Salvador Hernández Vélez

La Universidad de Coahuila cumple 61 años de existencia, han sido años fructíferos para la máxima Casa de Estudios de nuestro estado. Su legislación fundamental, el Estatuto Universitario, fue producto de una lucha por lograr mayor democracia y participación de estudiantes y maestros en la vida interna de la institución, y correspondió al momento concreto y a las condiciones políticas y sociales que se vivían en ese tiempo.

Lo plasmado en el Estatuto Universitario en 1975 se adelantó a su época y, quienes participaron en su elaboración, visualizaron y sentaron las bases para que por muchos años la Universidad progresara y creciera gracias a la autonomía de cátedra, de investigación, de crítica y de libertades.

Es justo recordar que en 2009, la Suprema Corte de Justicia de la Nación precisó los alcances de la autonomía universitaria y estableció que ésta posee la naturaleza de garantía institucional, entendida como la salvaguarda o protección especial concedida en la Constitución a favor de las universidades públicas para que cuenten con las condiciones que la resguarden de intromisiones o intereses externos y para que esté en posibilidad de cumplir con los fines, las funciones y las responsabilidades que constitucionalmente tienen asignadas. La garantía implica una libertad plena para llevar a cabo todas las funciones académicas con el único límite de no vulnerar el orden jurídico nacional.

Recientemente el Congreso Federal, a iniciativa del Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, aprobó reformas a los artículos 3, 31 y 73 de la Constitución General de la República en materia educativa. En ella se mantiene inalterado el principio de autonomía de las universidades públicas, pero se adicionó lo siguiente:

Artículo décimo: “La obligatoriedad de la educación superior corresponde al Estado. Las autoridades federal y locales establecerán políticas para fomentar la inclusión, permanencia y continuidad, en términos que la ley señale. Asimismo, proporcionarán medios de acceso a este tipo educativo para las personas que cumplan con los requisitos dispuestos por las instituciones públicas”.

Y en el transitorio Décimo Quinto establece que : “Para dar cumplimiento al principio de obligatoriedad de la educación superior, se incluirán los recursos necesarios en los presupuestos federal, de las entidades federativas y de los municipios, en términos de las fracciones VIII y X del artículo 3 de esta Constitución; adicionalmente, se establecerá un fondo federal especial que asegure a largo plazo los recursos económicos necesarios para garantizar la obligatoriedad de los servicios a que se refiere este artículo, así como la plurianualidad de la infraestructura”. Y en el Transitorio Sexto: “El Congreso de la Unión deberá expedir las Leyes Generales en materia de Educación Superior y de Ciencia, Tecnología e Innovación a más tardar en el año 2020”. Estas reformas y las subsiguientes impactarán necesariamente en nuestras Universidades.

Por eso son trascendentales las reformas al Estatuto Universitario aprobadas el lunes pasado por la comunidad de la Universidad Autónoma de Coahuila, que se inspiran y mantienen los principios y valores fundamentales de nuestra institución, actualizados a nuestro tiempo y perfilados hacia un mejor futuro, incorporando nuevos temas y conceptos, dejando abierta la posibilidad de seguir transformándonos de acuerdo a las exigencias y cambios de nuestro entorno.

Las reformas aprobadas permiten poner a tiempo la estructura organizacional. La actualización del Estatuto Universitario ya era necesario y conveniente porque el mundo, nuestro país, Coahuila y sus regiones también cambiaron, y lo seguirán haciendo a un ritmo cada vez más vertiginoso y complejo en donde la incertidumbre y la disrupción son la regla. El mundo ha experimentado transformaciones significativas en el espacio del trabajo y en el desarrollo de la sociedad en el umbral del siglo 21. Los efectos de la globalización y de una acelerada convergencia tecnológica han llevado a desarrollos que nos parecían ficciones hace pocos años.

La sociedad coahuilense ya es distinta y el mundo laboral tiene otras perspectivas y exigencias. Con las reformas estamos anticipándonos a los cambios que se seguirán dando pues es desde las acciones del presente, que se puede construir un mejor futuro para todos.

@SalvadorHV

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