Gerardo Moscoso Caamaño

Uno se cuestiona sobre la situación actual de nuestro país, sobre la crisis de salud, de violencia, pero sobre todo la gran crisis de credibilidad en las instituciones políticas en general y de la crisis en particular del actual gobierno de la llamada 4T, por lo que habríaque reflexionar sobre lo que podría seruna gran crisis de la militancia.

Correspondería a los partidos políticos centrar todas las actividades inmediatas articulándolas en un solo eje -el eje de su política- exponer las mismas ante los ojos de sus militantes mediante su preparación ideológica. La escisión entre la teoría y la práctica que se inserta en la crisis general de la mayoría de los partidos políticos da como resultado una escisión constante: por una parte,el “chapulineo”, esa plaga tan arraigada en nuestra clase política, y por otra, entre los que especulan y entre los que hacen. 

A esta falsa concepción de la militancia se debe oponer allí la “verdadera”, es decir, la que dote al militante de unarma científica y de acción, que es el partido que debiera ser el instrumento de conocimiento y acción consecuente, sin embargo, por lo general, son simples herramientas de ejercicio, mientras que sus mecanismos de conocimiento están esclerotizados en gran parte por el clientelismo y la ausencia de discernimiento. 

La herramienta de conocimiento “científico” se trata simplemente de “hacerlo pasar a la base”, de tal manera que, en cada momento, y aunque la dirección no pueda ocasionalmente controlar todo, cada uno de los militantes pueda tener perfectamente interiorizada la sabiduría de la verdad que no permita el desaliento. No es la militancia participativa la que está en crisis, sino la organización de los partidos.  Se trata de que esta capacidad no quede enquistada en la castración de la bisagra burocrática. 

Los movimientos del tipo “base contra cúpula” que en algunas instituciones como en Morena se están manifestando, son un botón de muestra en este sentido.  No se trata de defender ninguna alternativa espontánea u oportunista, Si no de señalar la falta atención que debiera exigirse para los nuevos dispositivos y redes de lucha que nacen al margen de las organizaciones caducas.