Oscar Ramírez
El día primero de junio del presente año, los mexicanos fuimos testigos y participes de una elección nunca vista en nuestra historia, tan nunca vista y jamás realizada, que los ciudadanos tuvimos que utilizar un acordeón(no el instrumento musical del mismo nombre) proporcionado por las instituciones que propusieron este evento si no, una especie de apuntes-resumen; muy parecido al que elaboraban o elaboran algunas mexicanas y mexicanos que en época estudiantil y cuando no se tenía o tiene la suficiente preparación se recurría al famoso acordeón para apoyarnos en la aprobación de algún examen de determinada materia escolar.
Probablemente quien ideo, propuso y después quien continuo con la ya famosa elección del Poder Judicial en México, no supo organizar, ni operar este tipo de eventos, cabe recordar que en un inicio se escogió a los candidatos a magistrados de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y demás órganos judiciales por medio de una tómbola, como si en nuestra nación los personajes que van a impartir justicia obtuvieran un premio derivado de la lotería nacional: salvo excepciones, claro esas excepciones las formaban miembros distinguidos del régimen actual: en la gran mayoría de los casos a lo largo y ancho de la República Mexicana la población desconocía a las y los candidatos a Jueces y magistrados, en algunos lugares del territorio nacional se especulaba que incluso algunos participantes tenían ligas con grupos delincuenciales.
Sin embargo, se llevó a cabo este proceso y al día siguiente el oficialismo declaro con bombo y platillo que había sido un rotundo éxito, pero no se le puede llamar éxito con una participación muy reducida del padrón electoral, pues apenas participo el 12 por ciento del electorado y matemáticamente se indica que el 88 por ciento no le interesó participar en esta farsa concebida por el anterior presidente de la republica Andrés Manuel López Obrador, y la actual mandataria, no le quedo de otra mas continuar con esta burla.
De todos es sabido que en México; la impartición de la justicia dejaba mucho que desear, y ahora con este método disfrazado de democracia indica que va a ser aún peor; y que el grupo en el poder va a maniobrar a su antojo, sin ningún obstáculo para hacer lo que se le venga en gana en perjuicio de toda la ciudadanía.