Héctor A. Gil Müller

La política es pasión, bien dicen los viejos que insistían en los peligros al incurrir en una discusión en temas políticos o religiosos, ambos son lugares de pasiones y de emociones que sustentan una postura. La afiliación es eso, la sangre que nos hermana que mas que racional también es emocional. En la religión hay dogmas que suplen los silencios de un argumento, en la política hay gustos que suplen los vacíos de un elemento. Somos animales políticos, nos organizamos en comunidad y aprendemos a defender lo propio y aceptar lo colectivo, con el tiempo maduramos y entonces defendemos lo colectivo y aceptamos lo propio. Las pasiones nos hacen dividir las fuerzas políticas en oficial y oposición, aunque el término implique acciones y no posiciones. Como la posición determina la percepción hablamos desde lo que vemos y como lo vemos, y hacemos bien en hacerlo, compartir la opinión es un ejercicio humano de valor por lo que se tiene y de respeto por lo que se dice.

Tengo el privilegio de vivir en una ciudad que muchos indicadores consideran como segura. Saltillo ha mantenido unos muy bajos niveles de percepción de inseguridad y eso se refleja en sus calles, la noche no es guarida que aterra, gracias a esos elementos nuestros problemas lamentables tienen que ver con otros malestares de las ciudades en crecimiento, pero no la inseguridad. Sin embargo, dolorosamente en Mexico no es así, muchas ciudades luchan con el duro lastre de la inseguridad, con la pérdida de oportunidades por la necesidad de paralizar y resguardarse cuando el sol oculta sus rayos. La gente construye su vida en los pocos espacios que quedan siempre amenazados por el flagelo del delincuente. Presencié una comparecencia social del Fiscal de Coahuila, Lic. Federico Fernandez Montañez, un hombre bueno, de alta visión y fuerte pasión por el servicio, que ha sido clave en la operación y ejecución del modelo que Coahuila ha mantenido para controlar la creciente inseguridad. Describió la estrategia de seguridad del Estado, que durante años ha dado resultados e insistió en la médula del modelo; la participación social. Afirmó sabiamente, la distancia que existe entre el gobierno y el ciudadano es el espacio para la ingobernabilidad. La proximidad ciudadana en temas de seguridad es una estrategia y política de combate.

Saltillo, donde empezó una red ciudadana de vigilancia desde la propia policía, creó hace años grupos de comunicación mediante la aplicación WhatsApp, 30 valientes ciudadanos comenzaron hace años en un grupo en el que se encontraban los policías del área y encargados de las instituciones de seguridad, tras los primeros resultados la confianza fue creciendo, después llegaron 100 ciudadanos, 2 mil, 80 mil y actualmente son 130 mil ciudadanos en grupos sectorizados por colonias que reportan incidentes a la policía y agencias de seguridad convirtiéndola en la red de seguridad mas grande de Latinoamérica.

La confianza es un elemento crucial y no se trata de una acción, sino de un ambiente, un ambiente que se construye desde la visión de gobierno que atiende los problemas, la política y las políticas. Una confianza que exige actuar por ambas partes, la denuncia de unos y la acción de otros. Reducir la brecha entre gobierno y población implica que ambos caminen hasta encontrarse.