Francisco Tobías

En esta ocasión te platico que en nuestra emblemática calle de Victoria, esquina con Padre Flores, se puede ver, incluso destaca por su sencillez y hermosura, el templo de San Esteban, que fue fundado en 1582 por Fray Lorenzo de Gaviria. Para el año de 1586 el templo fue destruido por los huachichiles y borrados, tribus nativas de esta región.

Los trabajos de restauración del templo se realizaron en 1591, cuando en aquellos años ese templo era conocido como la Capilla de los Indios, gracias a que era el lugar a donde los Tlaxcaltecas venidos de San Esteban de Tizatlán trajeron al patrono de su lugar de origen. Fue así como encontró su morada aquí, en lo que hoy es esta bella ciudad de Saltillo.

Al cumplir el templo 150 años, es decir, por 1732, el Padre Guardián y Ministro de Doctrina de San Esteban pretendió derrumbarlo, ya que alegaba, aseguraba y fundamentaba que estaba muy maltratado y casi en ruinas.

Los moradores del pueblo de San Esteban se movilizaron y solicitaron a la autoridad detuviera tal pretensión. El Alcalde Mayor de la Villa de Saltillo, quien era la autoridad superior de las dos vecinas villas, conmovido por la petición, solicitó al Padre Guardián que no lo destruyera, ya que los moradores del pueblo de San Esteban juntarían los medios materiales y humanos para repararla.

La imagen de San Esteban fue cambiada en el año 1900. Nadie sabe a dónde se trasladó la original.

El templo de San Esteban es una edificación sobria y sencilla, construida por franciscanos. Testigo de la historia de nuestra bella ciudad de Saltillo, es una construcción que sigue en pie. Es un templo que ha soportado combates e incendios y ha sido objeto de muchas restauraciones. Un lugar que requiere cuidados, ya que está construida sobre un manto freático y corre el riesgo de hundirse, pero no solo eso. El templo de San Esteban aquí en Saltillo también logró sobrevivir a un Padre Guardián, que no era tan guardián, pues quería derrumbarlo. Indiscutiblemente, un sitio emblemático de nuestra ciudad y por supuesto que vale la pena presumir.