Oscar Ramírez 

Sin duda alguna México ha tenido grandes artistas, sobre todo excepcionales muralistas como: José Clemente Orozco, originario de Guadalajara, Jalisco: Diego María de la Concepción Juan Nepomuceno Estanislao Rivera, nacido en Guanajuato en él mes de diciembre de 1886, de ideología política comunista, y mayormente conocido como Diego Rivera; quien intercedió en su momento con el entonces presidente Lázaro Cárdenas del Rio para lograr el asilo político de Lev Davídovich Bronstein, mejor conocido como “Trotsky”.

Otro destacado muralista mexicano oriundo del estado de Chihuahua y nacido al igual a finales del siglo XIX, y uno de los miembros fundadores del Partido Comunista Mexicano, combatiente activo en la Revolución Mexicana y en la Guerra Civil Española, siendo en esta última, donde  alcanzo el grado militar de Teniente Coronel y donde surge el apodo de “El Coronelazo”; estamos refiriéndonos a José de Jesús  Alfaro Siqueiros; hombre consagrado a el arte, la ideología y la creación, hombre comprometido socialmente con las luchas populares que lo incitan a participar activamente en la lucha contra el fascismo franquista en España, su activismo político le provoco muchas veces la cárcel en el palacio de Lecumberri, acusado del delito de disolución social; en el año de 1964 fue indultado por el presidente Adolfo López Mateos, para permitirle continuar con obra artística.

A su regreso a México después de su participación en la guerra civil española al lado de los republicanos, pinto, en la antigua aduana de Santo Domingo en la ciudad de México el mural “Patricios y Patricidas”, en el Técpan de Tlatelolco su obra “Cuauhtémoc contra el Mito” y dentro también de sus muchos logros realiza el mural considerado como el más grande del mundo llamado “La Marcha de la Humanidad” en el Polyforum Cultural Siqueiros; así como en el Castillo de Chapultepec realiza el denominado “Del Porfirismo a la Revolución”; creador junto a otros muralistas de la técnica conocida como “escultopintura”.

Siqueiros hombre de su tiempo, no dudo en recurrir a su talento en el arte para representar el sentir popular, no se basó en la mentira y el engaño a las clases sencillas y nobles, para lograr encumbrarse y aun aprovecharse para sus fines de ellas.