Oscar Ramírez

La gran mayoría del pueblo mexicano fue educado espiritualmente en la religión católica, con una fe profunda y arraigada en el culto de la conocida como la “Virgen de Guadalupe “o “la Virgen del Cerro del Tepeyac”.

Un Servidor de niño, uy, y de eso hace muchísimo tiempo, al igual que muchos de mis contemporáneos, al conversar entre nosotros; coincidíamos en que hablar, aunque fuera el mínimo de palabras con un sacerdote o con una de las llamadas monjas; era algo especial, en sentido positivo; siempre amables y además tiernas en su mirada y hablar de las monjas o hermanas religiosas.

Con el paso del tiempo, y ya siendo adolescente, y por azar del destino junto a varios de mis amigos, nos dimos cuenta: de que algunos de los sacerdotes exigían de manera nada amable, - y regañaban, - incluyendo en sus regaños lo que conocemos como “palabrotas”, algo similar sucedía, de acuerdo a lo que nos relataban, algunas de nuestras amigas que estudiaban en colegios religiosos de la localidad; que las monjitas religiosas; de repente se transformaban en seres de trato áspero e incluso hostil. Ya quinceañeros y un poco más de años: amigas y amigos platicábamos; y nos preguntamos ¿si ellos los miembros de la iglesia católica eran inmunes a las pasiones humanas como: la codicia, la envidia, los celos, la mentira, el deseo carnal, etc.?

Después de doce años de pontificado de Jorge Mario Bergoglio, “Fráncico I”. El papa No. 266 de la iglesia católica, y el primer papa latinoamericano, pues el era originario de la ciudad de Buenos Aires, Argentina; sin duda su atinada conducción al frente de la “Grey Católica “, influyo para que en el ultimo conclave religioso se votara por un nuevo líder americano.

Si bien, Robert Francis Prevost Martínez “León XIV, el papa No. 267, nació en un suburbio de la ciudad de Chicago en los Estados Unidos de Norte América, por sus venas corre sangre latinoamericana, su abuelo materno Joseph Martínez, es oriundo de la Republica Dominicana; y más de las dos terceras partes de sus actividades pastorales las llevo a cabo en el Perú, propiamente en las ciudades de: Piura. Chulucanas. Trujillo y Chiclayo, tanto de identifico con los usos y costumbres de aquel país, pero sobre todo con sus pobladores, que adquirió la nacionalidad peruana.