http://1.bp.blogspot.com/-3Vxe6BC9MhE/TrLdEkJejtI/AAAAAAAABvM/g9_rag31exk/s1600/ALLENDE%2BY%2BJUAREZ_ET.jpgFrancisco Tobías

En esta ocasión te platico que tengas cuidado, que no te asustes cuando camines por la noche sobre la calle del Camposanto, la hoy calle de Juárez casi llegando a la del Reloj, hoy calle de Bravo, porque al escuchar los tacones de una mujer, vas a voltear pero no la verás pasar, aunque sí escucharás su andar.

Cuentan que por ahí vivía una señorita, una señorita de las de antes, que se quedó soltera por cuidar a su madre enferma, quien ya era grande de edad, dicen que de más de 90 años.

La joven no salía de su casa por el día para estar siempre al pendiente de su madre. Tenía hermanos, pero como estaban casados y ella era la única hija soltera, debía cuidar a la señora, quien necesitaba de ayuda para realizar cualquier actividad.

Lo que nadie sabía era que por las noches la joven salía a ver a su amado y al hacerse muy tarde caminaba sola por la calle del Camposanto. Únicamente se oía el sonido de sus tacones, tanto así que los vecinos la llamaron “La Taconera”. Ese sonido era referencia del horario. Los vecinos decían: “Ya es tarde, está pasando La Taconera”. O las vecinas: “Viejito, escucha a La Taconera. Ya es tarde, vámonos a dormir, que estoy cansada”.

Todas las noches la joven se dirigía a ver a su amado. No había nocturnal que le fallara. En una de esas noches, de hecho la última en la que salió de su casa, al regresar encontró muerta a su madre. Dicen que jamás volvió a salir, y al poco tiempo murió de tristeza, culpándose por dejarla morir.

Desde ese día, noche tras noche se escucha el andar de La Taconera hasta hoy, hasta hoy en día por la madrugada. Y con seguridad sigue siendo referencia del horario para los vecinos, quienes al escuchar el taconeo se percatan que es tarde.

Así es, amigos y amigas Saltillenses, cuando escuche por la noche los tacones de una mujer ahí por las calles de Juárez y Bravo no te molestes en voltear. No la verás, solo escucharás el andar de sus tacones que uno a uno llevan carga de tristeza y culpa. La Taconera seguirá penando por Saltillo hasta que encuentre la paz.