Dr. Rubén Aguilar Valenzuela

Historia

 

La Orden de Predicadores (OP) llega al virreinato de Perú en 1532, y para 1548 los frailes Andrés de Santo Domingo y Domingo de Santa Cruz inician la evangelización en el Juli y los caseríos de la ribera del lago Titicaca. En el Juli, entre 1562 y 1576, edifican la iglesia de San Juan Bautista de Letrán.

 

Los jesuitas llegan al virreinato de Perú en 1568 y en 1576 deciden iniciar su trabajo misional de manera permanente bajo un esquema metodológico, que contempla el desarrollo social, la educación y la evangelización. Los dominicos dejan el Juli, y el 4 de noviembre de 1576, los jesuitas asumen esta doctrina que va a ser su primera misión permanente en América. Son seis los misioneros destinados entre ellos Alonso de Barzana (1530-1597), Diego de Bracamontes (1533-1583), Diego Martínez (1543-1626) y Francisco de Medina.

 

El trabajo misional de los jesuitas era en aimara y en quechua. Siempre hicieron un gran esfuerzo en hablar las lenguas de los indígenas y por eso se les conocía como "pades lenguas". Los jesuitas estuvieron en el Juli y en otras poblaciones del virreinato del Perú hasta 1767 cuando son expulsados de los dominios de la corona de España.

 

Descripción

 

- Atrio

El atrio tiene forma de L. La parte más corta esta frente a la fachada de la entrada y la mayor frente a la fachada lateral, que es la más importante. Ahora se conoce como plazuela de San Juan.

 

- Iglesia

Exterior

 

La fachada al frente es lisa y muy sencilla, el techo es de dos aguas. Tiene dos elementos, la portada y la ventana del coro, que es rectangular. La portada es de ladrillo rojo cocido y al centro un arco de medio punto enmarcado en pilastras. El remate es un frontón triangular. La ventana del coro está arremetida y cubierta con piedra de Huamanga. La torre tiene dos cuerpos, el primero que es liso corre a lo largo de la fachada y el segundo tiene dos arcos de medido punto alargados en cada uno de sus cuatro lados. El remate es un techo de cuatro aguas con tejas roja.

La portada lateral es la más importante, por la forma del terreno y la manera como se colocó la iglesia, al frente está la parte más amplia del atrio. Es de cantera con un trabajo muy elaborado. Tiene dos cuerpos y un remate. En el primero hay tres calles, en la del centro un arco de medio punto. En las laterales nichos sin imágenes en medio de columnas labradas. En el segundo tres calles, la del centro un nicho sin imagen en medio de dos columnas. Las laterales son también nichos sin imágenes en medio de columnas labradas de una dimensión mayor a las centrales.  

Muro izquierdo y la parte posterior de una de las capillas.

 

 

Interior

La nave central tiene forma de cruz latina con 78 metros de largo y 37 metros de ancho. La iglesia desde 1989 es museo y en la nave de la iglesia está la galería de pintura con cuadros de gran formato ricamente enmarcados obras, en su mayoría del primer cuarto del siglo XVIII.

En el crucero una cúpula de cuatro aguas con vigas de madera y un material vegetal. En las paredes de los cuatro costados un nicho al centro en medio de dos ventanas cubiertas con piedra de Huamanga. Los cuatro arcos de medio punto de cantera que sostienen la cúpula. En las siguientes fotografías las columnas que sostienen los arcos, que son salomónicas labradas.

El crucero con su cuatro arcos y las columnas que los sostienen, de estilo salomónico labrados con flora de la región. Al fondo el Altar Mayor.

 

La iglesia desde 1959 es Patrimonio Arquitectónico Monumental y a partir de 1989 es museo y en la nave de la iglesia está la galería de pintura con dos series de cuadros, una dedicada a san Juan Bautista y la otra a santa Teresa de Jesús. Son obra del pintor indígena del Cusco, Tomás Lara, que estuvo activo de 1710 a 1730. Hay también algunas obras de los jesuitas Bernardo Bitti (Camerino, Estados Pontificios, hoy Italia, 1548 - Lima, virreinato del Perú, 1610) y Diego de la Puente (Malinas, Bélgica, 1586 - Lima, virreinato del Perú, 1663).  

