Rubén Aguilar Valenzuela 

Exhibición

 

De Enrique Echeverría (1923-1972), la exposición presenta ochenta obras de todas las etapas creativas por las que atravesó en más de tres décadas de actividad. Sin proponérselo, de alguna manera, es una retrospectiva del conjunto de su trabajo.

 

Lucía Peñaloza, la curadora de la muestra, permite hacer una exploración precisa y detallada por la historia de su trabajo y por su lenguaje plástico a través del cual se reconstruye una historia de autonomía y libertad y de reinvención constante.

 

Se exponen óleos, collages, acuarelas, gouaches, tintas y su gran aportación, la acetografía, además de una serie de nueve fotografías que conforman un gran mural.

Echeverría, nació en 1923 en la Ciudad de México y falleció en 1972 en Cuernavaca, Morelos. Realizó estudios de ingeniería aeronáutica en el Instituto Politécnico Nacional (IPN) luego ingresó al taller del pintor español Arturo Souto. En 1944, por sugerencia del propio Souto se inscribió en la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado La Esmeralda.

 

Miembro de la Generación de la Ruptura, formó parte de la exposición inaugural de la Galería Prisse, fundada en 1952 por Alberto Gironella, Héctor Xavier y Vlady. Fue becado por el Instituto de Cultura Hispánica y realizó una estancia de estudios en España entre 1952 y 1954.

 

En México presentó su primera exposición individual en los salones de la Galería Proteo (1955) y dos años después la Fundación Guggenheim le otorgó una beca para radicar en Nueva York (de 1957 a 1958), donde entró en contacto con el abstraccionismo, corriente en la cual se desarrolló plenamente. Participó en diversas exposiciones, tanto individuales como colectivas, en México, Estados Unidos, Sudamérica y Europa.

Comentario

Echeverría, integrante del movimiento artístico de la Generación de la Ruptura, en la década de 1950 y 1960 tuvo una muy importante presencia en la plástica mexicana. Desde 1980 el MAM no había organizado una exposición con su obra.

 

La muestra en el MAM brinda una gran oportunidad para ver la producción de cada una de sus etapas creativas de más de treinta años de trabajo. A mí su obra siempre me ha gustado mucho. Su tránsito a la abstracción.

 

Es una exposición muy bien cuidada, que recorre los tiempos, pero también las etapas creativas y las diversas técnicas con las que trabajó.

Por: Dr. Rubén Aguilar Valenzuela