Arcelia Ayup Silveti

En la entrega pasada me referí a la malignidad y cité algunos estudiosos del tema. Me sorprendió recibir interesantes comentarios y transcribo algunos de ellos. Pablo Arredondo: “Muy certero. No sé si lo he dicho, pero una de las grandes cualidades de tus textos es que pones frente al lector temas muy difíciles (en este caso, el bien y el mal) y mediante contextos y ejemplos sencillos vuelves aquellos en asuntos muy digeribles y fáciles de apreciar. 

Mariela Cervantes Escribió: “Muchas veces me he preguntado ¿qué tuvo que vivir ese niño para convertirse en asesino? Veo bebés con tanta inocencia que no sé qué le hicimos como sociedad o familia para convertirlo en lo que es, ¡que pena tanta violencia! Se me estruja el corazón con las imágenes de la guerra”. 

A su vez, Karla Valdés me mandó el siguiente mensaje: “Creo que tenemos potencial para todo, para lo bueno y para lo malo. Que poseemos un sinfín de variables: sociales, culturales, individuales, genéricos, económicos y circunstanciales que se combinan para gestar uno y otro resultado en las acciones de las personas.” También recibí la opinión de Rosario Pedraza: “La humanidad es buena por naturaleza, el humano decide qué formación tomar desde sus primeros años. De manera individual programamos y construimos nuestro cerebro para que genere pensamientos proactivos.”

Gaby Villa me confesó: “Nunca he visto una serie o documental de estos con esta temática. Ver los títulos me asusta y me genera un sentimiento de tristeza, por eso no los veo. Yo coincido que el entorno en el cual crecemos influye determinante en las personas que somos.” Idalia Castillo opinó: “Te sorprendería saber que no necesariamente es la falta de armonía en el hogar del infante sino el abandono lo que propicia más la maldad. El abandono estando presente es el peor. Tuve una experiencia con una persona cuyos padres lo cuidaban y querían, pero lo soltaron, lo abandonaron estando presentes y tomó muy malas decisiones.” Francisco Tomas del Bosque me preguntó: ¿Leíste El señor de las moscas? Excelente novela que plantea lo que mencionas en tu artículo.”

Por último, comparto un fragmento del mensaje de Arturo Rodríguez: “Son complicadas las relaciones humanas. Hay encuentros y desencuentros. Felicidades por atreverte a decir tu verdad y compartirla, sin duda alguna siempre tus aprendizajes y experiencias quizás son las de muchos, que no nos atrevemos a escribirlas o compartirlas con una narrativa amena y personal.”

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