Francisco Tobías

Hace algunos días durante un foro sobre economía el Sr. Alejandro Werner, alto funcionario del FMI, advirtió que la economía mexicana tardará años en recuperar los niveles del PIB Per Cápita que teníamos previo a la pandemia, este comentario o aseveración pareciera en primer instancia, en términos generales, que no tuviera importancia, incluso puede pasar desapercibida, sin embargo dándole al lector varios argumentos científicos económicos, podremos darnos cuenta de lo que esto significa.

Para entrar en el contexto, el funcionario del FMI, advirtió que muy difícilmente los niveles del PIB Per Cápita en México regresarían a los niveles del 2018, antes del 2026 o 2027, pero, ¿qué relevancia tiene el PIB Per Cápita?

Pues bien quiero realizar algunas observaciones, algunas a favor y otras en contra de este índice macroeconómico, el PIB Per Capital es un indicador que mide el promedio de producción o ingreso que obtiene cada habitante de una economía en un periodo determinado, no es otra cosa más que una división del PIB entre la cantidad de habitantes. Pareciera que es un dato muy sencillo, para el 2019 en México era de 10,276 USD, las estimaciones para el año 2020 (dicho cálculo aún no se concluye) es de 9,601 USD, es decir se redujo en un 6.57%

Los estudiosos del tema afirman que el PIB Per Cápita tiene una relación directa con la calidad de vida de los habitantes de una economía, es decir que cuando aumenta el PPC, el nivel de vida aumenta, sucediendo lo contrario en caso opuesto, la idea es bastante sencilla, se supone que cuando aumenta la producción de un país, es decir cuando la economía crece, existe una mayor consumo, lo que provoca un circulo virtuoso, aumentan la inversión, la generación de empleos, el ingreso vía impuestos del gobierno, lo que hace suponer que esto genera un mejor nivel del vida a diferencia de lo que sucedería cuando el PIB Per Cápita se reduce, lo que significaría bajo consumo, desempleo, desinversión y menor ingreso vía impuestos para el gobierno, algo que le sucedió a la economía mexicana en el 2019. 

Lo ideal es que el crecimiento económico, junto a otros factores, como la democracia, la seguridad, la participación de órganos autónomos en la vida gubernamental y más, genere un aumento en la calidad de vida, logrando desarrollo económico y por supuesto felicidad, no podemos olvidar que dentro de la métrica del Índice de Desarrollo Humano de las Naciones Unidas, incluye el componente del nivel de vida, donde se considera el consumo.

Pero hay quienes creen o más bien afirman que este indicador es muy criticable e impreciso como métrica para el nivel de vida, principalmente por tres aspectos: 1) no mide la igualdad de la distribución, 2) no considera daños colaterales, como la erosión, la contaminación que afectan al ente económico y 3) no toda la producción incrementa el bienestar. 

Lo que sí es evidente, es el hecho de que el aumento en el PIB Per Cápita genera economía, genera inversión y consumo, además de empleo. Sin embargo quiero compartirles el otro lado de la moneda con una frase del poeta chileno, Nicanor Parra: “Hay dos panes. Usted se come dos. Yo ninguno. Consumo promedio un pan por persona”.