir de la identificación de "todos" (como dijo el presidente) con algunos actores, sobre todo Héctor Aguilar Camín y Enrique Krauze. De modo que se utiliza a figuras específicas para concentrar y dirigir una serie de calificativos a partir de los cuales se generaliza al resto de los firmantes, sin abordar el mensaje, sin construir otra discusión que no sea descalificar a quien realiza la crítica.
 
En la red la gran mayoría de los usuarios abiertamente se reconocen como grupo de apoyo al presidente y replican el discurso oficial. Y Singa_Lab afirma que estos procesos de construcción simbólica de una oposición, así sea intelectual o académica, en tanto que "enemigo" reducen el espacio para el intercambio de ideas. La estrategia discursiva termina hablando del otro, pero no con el otro, limitando así la posibilidad de diálogo democrático. El mensaje implícito parece ser: Más allá de la frontera del nosotros y nuestras ideas, no hay interlocutores legítimos.