Las obras expuestas tienen marcos de la época cubiertos con "pan de oro". Es un gran trabajo artesanal del primer cuarto del siglo XVIII. Como parte de las obras del museo se muestran los altares, el mayor y los dos laterales.

 

- Altar Mayor

El Altar Mayor tiene cuatro cuerpos. En el primero está el altar, arriba de este el sagrario, y a los lados dos cuadros. En el segundo hay tres calles, en la del centro, en un nicho con marco de plata, un crucifijo. En las calles laterales relieves. En el tercero hay tres calles, en la del centro una imagen en un nicho que se enmarca en una estructura de plata. En las calles laterales imágenes sobre repisas. En el tercero también tres calles con cuadros en cada una de ellas. El remate es un semicírculo abierto con un adorno. El altar es de madera cubierto con "pan de oro".

Techo sobre el Altar Mayor con vigas de madera y material vegetal.

 

 

- Altar lateral - Derecho

El altar está dentro o enmarcado por un gran arco de medio punto de cantera. Tiene dos cuerpos. En el primero hay tres calles. En la central un conjunto escultórico con el desprendimiento de Jesús de la cruz. En las calles laterales nichos con imágenes en medio de columnas salomónicas. En el segundo cuerpo también tres calles. En la del centro en medio de un nicho una imagen, y en las laterales, nichos más pequeños con imágenes. El altar está cubierto con "pan de oro".

 

- Altar lateral - Izquierdo

El altar está dentro o enmarcado por un gran arco de medio punto de cantera. Tiene tres cuerpos. En el primero el altar y el sagrario. En el segundo hay tres calles, en la central una imagen dentro de un nicho y en las calles laterales imágenes sobre repisas. En el tercer cuerpo también tres calles, en la del centro en medio de un nicho una imagen, y en las laterales imágenes que se sostiene en repisas. El altar está cubierto con "pan de oro".

Nos explicaba el guía, que en su origen la cúpula de cuatro aguas estuvo cubierta con unos lienzos hechos de pieles, que estaban pintadas. El que se ve es la única que ahora existe. Está completa, pero en mal estado. Se encuentra en la capilla lateral izquierda.

 

- Puerta de la sacristía

Un arco de medio punto, que se sostiene en jambas. En la parte superior, el arco queda en medio de un alfiz. Es piedra oscura tallada con flora de la región. Es de una enorme calidad artística.

Las ventanas están en medio de una estructura, una especie de marco, que se asemeja a los de los cuadros de la nave central. El claro está cubierto con piedra Huamanga o de Ayacucho, que deja pasar la luz, pero de manera tenue. Son de enorme belleza. Deben ser del primer cuarto del siglo XVIII.

 

Comentario

Todo en el Museo - Iglesia de San Juan de Letrán es de un gran valor histórico y una gran belleza. En 1548, la Orden de Predicadores (OP) inicia la evangelización en el Juli y los caseríos de la ribera del lago Titicaca. Ellos empiezan la construcción de las iglesias.

 

La Compañía de Jesús comienza su trabajo misional en el Juli en 1576, aquí inicia esta actividad de manera permanente, una vez que los dominicos dejan el lugar. Ellos son los que terminan las iglesias y la dotan de las obras de arte, que todavía podemos contemplar. La iglesia de San Juan de Letrán, se termina en 1602 y en el primer cuarto del siglo XVIII vive una profunda transformación.

 

En 1989 se decide convertir la iglesia en museo, la nave central se convierte en galería. En las paredes, en dos series, la de san Juan Bautista y la de santa Teresa de Jesus, vemos la obra de Tomás Lara, pintor cusqueño de origen indígena, que estuvo activo de 1710 a 1730. Son obras de gran formato y gran calidad artística. Hay también algunos cuadros de los jesuitas Bernardo Bitti y Diego de la Puente.

 

El Altar Mayor es una expresión extraordinaria del arte que se hacía en el virreinato del Perú en el primer cuarto del siglo XVIII. Lo mismo que los laterales. Para Sybille y para mí la visita al Museo - Iglesia de San Juan de Letrán fue una muy bella experiencia y nos hicimos de más información sobre el trabajo de los jesuitas y el arte colonial del virreinato del Perú. Un joven del lugar nos guió en la visita.